El más Fome de los Juegos

30 Abril 2010
El Creador ordenó a pájaros y animales, que hablen según su especie y diferencia, pero éstos no supieron hacerlo, o sea probaron a juntar las palabras y saludar al Creador, pero no pudieron. Por Eduardo Osorio
Eduardo Osorio >
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Insisto con que el espejo, esa añeja invención de los alquimistas que el mercurio con el vidrio detonaron, es junto a sus estéticas referencias, un amigo del alma, que nos manda a un universo paralelo donde está nuestro otro yo, aunque como entorno se asomen cajetillas de cigarrillos semi vacías, camisas arrugadas, o diarios dominicales ajados al otro lado, sigue siendo para los ojos la mejor muestra de que existimos, y nos damos un boleto de vez en cuando...
Bien, ahora supongamos que tres amigos, dos empleados públicos quejosos de sus pensiones y el otro, dueño de un bazar que acaba de cerrar, con estridente cortina metálica, para alejar cacos oportunistas, más que para protegerse de las gatas hidráulicas de los profesionales que la revientan en la madrugada, se juntan en un ex Club Radical, a jugar al dominó, la más fome de las entretenciones, que se reduce a colocar un cuatro frente a un cuatro o un chancho cruzado para que quien tenga el número lo ubique a cada uno de los lados, y tras ordenar un gran jarro de azúcar con vino etílico, y curador, más que el ayahuasca.
Bien, “éstos tres” (lindo nombre para un conjunto de rock... lo cedo), miran a la mesa, con un pucho en los labios uno, otro contestando el celular y el tercero revolviendo las fichas sobre el hule verde, tratando de sorprenderse haciendo trampas, prometiéndose las penas del infierno, mientras el wurlitzer reciclado, que aparece más como antigüedad que como implemento de la decoración de un bar como aquél, suelta canciones de Américo, pero, y es lo importante de esta columna es que tiene que ocurrir algo magnífico para que se miren a los ojos, cuyas expresiones, comisuras, caracteres, arrugas, también de labios, gestos, y hasta tics, nos entrega el alma del otro, la manera de decirlo, o lo que nos quiere decir, y los perlas, se pierden el espectáculo más maravilloso del mundo, asumiendo que son buenos jugadores, que son capos “pal dominó”, que esto y que el otro, hasta que llega un cuarto (¡¡hola amigo!! intégrate y ándate con el Pancho, y jugamos la pedida…), mientras de nuevo, sin mirarse a los ojos, le piden un lápiz y un papel al dueño del local, que cansado de estar de pie todo el día tras la barra, ya le ha dado el sobre azul a su última garzona, muy patuda y floja la pobre (que contradicción más grande... floja y pobre de compasión), y se aguanta hasta las dos o tres de la madrugada de este incipiente otoño, las bromas ésas, las risas ésas, las tallas ésas, tan repetidas y lugares comunes, que hasta les cobraría por eso…y lo que hace en realidad pero simulado en los ítems de la cuenta que les lleva en un papel café y garrapateada con letra de médico...
Pero a lo que quería llegar es que esta alma del pueblo, se pierde en lisonjas y pretextos como éste, sin mirarse a la cara siquiera, sino comunicarse tonteras mediante un vuelo rasante acaso, y de reojo, y en forma de reproches, cuando el amigo amaga tirar una carta “pesada” y deja al otro con las ganas de “dominar”
Epílogo: La comunicación pienso, se hace con los ojos, aparte del diálogo, pero principalmente con la vista, o sea para ver y no mirarse como hace de repente el cuarteto. Ahora bien…la cosmogonía quiché, cuenta que “el Creador ordenó a pájaros y animales, que hablen según su especie y diferencia, pero éstos no supieron hacerlo…o sea probaron a juntar las palabras y saludar al Creador, pero no pudieron, por lo que fueron ultrajados y desechadas sus carnes, y de tal manera son comidos y muertos todos los animales, que hay aquí sobre la tierra “.
Haz la analogía, querido lector, y piensa qué mal aprovechados los sentidos, en este caso la vista, además de concluir por qué soy vegetariano.

Comentarios

Imagen de Antonio Rojas Sumonte.

Disculpen la comparacion

Disculpen la comparacion pero este señor de verdad escribe y entrtetiene en esta vision del domino, asi sin aspavientos, y muy en familia, es el encanto de la escritura, incluso digo que podria seguir leyendole, ojala hubiera seguido el articulo, es un relato que lleva muy bien la ambientacion, y gusta. Feliciatciones.