Buenas conversaciones, buenos futuros
El Por Qué de la Regionalización IV
11 Enero 2007
Capítulo IV. Porque mejora lo aspectos sociológicos y psicológicos que inciden favorablemente en el desarrollo de un país.
Ernesto Dattari >
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Además de la implementación de medidas de orden puramente económicas para incidir positivamente en el proceso de desarrollo y de crecimiento de un país, como la fijación de tasas de interés, liberalización de la economía, eliminación de impuestos y trabas burocráticas, etc., debemos considerar además, los importantes componentes de orden sociológico y psicológico que influyen en este proceso.
El estado de ánimo depresivo y pesimista, común en los chilenos frente a las crisis económicas, nos impide proyectarse a futuro y nos hace aumentar el temor al gasto y endeudamiento, tanto a nivel empresarial como a nivel del ciudadano común, lo cual agrega un factor negativo adicional para enfrentar un proceso de reactivación. El pesimismo que se trasmite a la población al anunciar crecimientos del país bajos, terminan por dar cumplimiento cabal a “una profecía de fracaso autocumplida”. La situación de estancamiento económico, provoca incertidumbre, pesimismo y desaliento, que se traduce en que la gente reacciona en forma conservadora, prefiriendo evitar riesgos y reducir compromisos. Nadie se quiere comprometer con proyectos nuevos a la espera de mejores tiempos. Este proceso lo vivimos los chilenos durante la llamada crisis asiática que empezó hace exactamente 10 años atrás y que nos afectó a lo menos por 4 a 5 años. Nos convencimos que el mundo estaba casi en la ruina, cuando muchos países que aglutinan a más del 50% de la población del planeta crecieron arriba del 6%: China, India, Pakistán y Corea del Sur. La economía en nuestro país se “chanta”, porque en parte, nosotros mismos la “chantamos” con esa depresión pervertida y absurda.
Al parecer resulta difícil percatarse de que la economía es mucho más una ciencia social que una ciencia exacta. Y como consecuencia, que la fuerza o debilidad de la demanda, depende mucho más de la confianza y expectativas en el futuro, que de las tasas de interés. Un economista sentenciaba que "los efectos negativos de una economía que crece poco o muy por debajo de su capacidad pueden ser tan fuertes como la de una recesión", sentencia que se cumplió durante la llamada crisis asiática. Prueba de esto, es lo poco eficaz que resultó la política de manejo de las tasas de interés por parte del Banco Central, como medio eficaz, en el corto plazo, para conseguir reactivar la economía. Como comentaba otro economista: “la verdad es que si no hay expectativas para ganar plata, no se invierte ni a tasas de interés negativas”.
Los sistemas de regionalización de muchos países son los que hoy día están permitiendo los mejores niveles de participación de la ciudadanía, sistemas que permiten disminuir conflictos, humanizar y dar más sentido a la vida cotidiana. Tiene que ver con que tipo de construcción de sociedad democrática se quiere implementar. La regionalización fortalece la sociedad civil regional al involucrar a las personas, las universidades, las empresas, los trabajadores, como actores y protagonistas. Asimismo, impulsa la formación de líderes para la gestión regional y centros de estudios sobre temas de interés para el desarrollo regional. Se va tejiendo una verdadera malla de participación de las distintas fuerzas vivas del país.
Lo que cambia un país es la iniciativa que nace de la responsabilidad, libertad y la creatividad de la gente y el poder tiene que estar al servicio de esto. Por eso, es preciso liberar las energías regionales, fortalecer los liderazgos de cada territorio y permitirles que asuman en plenitud la responsabilidad de hacer grande, a través de las regiones, nuestro querido Chile.
La sola propuesta seria, de implementar verdaderos Gobiernos Regionales con la más amplia autonomía, será capaz de alinear y entusiasmar a la gran mayoría de la ciudadanía, sin excepción, en torno a los partidarios de esta solución reactivadora del desarrollo del país. Un nuevo espíritu aflora. Se empieza por cambiar el mal ambiente, por comenzar a creer en nosotros, en nuestro Chile. La regionalización genera en el país un ambiente mejor, que motiva, que inspira, genera en su gente alegría de vivir, creer más en sus proyectos, en sus capacidades, y por qué no, en sus sueños. Factores claves para impulsar el desarrollo y crecimiento en todos los ámbitos: económico, social, educacional, cultural, deportivo, recreativo, etc., aún en tiempos de “vacas flacas”, como la que nos tocó vivir hace sólo 10 años atrás.
