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Al conocer esta trágica noticia que enluta al magisterio ariqueño y del país, solo una reflexion: Cuan corta es la vida para personas que sólo brindaron cariño y amor por lo que hacían. Digo esto, con conocimiento de causa, pues compartí docencia con angela, Ivonne, María, Otilia y Sandra, y fuí testigo de la entrega de cada una de ellas en beneficio de sus alumnos, que no fueron pocos. Hoy el Gran Maestro las ha llamado a su presencia. Nos dejan su recuerdo, su alegría de vivir, su manera especial de resolver los problemas cotidianos... Compañeras de tantas jornadas docentes, de tantas jornadas de luchas gremiales, de tantas jornadas de compartir...Dios las tenga en su reino por siempre. Descansen en Paz. Angela y tu Saniel, te seguirá acompañando.