Es importante comprender, más allá de los temas pendientes de puesta valor de los recursos naturales como atractivo turístico/deportivo, que nuestras playas son consideradas como parte importante en el desarrollo económico de Arica, sin embargo se comete el error de no entender que como todo recurso natural, siempre se está expuesto a las condiciones ambientales, a los constantes cambios climáticos, a procesos dinámicos  que requieren ser monitoreado para garantizar un adecuado comportamiento acorde a los interés de nuestra ciudad.

Un primer aspecto relevante para comprender este estudio es entender que son las bajadas del río San José  las únicas fuentes de sedimentos que permiten  la sostenibilidad de las playas Chinchorro y Las Machas, de ahí que la histórica afirmación de que la bajada del rio perjudica el turismo playero y que urge  el embalse de Livilcar para resolver ese  propósito, no tiene asidero técnico y es una apreciación alejada de toda realidad, ya que no permitir la bajada del rio san José solo conduce a terminar definitivamente con la superficie arenosa de esta zona.

La época de sequía  de los últimos años, permite afirmar que actualmente existe  un déficit  importante de aporte sedimentario  por falta de bajadas de este río, produciéndose una baja provisión de arena en las playas del sector norte. 

De acuerdo a las propias estadísticas se puede afirmar que el ciclo importante de renovación de sedimentos a las playas Chinchorro  y Las Machas  ocurre cada 7 años, sin embargo la última bajada importante ocurrió el 2011, ocasión que permitió  abastecer de una importante cantidad de sedimentos que conformaron una importante superficie de arena principalmente para Chinchorro y parte de las Machas.

El segundo aspecto es comprender que así como es la bajada del rio quien provee la arena, son las corrientes y sus marejadas las que desgastan la superficie de playa, respecto a este punto, los últimos años ha existido un considerable aumento de ellas, dado que no estamos ajenos al calentamiento global y la subida del nivel de las aguas de los océanos.

La ecuación perfecta de estos dos factores, aumento de las marejadas y corrientes marinas y la poco aporte sedimentoso por las bajadas cada vez menos del rio san José, ha causado que el Balneario Chinchorro  y playa Las Machas hayan  perdido el  65% de volumen de arena desde  2003 a la fecha.

El estudio desarrollado por Renato Aguirre en su calidad de gerente de proyecto de manejo costero apoyado por CORDENOR  y asesorado por expertos australianos de la Universidad de Griffith de Australia; involucró realizar mediciones en 9 estaciones  determinadas entre la desembocadura del rio San José y el LLuta,  y a través de comparaciones de imágenes satelitales y cortes de perfiles en terreno se puede demostrar la evidente disminución de la superficie costera.

En las foto 1 y 2 podemos demostrar que en el sector muelle norte, frente al actual Diego de Almagro, que en febrero de 2004 existía una distancia entre el murete de 85 m, distancia que disminuyó a 45 m en diciembre de 2010. Esta situación ocurre en las 9 estaciones evaluadas, con diferencias de 3 a 4 metros de diferencia.

Pero no hablamos solo de 40 m lineales, sino también de espesor de arena, lo que se demuestra en la aparición de micro-acantilados en algunos sectores como se muestra en la foto 3 y 4.

¿Qué hacer?

Junto con proponer la urgente creación de Centro de Manejo Costero, homologando un modelo de gestión de ciudades que sustentan su desarrollo económico a partir del Borde Costero, donde se preocupan de monitorear el comportamiento de las costas y a su vez estudie y proyecte medidas de mitigación a los problemas que se exponen anteriormente.   

Si comprendemos que existen muchas pretensiones de desarrollo sobre la puesta en valor del borde costero, para lo cual el  Consejo Regional aprobó financiar el Plan Maestro de Borde Costero, instrumento que permitirá manejar una planificación territorial y orientar las inversiones públicas y privadas en torno a estas áreas.

Debemos entender que las playas por sí sola son un escudo contra, marejadas, y eventos naturales de consideración, en otras palabras, sino intervenimos y mitigamos de manera urgente esta degradación, o en su efecto no contamos con una bajada del rio san José como fue el año 2001, proyectando la perdida de superficie de playa actual, de manera lineal, estamos en condiciones de afirmar que se perderá parte importante de Chinchorro y parte de Las Machas en los próximos 3 años.

Como casi el 80% de las costas del mundo están sufriendo esta condición, la cosa no es inventar alternativas, sino imitar casos exitosos aplicados en las playas de Australia, Nueva Zelanda o Sudáfrica. Al respecto en nuestra visita a la Universidad de Griffith de Gold Coast, como parte de la  Presentación de la  Misión Tecnológica- Arica Surf City; el Prof. Rodger Tomlinson, Ingeniero Costero, Director Centro de Manejo Costero Internacional  de Aus. Nos comprobaba que para la protección costera convenía aplicar estructuras blandas como contenedores geotextiles rellenos de arena, ancladas en el fondo marino. (ejemplo Foto 5) Este sistema no solo genera condiciones de mitigación al desgaste costero, sino más bien aporta y agrega valor a las condiciones medias ambientales aumentando la fauna y flora marino en el contexto donde se instala.