Un Cuatro Estrellas con Vista al Mar

76 metros de frente al mar Pacífico, en esta parte del continente donde su costa se curva hacia el oeste, entre dos fértiles valles que llegan al mar, 4.582 M3 de hormigón, 530.000 Kg. De fierro y 120 trabajadores levantan el que será el Nº 16 de la cadena hotelera Diego de Almagro, con una inversión de US$ 12.000.000 ($ 6.600.000.000) que estaba programado iniciar el año 2012.
Su propietario, Don Faustino Alonso, a través de “Comercial Succeso Ltda” ha decidido hacerlo "ya", en consideración a las excelentes condiciones de clima, culturales, de entorno natural y oportunidad urbanística que unido a la puesta en marcha de la nueva Región de Arica y Parinacota determinan las claves positivas para concretar este ambicioso proyecto, que incrementará el parque hotelero local en aproximadamente un 13% (166 habitaciones de 35 M2 c/u), el parque actual (formal) es de 1.290 habitaciones con una capacidad de 2.446 camas para la ciudad de Arica (Sernatur 2007).
El desarrollar la sensibilidad de ver oportunidades donde otros no las ven no solo es un tema de “olfato intuitivo” sino también una disposición (actitud) para encontrar (estudiar) el cruce oportuno entre realidad objetiva y realidad subjetiva, aquello que soñamos hacer con aquello que la realidad de las cosas nos permite hacer.
Don Faustino Alonso con cadena de hoteles en Chile y Europa obviamente que sabe de su negocio y por lo tanto es muy poco probable que su apuesta por Arica no vaya a resultar y en esto no tiene que ver la cantidad de dinero que se tenga, sino la capacidad de apostar por la ciudad que queremos, así desde un simple habitante que no ensucia su ciudad, hasta las grandes obras de infraestructura como el Puerto de Arica o la pavimentación de las calles de la ciudad por ejemplo.
No menos importante para este proyecto es el entorno urbanístico donde se instala, dos conceptos son determinantes en esta decisión, lo que declara por Don Hernando Hernández V., profesional residente y director de obra:
- El menor impacto ambiental y la mayor rentabilidad urbana, por la condición de la alta movilidad vehicular que un hotel de esta envergadura compromete, no es posible imaginarlo en el centro de la ciudad ¿pero, cuán lejos debiera estar? La apuesta es a situarse en el borde urbano, que para este caso no es el borde en el límite de los extramuros, sino en el borde costero que tiene sentido y correspondencia a una ciudad de borde de mar como lo es Arica. Este hecho, que pudiera tener una lectura simple, de oportunidad de compra de un terreno disponible con vista al mar, no es solo eso, ya que el situarse entre el edificio Tiwanaco y el edificio Orotambo constituye una “masa crítica” que es capaz de irradiar y potenciar el desarrollo del sector, constituyéndose en un “motor” que “tira” a la ciudad, implementando infraestructura y estableciendo ocupación.
El fortalecimiento del borde de mar en conjunto con las obras ya existentes permitirá llenar el “vacío urbano” que dista entre el área denominada tierras blancas y la Avenida Raúl Pey Casado. Esto, porque aumentará el valor económico del sector (plusvalía) por una parte y por otra se desmitificará el fantasma del tsunami centenario. En este sentido la valoración de esta obra como obra de arquitectura no debe evaluarse solo como un negocio, sino también por estos otros aspectos que no son otra cosa que el compromiso de “hacer ciudad” y no está demás decir que no es por casualidad, hay una voluntad, un compromiso y una actitud que es trascendental.
El ponerse en contacto con una obra así planteada no puede dejarnos indiferentes a lo menos frente a dos grandes temas:
Uno: qué puedo hacer yo por Arica
Es preciso entender la ciudad como un espacio disponible, habitable, con límites y condiciones determinadas, son sus propios habitantes, quienes en un acto primero y esencial determinan de qué modo y manera se ocupa el espacio urbano. De esta forma, siempre y a todo nivel existirá la posibilidad de hacer algo que vaya en el sentido de la ciudad que queremos, cada uno desde sus propias posibilidades y potencialidades, evidentemente será distinta la acción de una autoridad con poder delegado que un simple ciudadano, en definitiva la ciudad se armará con la suma de tod@s.
Dos: La imperiosa necesidad de contar con un “Plan Regulador” del borde costero de la región
La sectorización y planificación de la ocupación del borde costero no solo permitirá la ocupación organizada de él, sino también fijará las reglas para la atracción de inversión, que en ausencia de ellas (las reglas) es muy difícil que se concreten.
La puesta en marcha de este hotel, demandará 70 puestos de trabajos permanentes directos y una cantidad similar en puestos indirectos, lo que no es menor, sobre todo por la urgente necesidad de bajar los índices de cesantía de la región. El termino de la construcción esta estimada para la primera quincena de mayo del 2009 y su apertura a público a mediados de junio 2009.
El edificio de 9.161 metros cuadrados en nueve pisos de altura más un subterráneo, proyectado por Pedro Pascal y arquitectos asociados y los ingenieros calculistas René Lagos y asociados y todo el equipo de trabajo, incluido su propietario representan para la ciudad de Arica y la región una obra de arquitectura que más allá de su funcionalidad representa la voluntad y la credibilidad de un grupo humano que cree en esta ciudad y es capaz de unir organizadamente discurso y acción.

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