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Falta de ventiladores mecánicos: una razón para resucitar al Puerto Industrial de Arica y sepultar la economía neoliberal

28 Mayo 2020

Desde ya propongo la reconstrucción de un centro tecnológico e industrial, como lo tuvimos en la ciudad de Arica.

Jaime Retamales >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

El 26 de mayo se publicó la noticia que quedaban 8 ventiladores mecánicos disponibles en Hospital Juan Noé. Esto ha traído más angustia a la población ariqueña, pues, añade más incertidumbre a sus vidas. Porque, desde que empezó la pandemia, los ventiladores se han convertido en sinónimos de vida o muerte. Por lo tanto, la tranquilidad de la población depende de la cantidad de estos elementos.

Pareciera que la preparación de un país se mide por el número de ventiladores. Además, la noticia menciona otro aspecto que considero negativo, la dependencia que tienen las regiones con el gobierno central. Al parecer, la cuarentena no la puede ordenar un organismo estatal local, sino del centro. En general, la incidencia del centralismo ha afectado, no solo al desarrollo económico local, también al del país. Recordemos que Arica tuvo un importante puerto industrial que fue desmantelado hasta no quedar nada. Si existiera todavía, no tendríamos tanto desabastecimiento de insumos médicos y ayudaría a no sufrir tanto con el desempleo.

Justamente, al punto anterior quiero referirme en este comentario, tomando como ejemplo al extinto Puerto Industrial ariqueño para criticar las políticas económicas neoliberales que han demostrado no servir para enfrentar esta crisis sanitaria.

Volviendo a los ventiladores, la falta de estos aparatos se debe a que en Chile no se fabrican, al igual que muchos insumos médicos que hacen falta hoy. Llevando al gobierno a tomar medidas que parecen ridículas para comprarlos, como mantener en secreto las fechas e itinerarios de los vuelos que los traen o no decir la cantidad y nombre del país proveedor. Esto no pasaría si nuestro país privilegiara una economía que incentive el desarrollo tecnológico. Seguramente, no estaríamos preguntándonos cuantos ventiladores comprar, sino cuantos vender. Si el puerto industrial de Arica todavía existiera, probablemente los fabricaríamos en nuestra ciudad. Sin embargo, no pareciera haber voluntad en nuestras autoridades. Esto último tiene que ver con lo que dijo José Maza en una entrevista dada al programa Sin Parche, “Chile es una maravilla de país sub desarrollado”. Nótese la ironía al criticar la falta de desarrollo. Maza acusó que solo se invierte el 0,38 en ciencia y tecnología. Y sentenció “Chile no se quiere desarrollar”. En pocas palabras, Chile vende sus recursos naturales, pero no produce casi nada.

Haciendo un poco de historia, las personas que pasaron los cincuenta, como yo, recordarán que en Arica existieron fábricas, lamentablemente mi generación fue testigo de su desaparición y desmantelamiento. Recuerdo haber ingresado al terreno abandonado de lo que fue Televisores Bolocco, en el patio yacían cientos de pantallas que quebrábamos a piedrazos con mis amigos de infancia. Algunos nos llevamos las elegantes cubiertas de madera que usamos como muebles en nuestras piezas.

Hace unos años se veían los esqueletos de fibra de vidrio de los mini repartidos en parques o parvularios usados como parte de los juegos para entretener a niños o adolescentes. Las carrocerías abandonadas, cubiertas de polvo en algún sitio eriazo, se asemejan a colosales esqueletos de fabulosas bestias prehistóricas. Sin embargo, así como los tiranosaurios, las fábricas no volverán. Así pareciera decirnos los edificios que ocuparon y que hoy albergan escuelas, centro de eventos, universidades o venta de ropas. Probablemente, muchos no sepan que en Arica existió un centro de desarrollo industrial que nació al alero del Puerto Libre. Por suerte, en la Biblioteca Nacional de Chile, en su archivo digitalizado llamado Memoria Chilena, se encuentra la historia de este polo de desarrollo industrial e indica que “En 1953 la promulgación del Decreto con Fuerza de Ley N 303 instauró el régimen de Puerto Libre” Sin embargo, en 1958 la ciudad no había cumplido con la conformación de un núcleo industrial consolidado y autónomo. Ese año se derogó la ley de Puerto Libre, pero mediante la ley 13.039 se mantuvo el trato preferencial para las manofacturas. Se trajeron aparatos semi elaborados que se vendían a precios preferenciales provocando un incipiente sector industrial.

El documento indica que se había logrado construir un importante centro tecnológico para la época y la ubicación de la ciudad “El aparato ariqueño logró constituirse en uno de los principales proveedores de bienes elaborados del país. En 1967, el sector estaba compuesto por plantas de ensamblajes de automóviles y doce que las proveían de partes y piezas, cinco de artículos electrónicos, siete manufactureras y seis de productos eléctricos y línea blanca; dos textiles y dedicadas a la producción para el consumo local y a la prestación de servicios”.

