Bachelet en la ONU y los desafíos de Chile frente al Cambio Climático

29 Septiembre 2007
"Los desafíos de mitigación y adaptación al Cambio Climático, a considerar por el gobierno de Bachelet, son: incorporar en la matriz energética al menos 10% de energías renovables al año 2020 y una meta de 15% de eficiencia energética".
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Por Sara Larraín
Directora del Programa Chile Sustentable

Ante representantes de más de 180 países, en la Asamblea General de Naciones Unidas, la Presidenta Michelle Bachelet ha demostrado relativa consistencia con los desafíos y la disposición que nuestro país debe internalizar, a fin de ajustar el desarrollo nacional a los imperativos del Cambio Climático y contrarrestar así los impactos presupuestados para la sociedad, economía y los ecosistemas.
En su discurso del martes 25 de septiembre, ella conminó a los líderes del Primer Mundo a asumir mayores compromisos de mitigación, adaptación, transferencia tecnológica y financiamiento, pero haciendo hincapié en que "es necesario que los países en desarrollo emprendan acciones adicionales de reducción de emisiones, en el marco de un esfuerzo global".
He ahí la consistencia, pues las características de Chile calzan con los 9 criterios que califican, a ojos de la Convención de Cambio Climático, a un país vulnerable a este problema: Nuestro país tiene zonas costeras bajas; áridas y semiáridas, expuestas al deterioro forestal; propensas a desastres naturales; expuestas a la sequía y a la desertificación; áreas con alta contaminación atmosférica; y ecosistemas de montaña, entre otros. Encima, los estudios climáticos (puntualmente, el encargado por la Comisión Nacional del Medio Ambiente a la Universidad de Chile) pronostican que las temperaturas podrían aumentar entre 2 y 4º C durante esta centuria en Chile, lo que implica el desplazamiento de los ecosistemas en 100 kilómetros hacia los polos por grado de calentamiento y cambios en las temperaturas y lluvias, lesivos para la agricultura y la generación eléctrica.
Por eso, los desafíos de mitigación y adaptación al Cambio Climático, a considerar por el gobierno de Bachelet, son: incorporar en la matriz energética al menos 10% de energías renovables al año 2020 y una meta de 15% de eficiencia energética, lo que ayudaría además a descontaminar; acelerar la formulación de la Estrategia Nacional de Cuencas y de desarrollo y protección del borde costero; y patrocinar con urgencia el proyecto de ley de protección de glaciares, hoy estancado en el Congreso, pues estas reservas de agua congelada están amenazadas por emprendimientos mineros que depositan polvo sobre los hielos o ejecutan tronaduras.
Pero el discurso ya ha quedado atrás, y ahora la tarea de Bachelet es definir la estrategia de mitigación y adaptación de nuestra sociedad y de la economía a este cambio, y al mismo tiempo asumir un liderazgo, o al menos una posición pro-activa para reformular los proyectos del desarrollo nacional ante este inquietante desafío.
Hace 30 años que los científicos aportan datos empíricos sobre el calentamiento global, y 15 años desde que firmamos la Convención para enfrentar el cambio climático. Ese fue tiempo perdido por los dos antecesores inmediatos de la Presidenta, quien, además, debe medirse con la vara ya fijada por otros liderazgos internacionales, como lo hecho en México por el Presidente Felipe Calderón, con un destacable programa de reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2) y de protección de recursos hídricos; y lo hecho en Alemania por la Primera Ministra Ángela Merkel, para concretar 20% de energías limpias en la Unión Europea.
No estamos en la dicotomía de mitigar el problema o promover el crecimiento económico. Evolución tecnológica y eficiencia energética permiten que el desarrollo no sea contrario a la reducción de los gases de invernadero. Ignorar el problema sí mermará el crecimiento y agravaría la crisis por falta de recursos energéticos, escasez de agua y multiplicación de enfermedades.-

Sábado 29 de Septiembre de 2007