Beijing: Las Olimpiadas de los Récords Históricos

En los Juegos Olímpicos de 1972 Mark Spitz obtuvo la insólita marca de siete medallas de oro en natación, hecho que solo sería un pequeño presagio de lo que vendría a suceder en los años venideros. Claramente los récords están para romperlos, y eso es lo que buscan los deportistas de elite, situación que se acentúa aun más en las Olimpiadas, donde los mejores competidores de 27 disciplinas se reúnen para luchar teniendo un objetivo en común: el éxito, que puede llegar a través de una medalla o rompiendo una plusmarca.
Estos JJ.OO. en China nos han permitido retroceder en el tiempo y recordar a grandes deportistas que hicieron historias en sus competiciones, específicamente en la natación, esto gracias a la inédita cantidad de marcas que se han quebrado en Beijing. Rompimientos que han sido fruto de diferentes factores, ya sea tecnológicos, esfuerzo personal o del mismo hecho de ser una competición enmarcada en una cita olímpica.
Sin duda, el gran protagonista de estos juegos ha sido Michael Phelps, nadador norteamericano que ya ha ganado cinco preseas doradas, junto con cinco récords, es decir, un rendimiento impecable. Estas medallas de oro obtenidas en Beijing se han sumado a los seis primeros lugares que ganó en Atenas 2004, completando 11 preseas de oro, dejando a Phelps como uno de los más grandes atletas de todos los tiempos. Todo por tener la mayor cantidad de medallas de oro en la historia olímpica, dejando atrás a históricos como Carl Lewis y Nurmi. Ahora a Phelps solo le queda superar el record de Spitz, para quedar definitivamente como el más grande de todos los tiempos.
Pero romper una marca no es nada de fácil y en la natación olímpica en Beijing esto ha sido pan de cada día. Entonces, ¿Por qué sucede esta extraordinaria situación? La primera explicación viene desde la tecnología, ya que la mayoría de los nadadores están utilizando un nuevo traje diseñado por la Nasa que está sellado por ultrasonido, el Speedo LZR Racer, el cual disminuye de un 5 a un 7% el roce entre el cuerpo y el agua, permitiendo una mayor rapidez y rendimiento a los deportistas, lo que finalmente significa bajar récords en varios segundos, lo que es considerado como sorprendente.
Resulta que una plusmarca no puede ser batida simplemente por un aparato tecnológico, detrás del propio hecho de romper un récord tiene que haber, claramente, un esfuerzo y dedicación plena a la actividad, situación plasmada en el entrenamiento de muchas horas diarias, superando diversos factores personales que finalmente convergen en la obtención de la marca olímpica y, por lo tanto, mundial.
Testigo totalmente privilegiado de estas marcas ha sido el Centro de Natación Olímpico, más conocido como el “Cubo de Agua”, una sorprendente obra arquitectónica confeccionada por los chinos especialmente para los Juegos de Beijing. Obra que se suma al “Nido de pájaros” y otros centros deportivos construidos para la ocasión, es decir, los chinos no han dejado ningún detalle al azar y quieren que sus Juegos sean espectaculares y lo están consiguiendo. Sin duda, Beijing 2008 ya entró a la historia y por la puerta principal.
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