Bolivia y la ONU enfrentados por la Sagrada Hoja de Coca

05 Marzo 2007
La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes rechazó la propuesta de Evo Morales, de "revalorizar" el uso de la planta de hoja de coca.
Hortencia Hidalgo >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano
La hoja de coca apareció en Viena como la manzana de la discordia entre la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), el órgano de la ONU encargado de velar por el cumplimiento de los tratados internacionales sobre drogas, y el actual gobierno de Bolivia.
El presidente de la JIFE, el nigeriano Philip O. Emafo, reiteró en rueda de prensa, tras presentar el Informe Anual sobre las drogas, su rechazo a la propuesta del presidente boliviano, Evo Morales, de "revalorizar" la hoja de coca y ampliar su uso.
En medio de la conferencia de prensa, una diplomática boliviana pidió la palabra para "leer un comunicado" sobre la postura de su gobierno, pero fue rechazada por los representantes de la Junta con la justificación de que no había espacio para su intervención en el encuentro con los periodistas.
Por su parte, el embajador de Bolivia en Viena, Horacio Bazoberry, dijo que considera su derecho exponer "la molestia de Bolivia por el tratamiento injustificado contra la valoración de la lucha que hace Bolivia", en alusión a la crítica que hace este año la JIFE a la estrategia del presidente Morales sobre hoja de coca.
Bazoberry, también representante permanente de su país ante la Oficina de Naciones Unidas en Viena, acusó a la JIFE de defender "una visión no realista, fuera de un contexto cultural". "Normalmente hay un derecho a replicar, y lo que ha hecho el presidente de la JIFE es referirse de forma directa a Bolivia, y sobre un tema que es muy sensible, que es el masticado de hoja de coca", insistió.
"Bolivia había invitado a la JIFE para una visita en septiembre (próximo). Con la posición radical que ha tomado el presidente hacia Bolivia, pone en peligro las buenas relaciones" entre La Paz y la Junta. Eso lo quiero dejar bien en claro", subrayó el diplomático.
"Además -añadió- voy a recomendar a mi gobierno de que tome en consideración la posición que está adoptando la JIFE contra Bolivia.
Yo no sé si va a ser necesario en estas circunstancias un viaje a Bolivia. No podría entender que aparezca este señor y le diga al presidente (boliviano): mira, tienes que dejar de masticar"
.
Bozoberry recordó que Morales "es un ex-cocalero, es decir, su base política nace en los campos de sembrado de cocales. Quiere decir que en algún momento ha surgido un nuevo grupo social que ahora está tratando de hacer prevalecer sus derechos".
Exigen respeto a las culturas y tradiciones
Es verdad, de la hoja de coca eventualmente se puede producir cocaína, pero no puede existir la confusión entre la coca y la cocaína. El presidente Morales tiene muy clara la película al respecto", dijo a Efe Bazoberry.
"Desde que se ha negociado ese documento, han pasado muchos años", añadió el embajador boliviano, tras considerar que "llega un momento en que estos señores (de la JIFE) no tienen una visión de comprensión respecto a una cultura".
Para La Paz, es importante "el derecho que tiene una cultura a subsistir con sus tradiciones" y por eso Morales intenta ahora "crear un nuevo logo, si vale el término, respecto a la satanización que existe en este momento" de la hoja de coca, explicó.
El 67 por ciento o más de la población boliviana es indígena y ese porcentaje no ha participado representativamente en una negociación sobre esta temática, afirmó el representante permanente.
Hoja de coca
Emafo había declarado que personalmente creía que "no es bueno" masticar la hoja de coca para "la gente que trabaja", pues al quitarles el hambre les impide "una nutrición apropiada, que es parte de los derechos humanos".
"La posición de la Junta es que en 1968 entró en vigor la Convención de 1961, que establece que los países que cultivaban hoja de coca deberán dejar esas prácticas en un plazo de 25 años, es decir, en 1993", recordó.
"Creemos que está mal no cumplir con los compromisos de los acuerdos de que son parte", insistió Emefo.
Por su parte, Koli Kouame, secretario de la Junta destacó que la Junta no está en contra de la hoja de coca mientras se use para actividades permitidas y controladas, que el convenio limita a fines medicinales concretos y su uso como ingrediente de sabor.
Es decir que no sólo la cocaína, una droga cuya fabricación requiere un precursor químico.
FUENTE: http://www.lostiempos.com

Lunes 05 de Marzo de 2007

Comentarios

Imagen de Juan Tomás Huanca

Hay que tomar encuenta que

Hay que tomar encuenta que la "coca" es un arbusto que se cultivó en los tiempos del inkario, su uso principal fue en actos rituales vista como un elemnto sagrado que articula entre el "jaqi y la Pacha". En el coloniaje el mismo virrey Toledo hace cultivar grandes extensiones de cocales en los Yungas de La Paz para envíar y comercializar en las minas del cerro rico de Potosí. El principal consumidor desde entonces resulta ser el indio, de ser una hoja sagrada ritual se convierte en uso diario del mitayo y de yanaconas. En la republica, la coca sigue siendo sagrado y de uso diario para los indigenas, por cierto, sagrado para los indigenas y no para criollos y mistis que gobernaron el país, son quienes impulsaron la produccion de la cocaina e hicieron millonadas de negocios, son quienes hicieron que la coca sea mal vista por los organismos internacionales y el principal perjudicado no es ni el Estado ni los narcos, sino, el campesino, el obrero y toda aquella persona que está sumida a la pobreza.

La coca es sagrado y seguirá siendo sagrado para los indígenas, pero es evidente que la produccion de la misma es desvíada al narcotráfico y eso debe ser controlada mas estrictamente por las mismas organizaciones productores y los organizamos del Estado creados por Ley.

Imagen de Cristian Salazar

La historia de la coca en

La historia de la coca en Bolivia no es tan "seagrada" ni limpia como muchas veces se plantea. En 1963 la ONU demostró que las autoridades bolivianas no habían reducido su producción de coca a la yerbatería. Por el contrario, la habían incrementado para la narcoindustria, algo demostrado ese mismo año en un escándalo que implicó a dirigentes políticos como Oquendo, el Coronel Osinaga y el Banco Central. Recién en 1968 que el Altiplano comenzó a refregar el carácter "cultural" de la hoja de coca, como un producto ancestral y tradicional, precisamente para contrarrestar las críticas de la ONU. Si mal no recuerdo fue en 1981 que Bolivia falseó datos ante el organismo sobre su producción cocalera, cuando el Gobierno de La Paz apareció involucrado en nuevos enredos con la mafia. La actual estrategia de Morales de cultivar el amor religioso por la coca, entonces, no tiene nada de novedoso o sorpresivo y parece calcada de campañas anteriores, para resguardar el negocio negro del "polvo blanco", por un lado, y por otro evitar que los EE.UU (compradores del 60% de la producción de cocaína boliviana) aprovechen la ocasión para practicar sus políticas intervencionistas.