Terremoto en Chile 2010: ¿Y dónde está Dios?

09 Marzo 2010
Antes que preguntarle a Dios, ¿por qué permite esto?, hay que preguntar al hombre ¿cómo consentimos que tantos seres humanos vivan en la miseria, indefensos ante la naturaleza? Por Orlando Contreras sj.
Orlando Contrer... >
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A propósito del reciente terremoto en chile, como el de Haití, en enero pasado, en no pocos ha surgido la pregunta: ¿Y dónde esta Dios? Reproduzco para ustedes, con un breve retoque, un artículo de un compañero jesuita P. Juan A. Estrada sobre el particular.
Antes que preguntarse por Dios, ¿por qué permite esto?, hay que preguntar al hombre ¿cómo consentimos que tantos seres humanos vivan en la miseria, indefensos ante la naturaleza? La tragedia de Chile, sigue a la de Haití y al tsunami de Indonesia y vendrán muchos más, porque tres cuartas partes de la humanidad viven en la pobreza, sin medios para controlar la naturaleza. Tenemos los recursos técnicos y materiales para reducir al mínimo estos desastres, pero la distribución internacional de la riqueza los invalida.
¿Y dónde está Dios? Seguimos esperando milagros divinos que cambien el curso de la naturaleza; apelamos a la Providencia para que intervenga en las catástrofes naturales; rezamos y pedimos prodigios y señales. Y Dios guarda silencio y no actúa como esperamos. No aprendemos de la historia. No paró la cruz en el Gólgota; no intervino para evitar Auschwitz; no es el Dios relojero de Newton, que ajusta el reloj natural de vez en cuando; no modifica las leyes de la creación, descubiertas por la ciencia.
El hombre y el universo son obra de un creador que respeta la libertad humana y el dinamismo de la naturaleza. Si buscamos al Dios milagrero, siempre a la escucha de los deseos del hombre, busquémoslo en otra religión, no en la del Dios crucificado. Es inconcebible que los cristianos sigamos esperando intervenciones prodigiosas, como en tiempos de Jesús, sin asumir la mayoría de edad del hombre y la autonomía del universo, cuyas leyes conocemos mejor y cada vez más.
En cambio, encontraremos a Dios, si lo buscamos identificándose con las víctimas y llamando a los hombres de buena voluntad a la solidaridad y la justicia; si esperamos que Dios nos inquiete, nos provoque y nos llame a colaborar de mil maneras para mitigar el dolor en Haití; si creemos que Dios no es neutral y que el contraste entre el gran mundo pobre y la minoría de países ricos clama al cielo. Hay que ayudar a Dios para que se haga presente en Haití como en el sur de Chile, porque necesita de los hombres para que llegue ahí el progreso y la justicia. Los muertos y refugiados de la catástrofe tienen hambre de justicia, la de las bienaventuranzas, y Dios necesita testigos suyos para hacerse presente.
Nadie puede hablar en nombre de las víctimas sin experimentar sus sufrimientos ni padecer su forma de vida, sólo hacernos presentes a ellos. El protagonismo corresponde al ser humano: Dios es autor de la historia, en cuanto inspira, motiva y envía para la solidaridad y la justicia. El Dios cristiano no es la divinidad griega que siente celos del hombre y castiga a Prometeo, sino el que se enorgullece de la capacidad para generar vida con la ciencia y el progreso, sólo exigiendo que los recursos naturales se pongan al servicio de todos. Hay que actuar como "si Dios no existiera" y todo dependiera de nosotros, universalizar la solidaridad y cambiar las estructuras internacionales que condenan a pueblos enteros a la miseria. Desde ahí podemos esperarlo todo de Dios y pedirle que fortalezca, inspire y motive a los que luchan por un mundo más justo y solidario.
Dentro de pocos meses nuestros compatriotas del sur de Chile, como Haití, serán un mero recuerdo, excepto para los que siguen allí, y los habremos olvidado, como a Indonesia o las hambrunas del África subsahariana. La gran tragedia del siglo XXI es la de una humanidad que tiene recursos para acabar con el hambre y mitigar las catástrofes naturales, pero prefiere emplearlos en armamento, para defenderse de los pobres; en policías, para evitar que lleguen a nuestras islas de riqueza y en los despilfarros consumistas de una minoría de países. Del mal de todas las víctimas del terremoto –en Haití o en Chile- somos todos responsables y la solidaridad no puede quedarse en el acontecimiento puntual, aunque sea necesaria, sino que exige otra forma de vida: la del que ama hasta el extremo entregando su propia vida por la vida de los demás.

Comentarios

Imagen de DANIELA

dios no tiene la culpa ya

dios no tiene la culpa ya que somos los humanos los que provocamos

Imagen de juan

los ateos y comunistas le

los ateos y comunistas le echan la culpa a dios de todo lo que pasa y no se dan cuenta que ello son lo culpables de lo que pasa se extrañan por que hay inundaciones donde nunca ha habido, pero uno pregunta y esa represa que hicieron donde nunca llueve no creen los sabios que por la evaporacion producen la lluvias

Imagen de orlando

Conclusiòn...Dios no sirve

Conclusiòn...Dios no sirve para nada....nunca esta donde realmente se le necesita.....los que creen en Dios, quieren creer en un amigo imaginario para consuelo de sus desgracias....entonces....podemos perfectamente vivir si ese "Dios"....estariamos mejor y aceptariamos nuestras propias responsabilidades por los hechos y acciones....

