¡Pongamos Fin a las Concesiones Sobre el Derecho Universal del Agua!

Se calcula que hoy, 1.2 billones de personas carecen de acceso al agua potable. En el marco de los Objetivos de Desarrollo del Milenio que impulsa la Organización de Naciones Unidas, el Nº 7 establece como meta para el 2015, disminuir a la mitad el número de personas afectadas por la nula y deficiente distribución de este vital elemento.
Tal vez por esta razón, respondiendo a su vez, a las políticas neoliberales y con gran apoyo de las instituciones financieras internacionales, son cada vez más países los que optan por favorecer a terceros con el servicio de administración y distribución del agua potable. La privatización del servicio de agua potable contempla diversas formas, las más usadas son las concesiones, en donde el privado tiene la responsabilidad de mantener, administrar y operar la infraestructura de la cual se hace cargo a través de contratos que normalmente van de 20 a 40 años. En América Latina, desde la década de los 90 y muchas veces, motivados por la ineficacia estatal en la administración de los servicios básicos, se ha optado por privatizar el servicio de agua potable, con consecuencias desastrosas en algunos casos.
La razón del fracaso de la privatización en algunos países es que las empresas concesionarias no cumplieron con su compromiso de cobertura de agua potable, otros no han cumplido con la calidad y en casi todos los casos, las tarifas representaron bajo esta modalidad importantes alzas, en un servicio que ofrece un recurso vital para la vida humana.
En Chile, el servicio está privatizado en gran parte del país, con una cobertura en las áreas urbanas de 98% aproximadamente y también se encuentra presente una de las grandes transnacionales, Suez Energy la cual junto con Vivendi, ambas de capitales franceses, concentran el 70% de los servicios concesionados en el mundo. Pagamos altas sumas por agua potable, que ni siquiera tomamos sea por los altos niveles de boro, por turbiedad, por el exceso de cloro, etc. Las empresas de agua embotellada o soda sacan cuentas alegres, mientras el servicio de estas concesionarias siga siendo deficiente.
El agua y el saneamiento deben ser considerados como un derecho social universal, un derecho humano, por el cual los estados deben velar y procurar a los ciudadanos el acceso libre y, muy lejos del lucro que hoy significa para estas transnacionales.

Agua potable de calidad para los chilenos, con participación ciudadana y control social. Fin de las concesiones de agua potable y el comienzo de hacer prevalecer nuestros derechos ciudadanos.
________________________________________________
"Las opiniones vertidas en los comentarios son de exclusiva responsabilidad de los ciudadanos que las emiten y no representan necesariamente a El Morrocotudo, medio que sólo actúa como plataforma de expresión democrática . Más detalles en Normas de Uso para Comentarios"