El estado de ánimo depresivo y pesimista, común en los chilenos frente a las crisis económicas, nos impide proyectarse a futuro y nos hace aumentar el temor al gasto y endeudamiento, tanto a nivel empresarial como a nivel del ciudadano común, lo cual agrega un factor negativo adicional para enfrentar un proceso de reactivación. El pesimismo que se trasmite a la población al anunciar crecimientos del país bajos, terminan por dar cumplimiento cabal a “una profecía de fracaso autocumplida”. La situación de estancamiento económico, provoca incertidumbre, pesimismo y desaliento, que se traduce en que la gente reacciona en forma conservadora, prefiriendo evitar riesgos y reducir compromisos. Nadie se quiere comprometer con proyectos nuevos a la espera de mejores tiempos. Este proceso lo vivimos los chilenos durante la llamada crisis asiática que empezó hace exactamente 10 años atrás y que nos afectó a lo menos por 4 a 5 años. Nos convencimos que el mundo estaba casi en la ruina, cuando muchos países que aglutinan a más del 50% de la población del planeta crecieron arriba del 6%: China, India, Pakistán y Corea del Sur. La economía en nuestro país se “chanta”, porque en parte, nosotros mismos la “chantamos” con esa depresión pervertida y absurda.
Al parecer resulta difícil percatarse de que la economía es mucho más una ciencia social que una ciencia exacta. Y como consecuencia, que la fuerza o debilidad de la demanda, depende mucho más de la confianza y expectativas en el futuro, que de las tasas de interés. Un economista sentenciaba que "los efectos negativos de una economía que crece poco o muy por debajo de su capacidad pueden ser tan fuertes como la de una recesión", sentencia que se cumplió durante la llamada crisis asiática. Prueba de esto, es lo poco eficaz que resultó la política de manejo de las tasas de interés por parte del Banco Central, como medio eficaz, en el corto plazo, para conseguir reactivar la economía. Como comentaba otro economista: “la verdad es que si no hay expectativas para ganar plata, no se invierte ni a tasas de interés negativas”.
Los sistemas de regionalización de muchos países son los que hoy día están permitiendo los mejores niveles de participación de la ciudadanía, sistemas que permiten disminuir conflictos, humanizar y dar más sentido a la vida cotidiana. Tiene que ver con que tipo de construcción de sociedad democrática se quiere implementar. La regionalización fortalece la sociedad civil regional al involucrar a las personas, las universidades, las empresas, los trabajadores, como actores y protagonistas. Asimismo, impulsa la formación de líderes para la gestión regional y centros de estudios sobre temas de interés para el desarrollo regional. Se va tejiendo una verdadera malla de participación de las distintas fuerzas vivas del país.
Lo que cambia un país es la iniciativa que nace de la responsabilidad, libertad y la creatividad de la gente y el poder tiene que estar al servicio de esto. Por eso, es preciso liberar las energías regionales, fortalecer los liderazgos de cada territorio y permitirles que asuman en plenitud la responsabilidad de hacer grande, a través de las regiones, nuestro querido Chile.
La sola propuesta seria, de implementar verdaderos Gobiernos Regionales con la más amplia autonomía, será capaz de alinear y entusiasmar a la gran mayoría de la ciudadanía, sin excepción, en torno a los partidarios de esta solución reactivadora del desarrollo del país. Un nuevo espíritu aflora. Se empieza por cambiar el mal ambiente, por comenzar a creer en nosotros, en nuestro Chile. La regionalización genera en el país un ambiente mejor, que motiva, que inspira, genera en su gente alegría de vivir, creer más en sus proyectos, en sus capacidades, y por qué no, en sus sueños. Factores claves para impulsar el desarrollo y crecimiento en todos los ámbitos: económico, social, educacional, cultural, deportivo, recreativo, etc., aún en tiempos de “vacas flacas”, como la que nos tocó vivir hace sólo 10 años atrás.
FOTO: http://www.flickr.com/photos/35021029@N00/
Comentarios
Muy buena la nota. A pesar
Muy buena la nota.
A pesar de que algunas cosas no las comparto, destaco la calidad de la informacion y especialmente la referencia al ambiente positivo que genera la regionalizacion.
Saludos.