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Una Navidad para Recordar

24 Diciembre 2005
Algunas fechas quedan marcadas en el corazón de las personas. Aquí, una historia marcada al mismo tiempo por la tristeza y la esperanza.
Lino Tapia >
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Mientras viajábamos, Benjamín recordaba “y pensar que hace una semana leí el libro Hora 24, donde pasaban los camiones con gente por las ciudades sin saber que los llevaban a los hornos a incinerarse”. Hoy nosotros vamos en un bus y la gente que nos ve, no sabe que somos relegados. Bueno, le dije, hagamos unos letreros con hoja de oficio y empezamos a colocarlo en el vidrio tapado por la cortina, para ver si alguien leía: “Somos Relegados”. Mientras Héctor señala, hoy es navidad; hagamos un arbolito, le dije, ahí sobre el baño del bus. Con qué material, replicó Héctor, con confort, mientras me paraba con un scotch y los compañeros comenzaban a realizar tiritas y adornos con papel higiénico y otros papeles. Listo, ya teníamos el arbolito, los señores guardianes no nos habían dicho nada, sólo miraban.
Se me ocurre hacer una tarjeta y le pongo “Con el renacer de Jesús, renuevo mi compromiso de lucha hasta alcanzar la democracia“y la dejo en el arbolito. Mientras se acerca un detective con cara de tira, la lee y la hace tira de manera prepotente, un silencio espeso empieza a recorrer por el bus, una mezcla de miedo y asombro recorre por todos nosotros. En ese momento, el detective a cargo se acerca y señala con voz fuerte: yo también voy hacer un adorno para el arbolito. Un respiro de alivio recorrió nuestros cuerpos y el arbolito se transformó en el más bonito del año 1984.
Se acercaba la media noche. Luis, como llevaba un chaleco rojo, era el viejito pascuero, Juan preparó unos tragos de coca cola, José le hacía propaganda a los panes de pascua de su señora, mientras, Benjamín iniciaba la lectura bíblica, era nuestra liturgia de navidad, presos políticos y detectives. Al final se escuchó un sólo y fuerte ¡¡ Feliz Navidad!!
Veo cerca de mi y sin importancia desplazarse una metralleta al suelo, pero era navidad, lejos de nuestras familias, sin saber a dónde íbamos y si llegaríamos, pero era nuestra navidad.
Lino Tapia, a mis compañeros de viaje y a la democracia.
Para El Morrocotudo algunos de los relegados éramos
Benjamín Sierra, Ricardo Godoy, Luis Gutiérrez, Ricardo Fuentes, Óscar Arancibia, Arturo Zegarra, José Coloma, Ricardo Castro, Raúl Iturriaga, Juan Restelli, Héctor Mérida, todos de Arica a distintos pueblo rurales de Chillán.

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