Niños en Peligro de Exclusión

Hace algunos días, la UNICEF publicó su informe anual sobre la infancia en el mundo. Este año, el título de dicho informe fue “Excluidos e invisibles”.
La UNICEF define a un niño como excluido respecto de los otros, cuando se encuentra en una situación en la cual su entorno puede no brindarle la protección que necesita contra la violencia, el maltrato y la explotación. También está excluido aquel niño que no puede acceder a servicios y bienes fundamentales que después pueden impedir su participación en la sociedad.
La exclusión de los niños está dada por una serie de agentes y también por una serie de factores. Quienes excluyen pueden ser las propias familias, la comunidad en la que vive el niño, el gobierno, a través de sus políticas sociales, incluso los medios de comunicación.
Las razones para la exclusión tienen relación con el desarrollo del país, los conflictos bélicos, la propagación de enfermedades mortales, como el SIDA, y la pobreza.
En Chile, nuestros niños no están ajenos a la exclusión.
Un 26%, es decir, cerca 1.422.000 de los niños, son pobres.
El año 2000, 2.654 niños murieron antes de cumplir un año, 98 de ellos en la primera región.
El 8% de los niños de entre uno y dos años corre el riesgo de la desnutrición.
6,6 % de los niños y adolescentes de entre 5 y 17 años trabajan. Un 3,3 % lo hace en trabajos que la UNICEF considera inaceptables, es decir, aquellos que vulneran el acceso de niños y adolescentes a la educación, al descanso y a la recreación y ponen en riesgo su normal desarrollo psicológico y social. Esos son 107.676 niños.
La exclusión infantil está presente en nuestro país. Podemos creer que la solución está solamente en manos del gobierno a través sus políticas sociales, pero no es así. La sociedad civil, es decir, cada uno de nosotros, posee las herramientas para ser un aporte en esta lucha por nuestros niños. Los medios de comunicación deben ser capaces de transmitir las problemáticas propias de los niños desde una mirada seria y responsable. Y a nosotros nunca se nos puede olvidar que la voz de un niño es la voz del futuro.