Las Momias Siguen Ahí

16 Septiembre 2005

Los habitantes más famosos de Arica se niegan a desaparecer, pese a la ingratitud de su ciudad.

Gerardo Espíndola R. >
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Indignados se encuentran los vecinos más antiguos y famosos de Arica por los constantes robos, desalojos e invasión a su propiedad que han sufrido desde hace un par de décadas. Las momias Chinchorro, reclaman que muchos son trasladados a la fuerza a otras viviendas y a otros simplemente les prometen un mejor hogar, y terminan durmiendo apilados en albergues fríos y con las condiciones mínimas de seguridad.


Llevan más de 7 mil años habitando el mismo lugar, resistiendo terremotos, invasiones, guerras, lluvias, plagas y cuanto ataque se ha cruzado por esta tierra, y siempre han permanecido de bajo perfil. Sin embargo, desde principio de los 80, en que se descubrió uno de las primeras momias en la Quebrada de Camarones y cuya data es 5 mil años antes de Cristo, los ojos del mundo científico se apoderaron de ellas y salieron del anonimato que por milenios habían conservado.

Y la fama les llegó de golpe; museos, portadas de revistas y reportajes fueron pan de cada día para las momias Chinchorros, las más antiguas de mundo. Pero como todo en la vida tiene un costo, estas verdaderas joyitas arqueológicas, han sufrido el síndrome de ser profeta en su tierra, perseverando su lucha por existir, pese al desamparo ingrato de la ciudad.

Acusaciones

Hoy el peso de la modernidad cayó sobre sus esqueléticos hombros, y se las acusa de no permitir el desarrollo de Arica. Las principales razones de la acusación apuntan a que cada vez que alguna de ellas aparece en las faenas de una construcción, las obras se detienen y deben esperar a que abandonen el lugar, lo que se transforma en pérdidas.

Lo peor, reclaman los molestos empresarios de la construcción, es que ellas no salen solas ni lo hacen de inmediato, sino que esperan a que la prensa las fotografíe y a que un grupo de científicos les encuentren un mejor lugar donde echar a dormir el cuerpo. Por otro lado, las momias reclamarían que es lo mínimo que pueden exigir, ante la categoría internacional que las ubica como una cultura sin parangón en otro lugar del mundo.

Pero más allá de esta discusión, los secretos del pueblo, son caldero caliente en estas ciudades de no muchos habitantes y como Arica no es una gran metrópolis, es secreto a voces que en la construcción de muchos edificios, calles y viviendas, se hizo vista gorda a la presencia de las momias milenarias y se destruyó su sueño construyendo sobre ellas.

Pero ellas siguen ahí, pese a las dificultades.

Y es que las momias Chinchorros no son un fósil cualquiera que de un día para otro saltó a la fama y al estrellato. Por el contrario, ellas son productos únicos, típicos y endógenos de nuestra zona; verdaderas joyitas que duermen bajo nuestros pies desde hace miles de años.

Las características que destacan a estos monumentos de piel, arcilla y barro, es su longevidad que las transforma en las más antiguas del mundo, alcanzado los 7 mil años de vida y muerte en este territorio del sur de América.

Son bastantes las momias halladas, pero pocas las respuestas que se han encontrado para entender a la cultura que habitó esta zona desértica entre Ilo Perú y Antofagasta Chile y que han trascendido hasta el día de hoy, pese a todos los cambios que ha sufrido esta zona del país. Los registros más antiguos nos hablan de poblaciones que vivieron en el sector de la Quebrada de Acha el año 7000 A.C., es decir, comunidades con 9 mil años de antigüedad, que nos precedieron en nuestro poblamiento y que desde esa época han construido la historia de lo que hoy es Arica.

Artistas de la muerte

Profanos y poco éticos resultan aquellos artistas que han trabajado con muertos humanos e incluso con cadáveres animales, intentando hacer arte con ello. Profanos nos puede resultar aquello en estos días, pero hace más de 7 mil años estos pescadores y recolectores, se transformaron en verdaderos cultores del cuerpos humano, de la muerte y de la vida eterna.

Las momias más antiguas del mundo, fueron encontradas en esta provincia desde la cual escribo. Fue en la Quebrada de Camarones, donde a principio de los años 80 se descubrieron los cuerpos momificados que datan del año 5000 A.C, y a partir de ese hallazgo, siguieron cientos de otros, tanto en sectores costeros, como interiores, y que han despertado en interés de la comunidad científica a nivel nacional y mundial.

Bernardo Arriaza, profesor en antropología física de la Universidad de Tarapacá, creó un sitio web dedicado a este tesoro que poseemos en nuestra ciudad. Según explica en él, la complejidad de las momias no responde a una sociedad de vida religiosa simple, pues pese a vivir de manera precaria, su vida religiosa era rica y se plasma en lo que hoy conocemos a través de las momias.

Una visión más pragmática entrega el dóctor Renato Aguirre, en sus escritos del Mundo Andino, quien explica que los chinchorros eran grupos salvajes, sin una mayor organización social y que distaban mucho de interpretar el concepto de alma, pues las momias responderían a un agente mágico, que posteriormente se transformaban en herramientas para marcar la territorialidad de los grupos rivales que habitaban la zona.

Pero sea lo uno o sea lo otro, soy un sorprendido de vivir en un lugar que se levantó sobre los recuerdos de una de las culturas más antiguas y misteriosas en la historia del mundo. Si bien, no hay indicios de grandes construcciones que reflejaran un imperio que habitó este sector, sí el complejo sistema de momificación, nos indica que esta zona guarda grandes secretos conducentes al misticismo y la magia que aun no ha sido revelada y que hoy debe ser protegida para su conservación.

Comentarios

Imagen de Rolando Ajata

Los faldeos del Morro

Los faldeos del Morro corresponde a uno de los cementerios más grandes que hay en la zona y donde se ha encontrado la mayor cantidad de momias Chinchorro. Concuerdo con Gerardo en que se hace vista gorda cada vez que se realiza una construcción en este sector, y no solo de empresarios, sino también aquellas remodelaciones menores al interior de las viviendas de este sector, pasando a llevar, o destruyendo muchas evidencias arqueologicas en pleno silencio y sin dar aviso a carabineros, al Consejo de Monumentos Nacionales o al Museo Arqueológico San Miguel de Azapa.

Imagen de José Patricio

Wow que maravilla de nuestra

Wow que maravilla de nuestra arqueologia y que no sepamos conservarla.