Imagen de Americo Veliz Veliz

Hans..me das pena, tu

Hans..me das pena, tu inmaginación satánica, atéa, atrevida y raquitica te condenará para siémpre..Ya lo vas a vivir en carne propia y no te olvides de clamarle ayuda al Dios ( Con mayuscula) vivo que te ama a tí más que yo. Por tipos como tú murio Jesús en la Cruz. Ya vera.

Imagen de LUIS ALFONSO JACHURA ARANCIBIA

Don Orlando, este artículo

Don Orlando, este artículo debe ser dedicado a los Iluminatis del mundo, a los dueños de las grandes riquezas, de las grandes empresas y fábricas del planeta, de los G8..G9..G10, de los Magnates Petroleros, los Billonarios, de la nobleza Reál, de los que tienen y reparten la gran economía del mundo, los consorcios capitalístas y las grandes agrupaciones religiosas millonarias de cada país...Ellos son los dueños de la riqueza y no la comparten, la dejan en herencia para sus hijos, esposa y familiares...Para los pobres ¡ Jamás ! Además los que más ofenden a Dios con sus aberraciones son ellos, no necesitan a Dios por que tienen el poder económico, ellos ponen y sacan Gobiernos, ellos no son empáticos con los pobres...Yo diria que ellos son los principañes culpables de la miseria de la gente, los estrujan y quieren ganar más y más dinero insaciablemente..Creen en cualquier cosa, estan vacios espiritualmente, van por el camino ancho de la vida les gustan " El poder, el dinero, el placer y tener más. ¿ Qué puede hacer Dios con esta gente ? Solo mostrar su poder con la naturaleza para que no se olviden que lo material no sirve de nada. No te aferres a las cosas del mundo por que perecen, aferrate a Dios que siémpre permanece eternamente. Aquí los pobres pagan justos por pecadores. Cuando se corta el hilo delgado nos acordamos de Dios. ¿ Quién de los multimillonarios de Chile dieron plata de su bolsillo para los pobres ? Solo el de clase media, el pobre, el poblador el pequeño comerciante, las Organizaciones, se motivaron, Farkas y ninguno más. Es mejor que Dios no vea estas incongruencias de la vida entre lo que predicas y lo que practicas.

Imagen de Hans König K

Cuando se producen las

Cuando se producen las grandes catástrofes, a los que profitan de la fe ingenua de las personas, les cuesta dar una explicación plausible entre la enseñanza del "dios todopoderoso, omnisciente, padre amoroso de la humanidad" y la dura realidad que provocan los fenómenos naturales, con su cortejo de muerte, destrucción y doilor.

Estos fenómenos naturales contradicen la enseñanza de una "Providencia Divina" y nos da cuenta que el ser humano es un ente más en el universo, sujeto como todos a las leyes físicas, a la muerte y la destrucción.

Todo en el Universo, nace, crece y muere. Desde las inmensas galaxias hasta los organismos celulares. El hombre no puede escapar a esta realidad.

Así como hay galaxias que explotan, hay supernovas, hay nacimiento de otras. Nada tiene de raro que en nuestro modesto planeta, una insignificancia en el Universo, se produzcan maremotos, terremotos, ciclones, inundaciones, etc. Es parte del orden del Universo. Nada tiene que ver aquí la mano de una supuesta divinidad, porque si fuera así habría que concluir que esta divinidad es un ente que goza en el sufrimiento del ser humano.

Para no tener que enfrentar la realidad de la inexistencia del dios amoroso, Padre de la humanidad, el articulista trata de desviar el razonamiento haciéndonos culpables del hambre y la injusticia.

¿Y que tiene de raro que el ser humano, criatura imperfecta, según las religiones, sea egoista, cometa injusticias, etc, si el supuesto dios omnisapiente y todopoderoso permite o provoca catástrofes, muerte y sufrimiento?

Mejor reconocer que no hay ninguna divinidad y que tenemos que aprender a sobrevivir con lo que tenemos. Claro que esto es duro, y muchas personas no pueden pasar sin el apoyo sicólogico de creencias en entes sobrenaturales, de lo cual medran a través de la historia, las clases sacerdotales en todos los ritos, desde la antigüedad hasta nuestros días.

Imagen de Arnaldo Canales Carpio

SEÑOR DIRECTOR DE TODOS

SEÑOR DIRECTOR DE TODOS ESTOS DIARIOS HACE MAS DE 3 DIAS QUE UD. TIENE LOS MISMOS COMENTARIOS ¿ QUE PASA QUE NO LOS RENUEVA ?

Imagen de Eduardo Mazzola

Dios está en y con

Dios está en y con nosotros. La catástrofe se debió al error de los hombres que no avisaron a tiempo que venía un tsunami, a los que construyeron los edificios con deficiencias, a los que permitieron el saqueo, a los que no cumplieron con su trabajo, a los que no quisieron dar las órdenes con tiempo. El hombre es libre de hacer lo que quiera, tiene libre albedrío. A Dios lo dejaron fuera. ¿Por qué culparlo a Él?. Es lo mismo que con las fuerzas armadas. Hoy a ambos los necesitamos con urgencia para poner orden y levantar a este país. Dios están en nosotros y con nososotros, siempre y cuando nosotros lo queramos. No nos acordemos de Él hoy porque la naturaleza fue inclemente, sino que llevémoslo siempre en nuestros corazones y en las relaciones que tengamos con nuestros hermanos.