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Al iniciar nuevamente este año escolar considero necesario hacer una reflexión acerca de nuestro alicaído sistema escolar.
Somos varios los actores que debemos meditar acerca de nuestro papel en la educación de los hijos. Sin duda una de las bases principales es la familia: somos nosotros como padres y apoderados, quienes vamos a respaldar, revisar, vigilar y hacernos parte del estudio de nuestros hijos y nietos. Lamentablemente esta función no se cumple a cabalidad en todas las familias por distintas razones y ante la experiencia que me avala haber criado hijos (y ahora nietos) observo que son en aquellas familias más preocupadas por la preparación de sus hijos donde existen mayores éxitos escolares.
Por otra parte, otros actores son sin duda los profesores que, a mi juicio, necesitan urgentemente proyectar la función que tienen en sociedad: educar en contenido y en valores, apoyando el trabajo familiar. Me siento descontenta y decepcionada cuando comparo entre mis nietas la educación que reciben: Una de ellas estudia 3° medio en un liceo del SERME (en mi "loco" apoyo a la educación municipal no quise cambiarla de colegio) y otra que cursa 2° medio en un colegio particular subvencionado. La primera de ellas, buena alumna, lleva 4 días en clases, y regresa cada día decepcionada, redujeron un tercero medio en su liceo, se cambiaron muchos amigos y lo que si es grave, casi no trae materia en sus cuadernos. Menos tareas. Al preguntar en el Liceo señalan que " estos días son de marcha blanca, casi no se hace nada". La segunda de mis nietas entra 15 minutos antes y desde el primer día llega con tareas a casa y al revisar sus cuadernos se nota preocupación de sus profesores en guías preparadas, participando en academias entretenidas y animada con profesores nuevos que las motivan a leer o investigar.
¿Porqué ambas reciben educación tan distinta?. Cuando los profesores del sistema municipal se quejan por la evaluación docente, ¿no consideran que por algo ellos deben ser evaluados antes que aquellos que trabajan en el sistema particular subvencionado?. Me apena ver estas diferencias, sentirlas en carne propia y lo peor ver que quienes tienen la misión, elegida por ellos mismos, de educar no lo cumplen. Algo esta muy mal, si no lo reconocen los mismos profesores que "viven en marcha blanca", los directivos de estos liceos deberían tomar cartas en esta situación. O háganse asesorar por los directores de colegios particulares subvencionados. Tal vez ahí esté la solución.