Buenas conversaciones, buenos futuros
En la Distancia, también estamos Contigo
21 Marzo 2007
Muchos estarán, mirando alborozados; otros, creyendo lo que ven; algunos a cierta distancia y, los menos, ésos que se la jugaron un día por Arica, aunque siderales y eternos sentirán un cosquilleo "terraqiueo" en sus entrañas. Arica Región, por fin.
Eduardo Osorio >
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Aunque éste artículo debiera llevar la realidad de donde vivo, como buen corresponsal, no puedo dejar de prestar ojos y oídos a Arica amén de una sociedad inmediata que nace con una montaña de recuerdos buenos y de los otros, cuando se acerca la hora cero.
Esos condimentos que salpimentan la vida se llaman evocaciones y vienen en grageas que llenan frascos grandes y chicos.
Éstos al soltar sus tapas emiten nombres y anécdotas, que algún "morrocotudo" hoy ya acuñó y, sin haber cometido injusticia alguna, es cierto, merece ser complementado por un ariqueño de adopción como yo, que llegó allá por el año 1980 que, aunque se perdió la época del "nylon", del puerto libre y del dólar a $43, también tiene algo que decir al respecto.
Claro que Arica se metió en mi piel y en la de mi familia, y no saben cuánto sufrí a la hora del "Adiós", pues la recorrí entera y, coincidentemente, anduve sus límites que ahora son de la región. Me zambullí en las aguas de El Laucho y del Lago Chungará; comí seviche, guatia, y hasta vizcacha en el bofedal. Aún se me sale "paitoco", "chinchorro" y Adsubliata, cuando enhebro un diálogo con alguien que llega, o que vivió por allá y eso del nudo en la garganta se hace realidad.
Recién arribado a la "Eterna Primavera" conocí a FOCACCI, el arquéologo, en su Museo ahí en Azapa, con sus momias y huacos, quien no tuvo ningún problema en acompañarme a la ciudad, empapándome a mí y a mi familia de historias y tumbas mágicas.
Luego fue el Morro y su Museo, de noche y de día, y la llegada por el Cerro La Cruz. "Está igualito" me dicen, en subida y en bajada, aunque la ciudad en general, se ha encumbrado hacia los cielos y cierta "elegancia cassual" se nota en la feria dominical. Hasta los pasajes aéreos han bajado me dice alguien como "agorando" buenos tiempos para mi recordada ciudad.
En fin, mucho paño que cortar, pero a lo que venía como el huaso... Una noche de invierno en este puerto de Valparaíso, cuando la nostalgia se transforma en un viento que te deshoja y te deja con el alma viva como un tronco seco, que se riega con la lluvia que cae, que esperas no termine nunca. Alguien puso en mis manos 5 libros, en donde pude leer "Arica, Presagio del Futuro" y no paré de leer hasta el último tomo, justo cuando empezaba la primavera y se iba el diluvio. Ese invierno llovió como nunca, y como nunca me entretuve.
Un nombre difícil, cabrón para pronunciar y para leer peor, "J.H. VON GIERKE KITTSTEINER" me paseó por Arica y con una mente lúcida, me empapó de futuro. "El hombre amaba" a Arica me dije, cuando terminé de leer el epílogo de esa colección que, sin aires de pretensión, ubicaba a Arica en su justa dimensión; la del porvenir, la heroica, la epópeyica y puerta del país. Me habló de los valles de Codpa, Azapa, Lluta, de Belén, de Putre, del orégano y de la alfalfa, y no tan sólo del tomate o los olivos. De Camarones, del ganado y también de arqueología. Hermanó a Arica con el Tíbet por su energía astral, y Achacagua, Palca, Chitita, Amazaca, Cerro Blanco, Ofragia, Cachicoca, Bodega del Medio, Calaunza y Chaqui, se me hicieron familiares, como Caleta Vítor y Ajatama. Me habló del Doctor Juan Noé y de la lucha contra la Malaria, en fin, pero saben: la ironía del destino nunca se ausenta cuando hay seres humanos en el tablado del escenario de la vida. VON GIERKE se fue a Australia con su esposa Odilia y desde allá comenzó a añorar a la amada Arica en su exilio voluntario, y yo también.
Como contrapartida al dolor, y celebrando en forma anticipada vuestro bautizo como Región, este fin de semana me visitó un hijo de esa tierra y su esposa Yenni, más ariqueña aún, en una coincidencia magnífica.
César YUCRA se llama, y me leyó del mismo VON GIERKE:
"ARICA, ME ALEJÉ DE TI POR CAUSAS DEL CAMINO DE LA VIDA. AQUÍ, EN ESTAS DISTANCIAS TAN LEJOS... TAN LEJOS, PERO TE SIENTO TAN CERCA, TAN CERCA, TAN CERCA DE MI. TE OFREZCO MIS MANOS, PEQUEÑAS, AMIGAS. SI, TAN PEQUEÑAS MIS MANOS, PERO CON MUCHO CARIÑO TAMBIÉN. TE QUIERO CON TODA MI ALMA Y MI CORAZON, ES UN TRICOLOR DE CARIÑO HACIA TI, ASI COMO MI BANDERA CHILENA. OH, CUANDO TE PODRÉ VER... SUEÑO CON REGRESAR. (J.H. VON GIERKE, AUSTRALIA - 1987).
Esos condimentos que salpimentan la vida se llaman evocaciones y vienen en grageas que llenan frascos grandes y chicos.
Éstos al soltar sus tapas emiten nombres y anécdotas, que algún "morrocotudo" hoy ya acuñó y, sin haber cometido injusticia alguna, es cierto, merece ser complementado por un ariqueño de adopción como yo, que llegó allá por el año 1980 que, aunque se perdió la época del "nylon", del puerto libre y del dólar a $43, también tiene algo que decir al respecto.
