Arica sumó más de 1300 años de historias

13 Septiembre 2007
La voz de la jefa de cabina nos recuerda que son las 22 horas con 40 minutos y que nos encontramos en Arica, cuando en forma sorpresiva y para mi asombro los pasajeros aplauden y vitorean el aterrizaje...
Juan Pablo Rejas >
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Luego de una agotadora semana en la mina de cobre privada más productiva del mundo, decidí venirme a mi natal ciudad, por vía aérea. Esta decisión, un tanto apresurada, resultó ser muy cibernética, para mi costumbre, después que me viera forzado comprar el ticket vía e-mail, por ser más barato que al comprarlo en vivo y en directo en alguna agencia conocida. La modalidad me interesó más aún después de comprobar que desde la capital del cobre no hay vuelos nocturnos hacia la "fría" Arica, salvo por la ex línea aérea nacional, LAN Chile, hoy sólo LAN.
Un vuelo anormal
El vuelo no fue normal, para mis kilómetros acumulados, por lo general, cuando me ha tocado venir de Antofagasta, se ven caras conocidas que regresan a la ciudad, las primeras filas para autoridades de gobierno y gentes provenientes de la capital.
En esta oportunidad, en el vuelo 398, no reconocí ni divisé a ningún rostro del jetset ariqueño, de aquellos personajes con los que comparto, anónimamente, un cafecito en 21 de mayo, sólo me llamó la atención un pasajero de amarilla polera y cara, miembro de un team de un conocido batido alimenticio que viajaba incubando un virus que tenía preocupadas a las señoritas azafatas (de avión). Ellas le advirtieron en Cerro Moreno, que durante el vuelo no había asistencia médica, por si quería quedarse en tierra. Yo pensé, ahora nos infestamos todos y juré no consumir ese vegetal alimento líquido que no es capaz de proteger ni a sus vendedores contra ese flagelo desconocido... prefiero seguir comiendo chatarra.
Aplausos para el piloto
Luego de una hora de viaje, por el éter imponderable, síii… de una hora, este vuelo no pasó por Diego Aracena, aeropuerto internacional de Iquique, nuestro avión comienza las maniobras de aproximación, el piloto agradece la preferencia de la única posible elección para llegar a Arica y se ven por la ventanillas las azules luces de la pista de Chacalluta, nuestro ex aeropuerto internacional, ese que tenía esos pececitos de colores en sus fuentes que adornaban su entrada frente al Moai, que aun se conserva y que nunca supe si era copia o no, igual que el de la Alameda, en Santiago.
La voz de la jefa de cabina nos recuerda que son las 22 horas con 40 minutos y que nos encontramos en Arica, cuando en forma sorpresiva y para mi asombro los pasajeros aplauden y vitorean el aterrizaje, me quedé recordando donde había vivido lo mismo y recordé un viaje a Lima desde Tacna, en que los pasajeros al llegar al Jorge Chávez, aclamaron al criollo piloto, o por haber llegado a salvo o por que la maniobra había sido correcta, o ambas, aun no lo sé.
Decidido a preguntar, esperé que bajaran los pasajeros, mucho gusto me dio que las famosas mangas no estuvieran operativas, ya que fue posible descender por la puerta delantera y la de atrás rápidamente, interrogada Vanesa y Alejandra, las jóvenes y viajadas aeromozas, de la puerta trasera, me indicaron que no era habitual los aplausos y que se debía a un grupo de 20 pasajeros de la tercera edad que venían de Santiago, luego saqué cálculos. Veinte por 65 años, resulta en 1300 años de historias.

FOTO: leoprieto
Jueves 13 de Septiembre de 2007

Comentarios

Imagen de David Saavedra Fernández

Estimado colega:Notable su

Estimado colega:

Notable su esfuerzo periodístico-literario. Entrega usted un buen momento de recreación lectoril...Para quienes sepan apreciarlo....

Siga alimentando la fragua de la creación por la creación, que así se fundaron imperios, así mismo, simplemente haciéndolo, sentándose frente a la página en blanco de la computadora y redactando, redactando hasta morir...

Imagen de Cristian D. Fonseca

Rechanfle, pero ¡QUE

Rechanfle, pero ¡QUE NOTICIÓN!