La Cultura de la Vida

02 Noviembre 2007
El cementerio de San Miguel de Azapa se repleta de gente, música, comida, bebidas y flores. En el día de todos los Santos se celebran a los muertos y curiosamente no se encuentran signos de tristeza, todo lo contrario. (VIDEOS)
Zorka Ostojic E. >
authenticated user Corresponsal moderador comentarios sebastian y paula PRUEBA
Cada 1º de noviembre en San Miguel de Azapa ocurre la celebración de la vida, para mi en lo personal es una mezcla de retiro espiritual, nostalgia, alegría y diversión, desde donde siempre salgo renovada. El cementerio de San Miguel de Azapa se repleta de gente, música, comida, bebidas y flores. En el día de todos los Santos se celebran a los muertos y curiosamente no se encuentran signos de tristeza, todo lo contrario, se transmite alegría, se habla de buenos recuerdos, a los difuntos se le dedican sus temas preferidos, las familias pueden pasar el día completo en el cementerio, es un acto donde los muertos están vivos, una manifestación de la certeza de que luego de la muerte hay vida.
Con todo el respeto que tengo por esta celebración debido a su valor espiritual, quiero referirme a ella como fuente de orgullo de los ariqueños y como la experiencia única y profunda que puede ser para quienes lo visitan.
Coincidentemente entre el 29 de Octubre y el 1º de Noviembre acaba de realizarse en nuestro país el “VIII Encuentro Iberoamericano de Gestión y Valoración de Cementerios Patrimoniales”, organizado por la Red Chilena de Cementerios Patrimoniales. La corriente que ve a cada cementerio como patrimonio por tratarse de lugares que portan mensajes espirituales de los pueblos, trabaja para su reconocimiento y para que sean puestos en valor.
Al respecto el Cementerio de San Miguel de Azapa y las manifestaciones que allí se realizan son nuestro patrimonio, por definición de la UNESCO un “Paisaje cultural relevante” constituye patrimonio y el campo santo azapeño es eso y mucho más…
Como bien se manifiesta en el mural creado por el artista local Juan Díaz Fleming en la entrada del recinto, se trata de un cementerio con más de dos mil quinientos años de antigüedad, este sólo hecho ya lo convierte en un espacio excepcional, dos mil quinientos años celebrando el paso de la vida a la muerte y de la muerte a la vida, en un lugar en medio del valle desde donde se ve el mar y donde los cerros parecen tocar el cielo. Una experiencia única en este día es subir el cerro y desde arriba contemplar el valle y escuchar la música de las bandas y las conversaciones de los deudos como si nos estuvieran hablando al oído.
Quien va al cementerio en esta fecha se encuentra con una celebración de gran envergadura, puede pasar el día compartiendo las tradiciones, degustando la gastronomía de la zona, almorzando y tomando once, puede disfrutar del arte, de los arreglos florales, de los verdaderos diseños que ostentan algunas tumbas y del baile y la música que traen los cantores y las bandas de bronce y zampoñas, todo esto multiplicado varias veces, ya que en cualquier lugar del cementerio en donde uno se detenga se encuentra rodeado, al menos, por tres conjuntos musicales. Esto es lo que hoy está siendo conocido como “Turismo Testimonial”.
En nuestro modo de vida, en nuestras propias tradiciones tenemos no sólo el fundamento de lo que somos, sino también una ventana al Mundo, un retrato que le dice al resto “mira, así soy, ven a conocerme”. Y como tal implica también que hay que tomar los resguardos necesarios para mantenerla y potenciarla, para lo cual no contribuye para nada los letreros que sobre las tumbas indican “Sepultura Vencida”, una falta de respeto para los muertos y una muy mala imagen para los que están de visita, al respecto se hace necesario un mayor compromiso por parte de los deudos, pero también el Municipio puede implementar otro sistema para cobrar que no dañe la digitad del ser humano.




Viernes 03 de Noviembre de 2007

Comentarios

Imagen de Marcela Nangarí

También estuve en el

También estuve en el cementerio, tengo amigos ahí. Tal como dice la nota se vive un ambiente de alegría, a pesar de que la gente bebe mucho no hay violencia, más bien el ambiente se invade de espiritualidad.

Incluso nos sucedió un caso anecdótico. Al lado de nuestro amigo se encuentra Tusco, un hombre que tenía 57 años al momento de ser atropellado en la carretera (posiblemente haya fallecido saliendo del cementerio).

Lo curioso, es que en otra oportunidad vinieron sus amigos repintaron la cruz y le colocaron nuevamente su nombre y firmaron todos sus amigos dejando a la familia afuera.

Pero, este año vimos llegar a otras personas y le preguntamos que parentesco tenían con Tusco, entonces nos respondió el que estaba más mareadito nos dijo que ahí estaba su hijita de 4 añitos. ¿......? y nos preguntamos sino se habrían equivocado de tumba?... pero, de todos modos la familia acompaño a Tusco, le oró, bebió y comió con él, pensando que ahí estaba su hijita.

¡plop!

Imagen de Clara Valdes

También seria bueno

También seria bueno destacar que la parroquia organiza Misas durante todo el día y que se hacen dentro del mismo cementerio.