Cien años de soledad... y fatalidad

20 Mayo 2009
A la mejor manera del realismo mágico de Gabo García, Arica hoy, es cómo un verdadero Aracataca. Por Eduardo Osorio
Eduardo Osorio >
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Cuando le preguntaron a García Márquez, hace unos diez años, en que se había inspirado para recrear al pueblo mágico de Macondo, no lo pensó dos veces: “en Aracataca” dijo, “el pequeño poblado y oficina bananera, cuna de mi familia allá en Colombia , y que los gringos habían usurpado por décadas, luego de sacarle el jugo, para dejarlo como un verdadero fantasma”.
Ni más ni menos, Arica es Aracataca.
Caminar por el barrio industrial hoy, entremedio de los galpones-esqueletos y sus calles polvorientas y desoladas, además de terrosos colores y con el desierto de fondo, donde antes los obreros, mecánicos e industrias bullían , es tan triste como divisar las oficinas bananeras abandonadas, semicubiertas por la selva tropical.
Las estaciones olvidadas a la vera de la línea del Ferrocarril al altiplano y a Bolivia, antes boyante de carros con mineral, también.
Además, el vaporcito ése, que un inmigrante yugoslavo tripulaba, y que llevaba el agua dulce, hace tres cuartos de siglo, a las Caletas desde Vítor hacia el sur, se lo quisiera Gabo para un argumento como el del “Amor en los tiempos del cólera”, y a lo mejor, escribiría pletórico otro libro sobre Arica, de más nostalgia y soledad.
En fin, Arica es nombre más cortito que Aracataca, pero por lo que está pasando ahora, me suena igual.
Basta leer los coments: Aurelianos Buendías al por mayor : “Nerones”, “Juacos”, “Patos Cueás”, “Doralisas Zorricuetas”, “Patos Tombolinis”, “Raymundos Ortegas”, “Vilmas”, todos al final, personajes mitológicos, que queman sus naves por tratar de salvar la ciudad semi hundida.
En resumen mucho seudónimo, dolor, y desengaños al por mayor en “El Morrocotudo”, QUE ES LO QUE OCURRE CUANDO SE HA ESQUILMADO SIN ASCO, SE HA LUCRADO A VISTA Y PACIENCIA DEL INGENUO CIUDADANO QUE HACE PATRIA, LEJOS DEL PODER CENTRAL, TAL COMO VISUALIZO GABO, LO SUCEDIDO EN SU PEQUEÑO POBLADO ANCESTRAL, EN MEDIO DE LA SELVA TROPICAL.
Fíjense ustedes, que políticos como los que allá se “chuparon” el oro y el esplendor de Macondo, aquí brillan tal como en “Cien Años de Soledad”.
Elegidos a punta de votos de gente confiada, honesta, llenos de sacrificio y lealtad como dice el himno, para después olvidarlos, y venirlos a ver cada seis meses, cuando ya les dan arcadas del poder omnímodo de la “capital”.
Se los digo con entera confianza: Arica, y su decadencia es ver Aracataca. No hay un pelo de diferencia, y el realismo mágico ACASO queda chico ante tanta desgracia, en un oasis como éste, que a 2080 kilómetros de la Moneda, del Congreso, del Banco Central, parece que no existiera para los políticos, si no sólo en época de elecciones.
Ahora mismo Víctor Barrueto, antes Flores. Por Dios, ¿qué nadie puede alzar la voz por este pueblo?. Ya es mucho, córtenla.
¿Qué no haya un solo político nacido en Arica, que no se lleve la dieta parlamentaria para la casa?.
Tal como dice un “Tata Raymundo” , coincido en que Santiago al final tienta a cualquiera, con buen billete, mujeres, autos nuevos, corrupción, y entiendo, que la voluntad es débil, como la carne.
Por eso digo, los comentarios, el despotricar, llorar sobre la historia de un pasado refulgente, del puerto libre, del nylon, de los Caravelle, de las citrolas, del matute, da para una novela mucho más llena de abandono, miseria y tristeza que “Cien Años de Soledad”.
¿La receta?.
Dios nos libre.
Ahora leo, igual que sucede con el Coronel Aureliano Buendía en la novela garciamarquiana, que despiertan de la siesta al “Tata” Raymundo EN SU “PARCELA AZAPEÑA”, que las canta claras, y acaso sea el de mayor lucidez, para pronosticar lo que va a pasar.
Para colmo menciona el Tarot, y hasta una amenaza velada al tal Tombolini, tal como el Coronel de la novela homónima…
¿No será mucho, la coincidencia Lucho?.
Por eso esta madrugada de sábado no resistí escribir sobre Arica y su orfandad.
¿No será la hora, pregunto al final, como dice el “Tata Raymundo”, y que se autoinmola como el salvador de la ciudad, de verse el tarot como dice, todos en conjunto, para saber a qué atenerse, y vencer la fatalidad?
Arica... Eres epopeya de pueblo olvidado
Forjado en cien años de amores e historias
Te imagino y vuelvo a vivir
En mi memoria quemada al sol
Arica, Arica...
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Comentarios

Imagen de Veomiro Miroveo

A diferencia de los

A diferencia de los Ariqueños, que según el comentarista Luis Seguel "re poquitos" han leído Cien Años de Soledad, somos muchos de los Cataqueros, por no decir que la mayoría, quienes si hemos leído la obra cumbre de nuestro paisano. Si es acertado el comentario del amigo Seguel Vorpahl invito a los Ariqueños que se lean tanto a la obra de Gabo como a mi blog (www.veomiro.blogspot.com) para que entiendan mi comentario anterior el cual espero no sea censurado ya que es muy respetuoso. Mil gracias.

Imagen de Veomiro Miroveo

Apreciado Sr. Eduardo, soy

Apreciado Sr. Eduardo, soy de Cataquero (gentilicio de los nacidos en Aracataca), igual que el maestro Gabo, por ello conozco de primera mano lo que ha sucedido y acontece con mi pueblo y no tengo ninguna duda, pese desconocer la realidad de Arica, que es su símil o comparación usted maltrata a Arica. Es que no puede haber pueblo alguno en el mundo que tenga la desgracia de vivir los "Cien años de soledad" que está viviendo nuestra querida y sufrida Aracataca, soledad u orfandad de gobernantes y parlamentarios comprometido con las causas de los más necesitados, aquí pululan los delincuentes de cuello blanco quienes han sido los responsables históricos de la situación de mi pueblo. Para que se forme una idea de lo que afirmo lo invito a que se lea los escritos que aparecen en mi blog cuya dirección es www.veomiro.blogspot.com. Así que por favor señor Eduardo Osorio, respete a Arica y a los Ariqueños y no los ofenda comparándolos con Aracataca y la suerte de los cataqueros. Nuestra desgracia es nada más nuestra y no permitimos que ni siquiera nos la pugnen así sea por simple comparación. Mil gracias.

Imagen de Luis Seguel Vorpahl

Don Eduardo, excelente la

Don Eduardo, excelente la comparación y el artículo en general pero lamento decirle que el Arica... poquitos, re poquitos han leído 100 Años de Soledad. Deberíamos, por Dios, empezar por ahí.

Un abrazo