Claro que Arica se metió en mi piel y en la de mi familia, y no saben cuánto sufrí a la hora del "Adiós", pues la recorrí entera y, coincidentemente, anduve sus límites que ahora son de la región. Me zambullí en las aguas de El Laucho y del Lago Chungará; comí seviche, guatia, y hasta vizcacha en el bofedal. Aún se me sale "paitoco", "chinchorro" y Adsubliata, cuando enhebro un diálogo con alguien que llega, o que vivió por allá y eso del nudo en la garganta se hace realidad.
Recién arribado a la "Eterna Primavera" conocí a FOCACCI, el arquéologo, en su Museo ahí en Azapa, con sus momias y huacos, quien no tuvo ningún problema en acompañarme a la ciudad, empapándome a mí y a mi familia de historias y tumbas mágicas.
Luego fue el Morro y su Museo, de noche y de día, y la llegada por el Cerro La Cruz. "Está igualito" me dicen, en subida y en bajada, aunque la ciudad en general, se ha encumbrado hacia los cielos y cierta "elegancia cassual" se nota en la feria dominical. Hasta los pasajes aéreos han bajado me dice alguien como "agorando" buenos tiempos para mi recordada ciudad.
En fin, mucho paño que cortar, pero a lo que venía como el huaso... Una noche de invierno en este puerto de Valparaíso, cuando la nostalgia se transforma en un viento que te deshoja y te deja con el alma viva como un tronco seco, que se riega con la lluvia que cae, que esperas no termine nunca. Alguien puso en mis manos 5 libros, en donde pude leer "Arica, Presagio del Futuro" y no paré de leer hasta el último tomo, justo cuando empezaba la primavera y se iba el diluvio. Ese invierno llovió como nunca, y como nunca me entretuve.
Un nombre difícil, cabrón para pronunciar y para leer peor, "J.H. VON GIERKE KITTSTEINER" me paseó por Arica y con una mente lúcida, me empapó de futuro. "El hombre amaba" a Arica me dije, cuando terminé de leer el epílogo de esa colección que, sin aires de pretensión, ubicaba a Arica en su justa dimensión; la del porvenir, la heroica, la epópeyica y puerta del país. Me habló de los valles de Codpa, Azapa, Lluta, de Belén, de Putre, del orégano y de la alfalfa, y no tan sólo del tomate o los olivos. De Camarones, del ganado y también de arqueología. Hermanó a Arica con el Tíbet por su energía astral, y Achacagua, Palca, Chitita, Amazaca, Cerro Blanco, Ofragia, Cachicoca, Bodega del Medio, Calaunza y Chaqui, se me hicieron familiares, como Caleta Vítor y Ajatama. Me habló del Doctor Juan Noé y de la lucha contra la Malaria, en fin, pero saben: la ironía del destino nunca se ausenta cuando hay seres humanos en el tablado del escenario de la vida. VON GIERKE se fue a Australia con su esposa Odilia y desde allá comenzó a añorar a la amada Arica en su exilio voluntario, y yo también.
Como contrapartida al dolor, y celebrando en forma anticipada vuestro bautizo como Región, este fin de semana me visitó un hijo de esa tierra y su esposa Yenni, más ariqueña aún, en una coincidencia magnífica.
César YUCRA se llama, y me leyó del mismo VON GIERKE:
"ARICA, ME ALEJÉ DE TI POR CAUSAS DEL CAMINO DE LA VIDA. AQUÍ, EN ESTAS DISTANCIAS TAN LEJOS... TAN LEJOS, PERO TE SIENTO TAN CERCA, TAN CERCA, TAN CERCA DE MI. TE OFREZCO MIS MANOS, PEQUEÑAS, AMIGAS. SI, TAN PEQUEÑAS MIS MANOS, PERO CON MUCHO CARIÑO TAMBIÉN. TE QUIERO CON TODA MI ALMA Y MI CORAZON, ES UN TRICOLOR DE CARIÑO HACIA TI, ASI COMO MI BANDERA CHILENA. OH, CUANDO TE PODRÉ VER... SUEÑO CON REGRESAR. (J.H. VON GIERKE, AUSTRALIA - 1987).
FOTO: sin camuflaje
Miércoles 21 de Marzo de 2007
Comentarios
ah!
ah!
lleno de emocion...13 años en Arica y aún digo k son los mejores de mi vida...todavia me se el himno a arica y cada vez que voy paseo por mi escuela D-4, por mi casa en la Poblacion Chile..(si pobl. chile mierda!) y voy a caminar por la calle 18, aunke ya no esta el shop 18.
Arica me enseñó a adorar los cubos, (chupetes les dicen aki en ikk), y las tallas.(paletas)
Pero por sobretodo a amar a este país!
Arica Región !!!!
Que emocionante la lectura,
Que emocionante la lectura, de corazon¡¡¡¡¡, para quienes no somos ariqueños y ya llevamos sus años en la ciudad hemos visto como esta ciudad ha sufrido por su abandono, pero se le quiere. Nos impacta con su paisaje sobre todo a quienes venimos de un entorno de una naturaleza verde, pero descubrimos que las tonalidades de cafes son impresionantes. Gracias a todos los que participaron para que Arica sea región, no es menester de un Presidente u otro, es tarea de los ariqueños que participaron en este gran logro, de repente hasta yo participe no se, es que es tarea de todos los ariqueños y de quienes se sienten parte de esta tierra. Asi como me acogieron miles de ariqueños estan haciendo lo mismo que yo en todo el país, y deben estar felices por esta noticia.
Lector
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