Observando el Movimiento Estudiantil en Arica

La cosa esta que arde. La historia parece repetirse. Recuerdo, no hace mucho, cuando fui dirigente estudiantil en Arica, durante toda mi enseñanza media. Primero como Presidente del Centro de Alumnos de mi colegio, luego como Secretario General de la Federación de Estudiantes Secundarios y finalmente como Presidente de esta misma. Junto a compañeros como Stephannia Jeldrez (DC), Bárbara Sepúlveda (hoy JJCC), Claudia Ramos (Atina Chile), Antonio Vergara (Atina Chile), Oscar Pinilla, Verónica Arellano, y otros cientos de dirigentes secundarios, nos tocó dirigir y representar a los estudiantes en conflictos parecidos a los que hoy viven los pingüinos.
Leo con angustia las divisiones que viven los secundarios en Arica. El movimiento estudiantil suele tener una enfermedad crónica: en momentos de conflicto las divisiones afloraban. Al parecer Santiago es el mejor ejemplo de esto. Se disuelve la Feses, se crea la Aces, se divide Aces, se crea, se divide y así sucesivamente. Los liceos públicos por un lado y los subvencionados por otro. Cuento corto: el Gobierno no sabe con quien negociar, hay diez representantes distintos en Santiago y no hay acuerdo. El movimiento universitario parece ser mas disciplinado y no cometer el error de dividir la Confech.
Arica siempre ha sido un ejemplo en su unidad. Es una de las pocas ciudades en Chile donde todos los establecimientos educacionales están representados en una sola Federación. Luego de todos los esfuerzos por hacer representativa y legitima esta organización, Arica dio un paso histórico en Chile y Latinoamérica: se realizaron las primeras elecciones universales, donde votaron todos los estudiantes secundarios de Arica(8.000) para elegir al Presidente y la directiva central. Las directivas siempre han quedado conformadas equitativamente por representantes de los públicos, subvencionados y privados.
Antes no faltaban aquellos que en minoría se descolgaban de la institucionalidad del movimiento estudiantil, para endulzar sus discursos contrarios a toda autoridad, aludiendo poca representatividad, cuando votaban todos los presidentes de curso. Hoy cuando votaron los miles de estudiantes de Arica, sus argumentos han quedado en pelotas como un anarquismo barato.
Como ex dirigente estudiantil veo con tristeza esta división que sólo ayuda a perder fuerzas. Cuando los estudiantes de Arica deben estar más unidos para pedir la negociación con el Gobierno, estas divisiones sólo intentan tapar ingenuamente una historia de unidad.
Cuando los estudiantes tuvimos que salir a la calle, lo hicimos sin dudar. Pero nunca divididos. Algunas veces todos estábamos de acuerdo otras no, existía libertad de acción para cada centro de alumno, pero nadie nunca desestimó la idea de estar federados. Así fue con el pase escolar, donde también los universitarios salieron junto a nosotros. Todo lo que lográbamos tenía que ver con unidad.
Siempre existen los personalismos desarticuladores del movimiento estudiantil. Antes, al igual que ahora, algunos que no estaban de acuerdo con la opción de la mayoría de los dirigentes, llamaban a tomar acción por las suyas. E incluso, al igual que ahora, algunos tomaban acción sin preguntarle ni siquiera a los demás dirigentes. Ese caudillismo minoritario mata al movimiento estudiantil.
Estoy totalmente de acuerdo con que el Gobierno debe dar respuesta a los estudiantes. La promesa de negociar del ejecutivo, sólo se ha quedado en eso. También creo que el Gobierno dará respuesta satisfactoria en algunos de los puntos, por ejemplo el pase escolar.
Defiendo el derecho que tienen los estudiantes de salir a la calle, pero NO aplaudo a las minorías que son invadidos por el sentimiento desarticulador que pretenden hablar por todos los estudiantes y sin embargo se saltan el proceso democrático que eligieron todos los estudiantes secundarios de Arica. La FESAP es la única que tiene el deber y el derecho de negociar con el Gobierno. Todos tienen el derecho de presionar, pero solo la asamblea de Centros de Alumnos y la directiva de la FESAP, puede negociar.
Nunca nos olvidemos que “NOS SALVAMOS JUNTOS O NOS HUNDIMOS SEPARADOS”