Buenas conversaciones, buenos futuros
El día en que los jóvenes sean responsables
11 Abril 2007
La responsabilidad penal juvenil tiene más de una implicancia tanto para víctimas como para victimarios.
Helena Hidalgo >
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Cada vez que una persona menor de edad comete un delito, las víctimas se sienten el doble de atropelladas porque, primero, son víctimas de un acto de violencia y segundo, no habrá sanción que les permita sentir que el delincuente recibe un castigo. La persona menor de edad que comete el delito, muchas veces suele insistir en su conducta sin que nadie, ni el Estado ni la Sociedad, le brinden una oportunidad para cambiar su situación. Victima y victimario quedan en el abandono sin darse cuenta que comparten la misma vereda.
Cuando una persona mayor de edad o adulta comete un delito lo primero es probar que lo cometió, tendrá un abogado que lo defienda, según el delito es la pena, hay un límite máximo y mínimo de tiempo por cada pena, en fin, no es llegar y decir que alguien es delincuente, se tiene que probar, tiene que haber un juicio, un abogado defensor y la pena no es la misma por matar que por robar y no la decide el juez, la ley dice cuál es.
Esto no sucede con los jóvenes, cuando un joven delinque el justo proceso no existe, no hay abogado defensor, no hay que probar el delito, no hay sanción proporcional al daño causado en un tiempo determinado, a cambio está el examen de discernimiento que dice si hay capacidad de diferenciar entre lo bueno y lo malo, capacidad de darse cuenta y distinguir si lo que hago está mal o no y de acuerdo a esto, el juez define la suerte del joven, ¿dónde queda la defensa, dónde está la prueba, dónde está la pena que la ley establece de manera proporcional al daño causado?, ¿dónde quedan los derechos de la víctima que no podrá presentar pruebas, donde queda la posibilidad de contar con un abogado que la defienda?, en buenas cuentas ¿dónde está nuestro sentido de justicia? Ambas partes involucradas quedan en medio de la rabia y el resentimiento, ambas se sienten injustamente tratadas, porque es altamente dudoso que una persona joven esté delinquiendo porque no encuentre nada más entretenido que hacer durante el día, algo no funciona, algo no está en su lugar y los responsables no se dan por aludidos.
La ley de responsabilidad penal sanciona, es cierto, pero al reconocer derechos, protege al joven y a su víctima, porque no es llegar y culpar, no se puede solo sancionar, la diferencia entre un adulto y un joven es que las herramientas para salir adelante y corregir un error, son de responsabilidad de los adultos, en eso consiste educar y criar.
Lo primero es que no es lo mismo ser joven que ser adulto, por eso no se es culpable a cualquier edad sino sólo a partir de los 14 años, antes no hay responsabilidad, razones hay muchas, por ejemplo que en alguna edad había que poner el límite y asumir que si alguien delinque antes de ese límite ¿dónde está la falla, en el joven o en los adultos que son responsables de su crianza?; lo segundo es que los delitos para los jóvenes no son lo mismo que para los adultos, por ejemplo, no existen los delitos económicos para los jóvenes; lo tercero es que frente a los delitos juveniles, la pena o sanción siempre es menor que para un adulto; frente al delito, ahora existe derecho a defensa y debido proceso, tal como existe para los adultos y, por último, la sociedad y el Estado habrán de asumir la responsabilidad que les compete en la formación educacional a efectos de brindarles la oportunidad de reinsertarse en la sociedad cuando el joven resulta ser encontrado culpable.
En junio próximo, habrá una gota más de justicia y equidad para todos, en la medida que los jóvenes tendrán responsabilidad penal ganan un derecho cual es no quedar librados a la indolencia de un sistema que los trata de “menores” y olvida el vocablo “personas”, decidiendo sobre sus vidas de manera discrecional como si fueran muebles.
Ahora va faltando reconocerles su derecho a ser ciudadanos y para ello debemos estar informados de nuestros derechos, sino ¿cómo podemos reclamar cuando éstos son pasados a llevar?
Cuando una persona mayor de edad o adulta comete un delito lo primero es probar que lo cometió, tendrá un abogado que lo defienda, según el delito es la pena, hay un límite máximo y mínimo de tiempo por cada pena, en fin, no es llegar y decir que alguien es delincuente, se tiene que probar, tiene que haber un juicio, un abogado defensor y la pena no es la misma por matar que por robar y no la decide el juez, la ley dice cuál es.
Esto no sucede con los jóvenes, cuando un joven delinque el justo proceso no existe, no hay abogado defensor, no hay que probar el delito, no hay sanción proporcional al daño causado en un tiempo determinado, a cambio está el examen de discernimiento que dice si hay capacidad de diferenciar entre lo bueno y lo malo, capacidad de darse cuenta y distinguir si lo que hago está mal o no y de acuerdo a esto, el juez define la suerte del joven, ¿dónde queda la defensa, dónde está la prueba, dónde está la pena que la ley establece de manera proporcional al daño causado?, ¿dónde quedan los derechos de la víctima que no podrá presentar pruebas, donde queda la posibilidad de contar con un abogado que la defienda?, en buenas cuentas ¿dónde está nuestro sentido de justicia? Ambas partes involucradas quedan en medio de la rabia y el resentimiento, ambas se sienten injustamente tratadas, porque es altamente dudoso que una persona joven esté delinquiendo porque no encuentre nada más entretenido que hacer durante el día, algo no funciona, algo no está en su lugar y los responsables no se dan por aludidos.
La ley de responsabilidad penal sanciona, es cierto, pero al reconocer derechos, protege al joven y a su víctima, porque no es llegar y culpar, no se puede solo sancionar, la diferencia entre un adulto y un joven es que las herramientas para salir adelante y corregir un error, son de responsabilidad de los adultos, en eso consiste educar y criar.
Lo primero es que no es lo mismo ser joven que ser adulto, por eso no se es culpable a cualquier edad sino sólo a partir de los 14 años, antes no hay responsabilidad, razones hay muchas, por ejemplo que en alguna edad había que poner el límite y asumir que si alguien delinque antes de ese límite ¿dónde está la falla, en el joven o en los adultos que son responsables de su crianza?; lo segundo es que los delitos para los jóvenes no son lo mismo que para los adultos, por ejemplo, no existen los delitos económicos para los jóvenes; lo tercero es que frente a los delitos juveniles, la pena o sanción siempre es menor que para un adulto; frente al delito, ahora existe derecho a defensa y debido proceso, tal como existe para los adultos y, por último, la sociedad y el Estado habrán de asumir la responsabilidad que les compete en la formación educacional a efectos de brindarles la oportunidad de reinsertarse en la sociedad cuando el joven resulta ser encontrado culpable.
En junio próximo, habrá una gota más de justicia y equidad para todos, en la medida que los jóvenes tendrán responsabilidad penal ganan un derecho cual es no quedar librados a la indolencia de un sistema que los trata de “menores” y olvida el vocablo “personas”, decidiendo sobre sus vidas de manera discrecional como si fueran muebles.
Ahora va faltando reconocerles su derecho a ser ciudadanos y para ello debemos estar informados de nuestros derechos, sino ¿cómo podemos reclamar cuando éstos son pasados a llevar?
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