Situación de patos yecos tendría solución

En la ciudad existen varias problemáticas sin solución, las cuales afectan de manera drástica tanto al entorno como a la población de la ciudad de Arica. Contaminación, hoyos en las calles y, creo el más popular de todos, los “patos yecos”, el cual trae dividendos negativos en materia económica, ambiental y turismo.
En particular esta especie de cormorán se encuentra presente en el área costera de la ciudad, y con el pasar de los años se ha ido adentrando hacia el centro de Arica, destruyendo a su paso la plaza Vicuña Mackena, e incluso ya se pueden observar que están llegando hasta la calle 18 de septiembre.

Esta situación por muy particular que parezca tiene una explicación bastante simple, debido a que en la plaza Vicuña Mackena, esta ave tiene todo en perfectas condiciones para desarrollarse. Primero tiene un lugar seguro donde pernoctar y poder empollar a sus crías sin ningún riesgo, están en altura, con la vista perfecta hacia el mar, lo que le entrega condiciones de alimentación perfectas y por último no tiene predadores que la amenacen.
Se han tomado e ideado diversas estrategias para poder erradicar a esta ave que tanto daño le ha causado a la ciudad, pero ninguna ha obtenido los resultados esperados hasta la fecha. Pero puede que en la actualidad se haya encontrado la solución que está basada en éste último punto antes mencionado, un predador que haga intranquila su estancia en las plazas y calles de la ciudad.
Se trata de una iniciativa basada en un arte de más de 3.000 años de antigüedad. La cetrería, la cual consiste en la relación establecida entre el humano y las aves rapaces. En la antigüedad el ser humano domesticaba y adiestraba aves rapaces con la finalidad de obtener alimentos, pero en la actualidad se utiliza para muchos beneficios, uno de ellos es el control biológico de plagas el cual se lleva a cabo en muchas partes del país.
Particularmente la empresa en Arica que trae esta idea es Rapaces Chile, que con su representante en la ciudad Andrés Cancino lleva más de un año investigando el comportamiento y las características del Cormarán Yeco.
Andrés me concedió una entrevista donde pudimos conversar de qué se trata este arte milenario y cuál es la propuesta que se estableció para la ciudad.
¿Qué es la cetrería?
La cetrería es un arte, en el cual se consigue cazar presas mediante el entrenamiento de aves rapaces. Da lo mismo que especie sea, esto se consigue con un trabajo muy extenso de mucho dedicación a través del tiempo. Se determina que es un tema de confianza, que un ave vuelva al puño, fuera de las necesidades que él tiene de alimentación. Llega a ser en el fondo el cetrero uno solo… el ave, puño y el cetrero, entonces hay un tema de confianza, de amor en el cual el ave rapaz captura a la presa y una vez que lo hace, permite al halconero que este pueda adquirirla a través de un intercambio y un refuerzo que se le otorga al ave. Ahora en el marco científico podemos hablar que esto corresponde a un sistema de condicionamiento operante que es de estímulo y refuerzo y a la vez por repeticiones sucesivas. Yo al ave le enseño a saltar en un lugar determinado 5 o 6 veces de una manera entretenida de modo que capture la atención de él y termina el trabajo del día. Después con el tiempo se va ampliando este margen de salto a nivel de que el ave pueda volar 4 horas sueltas en cualquier lugar, y a la orden o al comando que se le determina, o la comunicación que yo establezco con la rapaz, que puede ser un silbato o un grito o un sonido especial, ella debería volver al puño.
¿Cómo sería el funcionamiento acá en la ciudad con el caso de los cormoranes yecos?
Recordemos que el cormorán no es un cazador, es una presa para las aves rapaces, entonces hay un medio a favor de nosotros, que son miles años de evolución en el cual existe la relación depredador-presa, por tanto el pato yeco sin conocer que es un ave rapaz, a lo que él está acostumbrado, automáticamente va a sentir un miedo instintivo que va a provocar el ahuyentamiento en forma inmediata de este tipo de ave. Además esto se va a ver fortalecido mediante ataques a señuelos que nosotros podamos generar, que en el fondo vendrían siendo ataques reales a un objetivo que nosotros entrenamos y el cormorán al estar mirando este tipo de conductas, va a tener la tendencia a dejar el espacio físico en el que está, ampliar el radio, volar a un espacio más seguro y así se puede ahuyentar a las afueras de todo lo que es el radio urbano, llevándolos a lugares que puedan ser su lugar de hábitat. Todo lo que es borde costero, lo más aislado posible. Sabemos que el cormorán yeco no corresponde a la fauna que nosotros tenemos dentro de la ciudad, entonces vendría siendo plaga.
Para manejar esta información tuviste un proceso de estudio ¿Puedes contarnos algo al respecto?
Se realizó un estudio al respecto del cormorán yeco, obviamente hay que conocer bien al rival, hay que conocer bien el enemigo, entonces hay que estudiarlo, incluso saber la velocidad de vuelo de ellos, ver los lugares que habitan, ver cuál es la razón de porqué están acá.
Acá en Arica se le están otorgando todas las condiciones, están dejando que él pueda reproducirse sin ningún problema, se le está dejando que pueda pernoctar en un lugar seguro y a la vez cerca de donde obtiene el alimento, tanto pueden tener todas las capacidades reproductivas. Si quisiéramos hacer un criadero de cormoranes, se haría prácticamente solo.

