Europa, cómo equilibrar una economía continental

22 Mayo 2010
Nuevamente les dejo una columna de Pedro Vergara Meersohn, en donde señala que la situación económica en Europa refleja la incapacidad política de resolver problemas nacionales a nivel continental.
María Elena Ast... >
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La situación económica en Europa refleja la incapacidad política de resolver problemas nacionales a nivel continental. La interdependencia económica en Europa es considerable y formalizada por la existencia misma del Euro. Si no existe una autoridad central que pueda implementar decisiones políticas independientes de los intereses nacionales, el mercado común europeo con todas sus potencialidades y problemas será una ilusión. La atención de los políticos es nacional ya que su electorado está circunscrito dentro de las fronteras del gobierno nacional. Por otro lado, no puede existir una moneda supranacional sin que exista un poder supranacional que la apoye política y económicamente. El parlamento europeo es una entidad impotente y a pesar de todas las reuniones, documentos e intentos no existe aun un gobierno central en Europa.
Grecia es el catalizador, pero no la causa del problema y quizás sea solo el inicio de un proceso. Grecia representa una fracción del total. Un 2% del producto bruto europeo. La realidad es que algunos países, sobretodos en la zona del mediterráneo, han aprovechado de los bajos intereses que consistió la moneda única para contraer deudas que superan abundantemente el 3% de déficit permitido. Aumentos de sueldos, subvenciones e inversiones públicas exageradas por un periodo de años, sin crear ventajas competitivas o una productividad mayor, han rebalsado el vaso creando una situación insostenible.
El problema en este momento es definir las políticas y responsabilidades para equilibrar una moneda y economía continental en modo armónico, subordinando los intereses nacionales a los intereses de la Unión Europea. Los planes de reducir el gasto público de un 12% en Grecia, han creado y creará una resistencia enorme. Una situación relativamente comparable podría desencadenarse en Portugal, España, Irlanda, donde los títulos de estados han sido degradados. Italia no está fuera de este peligro por las dimensiones de deuda nacional que corresponde al 120% del producto nacional.
Por el momento, aumenta globalmente el riesgo financiero, los intereses bancarios, se debilita el Euro y esta situación inestable se propaga rápidamente hacia otros mercados y zonas geográficas, limitando y/o encareciendo el acceso a los créditos, las inversiones y debilitando la capacidad de absorción de los mercados, haciendo menos probable un recupero productivo y la superación de la crisis económica a breve termine.
La política ha sido nuevamente superada por las exigencias económicas y el sistema nuevamente muestra su incapacidad de reaccionar. En estos momentos en Bruselas se discute el que hacer y seguramente la economía griega será apoyada con un flujo de capitales. Pero la enfermedad va más allá de los síntomas y comprende el sistema político, económico y administrativo en Europa en general.
Fotografía: Will Spaetzel