El año 2008, Enzo Bolocco dio una entrevista a la Estrella de Arica, de la cual me gustaría rescatar unas ideas del expresidente de la extinta compañía de artículos electrónicos. Según el periódico, Bolocco “se dio el lujo de traer a nuestra ciudad al propio Henry Ford para lanzar un nuevo modelo de autos en la piscina del entonces recién inaugurado Hotel Azapa”. Lo que habla de la importancia que tenía este cordón industrial. Respecto a su empresa, la describe así, "Teníamos cerca de 1.500 personas trabajando en Arica en aquel entonces, pero no sólo era una fábrica dedicada a los televisores, sino que también se armaban radios, tocadores de cintas (tocadiscos); también estaba Incesa, dedicada a fabricar pantallas de televisores; otra era la industria Chilevisión. Además, estaba Chilemotores, industria chilena de motores, cuyo 50 por ciento era de Ford y el otro 50 por ciento era nuestro” Otro de los comentarios interesantes que hizo el empresario es el de la innovación chilena, "la gente es muy ignorante, porque piensan que sólo se trataba de traer cosas y juntarlas acá. Desde luego, en la industria electrónica traíamos algunas partes importadas, otras las hacíamos aquí, pero el diseño electrónico y la marca era nuestro". Respecto al fin de la Zona Industrial, Bolocco, “contó que fue algo "violentísimo, porque la gente quedó cesante y nosotros arruinados” Y destaca que los hechos históricos originados antes y después del golpe de estado perjudicaron a la Zona Industrial, “durante el Gobierno de Allende, las empresas ariqueñas fueron intervenidas y saqueadas” Después del golpe, " el país se fue por la economía libre y entonces fue un puñete detrás del otro".

Respecto a lo último, el archivo Memoria Chilena menciona que “Desde 1974, la nueva estrategia de gestión pública privilegió el auge de Iquique, que pasó a ser capital de la región y a disfrutar a través de la Zona Franca (ZOFRI) las franquicias aduaneras que en el pasado impulsaron el progreso de Arica, Toda una excepción en el contexto de la política nacional de desarrollo socio económico que implementó el régimen militar de Pinochet, inspirado por los más estrictos principios de la teoría neoliberal”. Fue una decisión política que trajo consecuencias, pues era obvio que el centro industrial de Arica desaparecería, una vez aprobada la ZOFRI, porque traerían del extranjero los mismos productos que se hacían en nuestra ciudad. Probablemente si se hubiese apoyado el desarrollo de la industria nos hubiera costado menos salir del sub desarrollo. Pero, se privilegió una economía que vive de extraer los recursos naturales al mejor postor y comprar lo que otros países producen. Por ejemplo, el país vende cobre con el que otros países, como China, producen artículos electrónicos que luego venden a Chile. Otro ejemplo es el litio que se vende a países que fabrican baterías para vehículos eléctricos como la marca Tesla, el automóvil más barato de esa compañía cuesta como 25 mil dólares. La pandemia es una oportunidad para pensar que tipo de economía queremos y necesitamos, hasta el momento se ha reproducido el modelo de extraer indiscriminadamente nuestros recursos naturales sin beneficiar a las ciudades o ciudadanos que viven en zonas mineras, pesqueras o forestales. Además, las regiones no han sido tomadas en cuenta a la hora de decidir sobre la administración de sus recursos y las ganancias se van a engrosar las grandes fortunas de empresarios que viven en el centro del país o el extranjero.

Estas decisiones centralistas han provocado rechazo, por ejemplo, el gobierno de Sebastián Piñera decidió destruir el parque Lauca para privilegiar la extracción minera. Situación que produjo la molestia de las comunidades aimaras que viven en nuestro altiplano, pues, produciría un desastre ecológico irrecuperable. Si existieran dudas sobre nuestra capacidad para el desarrollo tecnológico, me gustaría nombrar el artículo que El morrocotudo publicó el día 15 de abril, titulado Coronavirus Covid-19: UTA desarrolla primer prototipo de Ventilador Mecánico de bajo costo.

Hasta el momento no sé si recibieron la ayuda estatal que necesita un proyecto de esta importancia, solo vemos relucir los flashes que apuntan a los insumos médicos traídos del extranjero en vuelos secretos. En contraste, me gustaría mencionar que los datos sobre el coronavirus provienen de otra universidad, la estadounidense John Hopkins situada en el estado de Maryland. Ojalá confiáramos de la misma forma sobre el trabajo científico de las nuestras.

Respecto a las iniciativas locales, las empresas Edubotic y Digital Kudell donaron 50 protectores faciales para ayudar a profesionales de la salud que ellos fabricaron. Iniciativas existen y podemos encontrar más ejemplos como el trabajo que está realizando el liceo Pablo Neruda en la energía solar, segura y limpia. Si queremos decidir el futuro de nuestra región no podemos esperar a que la capital tome decisiones por nosotros, por eso entiendo la molestia del diputado Vlado Mirosevic al acusar maniobras del centralismo para postergar indefinidamente la elección de gobernadores. Sin embargo, sería bueno que el diputado nos aclarara si los gobernadores tienen poder para decidir o solo “son cargos sin dientes ni plata”, como lo menciona Macarena Segovia en El Mostrador en su edición del 7 de junio del año pasado.

Espero que después de esta pandemia los chilenos exijan tener una economía sustentable que ayude a la población, no que abuse de ella. Y que los ariqueños decidan su futuro sin que un político del centro les ordene que deben hacer. Desde ya propongo la reconstrucción de un centro tecnológico e industrial, como lo tuvo Arica. Ojalá que no volvamos a tener la misma crisis sanitaria, pero si ocurre, espero que la noticia de El Morrocotudo, sea: En Arica se exportaron mil ventiladores mecánicos a China, después de que el hospital Juan Noé anuncio que le sobran seis mil de la marca ariqueña Chinchorro.

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