Silvio Berlusconi en al cuerda floja

14 Diciembre 2010
El primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, quien el martes tendrá que hacer frente a una moción de censura en el Parlamento, se jugó el lunes su carta más delicada al advertir que la estabilidad política y financiera del país estaba en riesgo.
Gloria Delucchi >
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“Abrir hoy un crisis gubernamental, sin una solución previsible, sería una locura política” dijo Berlusconi ante el Senado italiano, en víspera del voto parlamentario que podría ocasionar un colapso de su gobierno.

En procura de sortear el desafío, Berlusconi propuso un pacto legislativo a sus opositores de centro derecha, incluido su ex aliado y actual rival Gianfranco Fini, quien ha reclamado la renuncia del primer ministro.

El desafío de la crisis política italiana es motivo de incertidumbre, pues mientras algunos políticos y analistas aseguran el fin de la “era Berlusconi” otros creen que el Cavaliere podría sobrevivir políticamente, una vez más.

Berlusconi, de 74 años, enfrenta dos votaciones cruciales el martes en el Parlamento: una moción de apoyo a su gobierno en el Senado y una moción de censura en Diputados.

El voto promovido por la oposición en la Cámara de Diputados se prevé ajustado y de resultado incierto, tal vez con una diferencia de uno o dos votos. Pero si Berlusconi pierde, se vería obligado a renunciar.

Fini, cuya ruptura con Berlusconi le hizo perder al gobierno cerca de 40 legisladores en julio, anticipó el domingo que el primer ministro perderá la votación.

Sin embargo, a pesar de que su índice de popularidad, actualmente es en torno al 30%, se ha derrumbado tras una serie de escándalos de sexo y corrupción, Berlusconi se ha mostrado confiado a que superará el reto del martes.

En su discurso ante el Senado el lunes adoptó un tono calmo y medido y advirtió que las tensiones en Italia pueden afectar la credibilidad financiera del país.

“Necesitamos continuidad, una perfecta eficacia, capacidad de decisión, todo salvo una crisis con un salto al vacío”, expresó, destacando la necesidad de “estabilidad” frente a la crisis económica y a las turbulencias de los mercados financieros europeos.

A los parlamentarios de centro ofreció a cambio de su apoyo impulsar las reformas y cambio “lo que hay que renovar en el programa y en el gabinete de gobierno”.

Mencionó expresamente a la UDC de Pierferdinado Casini, con el que rompió en el 2006, dejando entender que estaba dispuesto a modificar la criticada ley electoral.

“La unidad de los moderados italianos es uno de los frutos más preciosos de esta fase, un patrimonio inestimable que nadie puede ser tan irresponsable de destruir voluntariamente”, aseguró.

Berlusconi, que evitó su habitual tono combativo, hizo un llamamiento también a los parlamentarios de centro y derecha para que respeten el voto de sus electores.

“Todo se puede hacer, menos planear una alianza con la izquierda, uniendo grotescamente los votos sustraídos al Pueblo de la Libertad (el partido de Berlusconi) a los del Partido Democrático y a Italia de los Valores (las dos principales fuerzas de la oposición de centro-izquierda). Se puede hacer cualquier cosa menos traicionar el mandato recibido de los electores”, dijo.

Pese a sus declaraciones conciliadoras, la incertidumbre reina.

Para Casini la propuesta del jefe de gobierno “es creíble sólo si Berlusconi renuncia” y no se empeña en permanecer en el gobierno con una mayoría limitada, pedido que ha rechazado tajantemente.

Si pierde la votación, debe renunciar al cargo, como establecen las normas de la República Parlamentaria y el Presidente de la República, Giorgio Napolitano, abre una fase de consultas para intentar formar un nuevo gobierno o disolver el Parlamento y convocar elecciones anticipadas.
Fuentes:-
AFP
BBC