En particular ¿Qué es lo que haría el ave rapaz acá en Arica?
El ave rapaz ahuyentaría al cormorán. Lo haría mediante vuelos controlados con técnicas de cetrería como te explicaba con anterioridad. Por ejemplo podríamos hacerlo volar entre dos cetreros de puño a puño con una distancia de unos 250 metros, o desde el morro hacia abajo, hay muchas variedades en la que lo podemos hacer sobrevolar y el rapaz vaya generando un radio de emergencia para las otras aves, un lugar crítico, un lugar inseguro, donde ellos no puedan descansar, no puedan alimentarse, no puedan hacer ninguna de las actividades a las que están acostumbrados y por tanto, al bajar la carga o la unidad animal por espacio cuadrado, hacemos que el rapaz sea solo el dueño de esa área.
Tú presentaste esto a la municipalidad. ¿En qué quedo eso?
Efectivamente, la verdad de las cosas es que se conversó obviamente y hubo una muy buena aceptación por parte de las autoridades de la municipalidad, pero al respecto quizás escapó del presupuesto y la respuesta fue que en estos momentos no había presupuesto para poder realizar el servicio, no podían adquirirlo y ahí se estancó. He estado a la espera de que algo pase, de poder ir nuevamente a informarles, para que lo programen para el próximo año.
¿En cuánto tiempo bajaría la población de cormoranes en la ciudad?
En un mes, del 100% podríamos reducir al 60%, o sea en un mes podríamos bajar un 40% de la población total y lo otro tendría que ser con el tiempo y los patrullajes y como buen control biológico, llegar al porcentaje más alto que obviamente no va a ser un 100%, porque no son máquinas sino que es un control biológico que pretende mantener el equilibrio dentro de la población, porque aunque nosotros no creamos el cormorán igual tienen que cumplir alguna función.
En la actualidad se está hablando mucho del maltrato animal y de los adiestramientos, los cuales recurren en violencia con los animales, nos puedes contar en qué consiste el entrenamiento de las aves rapaces.
El entrenamiento consiste básicamente en la confianza que tiene el ave. Recordemos que como buena ave y rapaz la desconfianza es total, yo en ningún momento voy a tener la confianza absoluta del rapaz, lo que si hago es sensibilizarla con respecto a todos los miedos que ella pueda tener. Va a ir teniendo menos miedo al sonido de los autos, va a ir teniendo menos miedo a ver las otras personas, pero está dentro de su naturaleza tener un poco de temor. Obviamente la confianza que yo le voy entregando y el acostumbramiento que el rapaz ve día a día con los diferentes elementos que hay en el ambiente, hace que tome confianza a través del alimento y repeticiones que se hacen constantemente y tratando de mantener su instinto natural que es cazar. Se realiza con señuelos no animales, se logra el entrenamiento final que es poder casar con esta ave rapaz, o sea hacerse de presas vivas. El ave rapaz nunca sufre, lo más que puede tener es la ansiedad de querer salir al campo, a cazar a pasarlo bien, a estar con su mejor amigo que es el cetrero y ser feliz.
Imagínate, con toda la desconfianza que tienen estos animales, golpearlos o hacerles algún daño durante su entrenamiento, significaría que no volvieran al puño, esa es la prueba de lo que te cuento.