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No puede ser xenofóbica una persona que propone dar mayores facilidades a los extranjeros de los países vecinos (bolivianos y peruanos) para que tramiten con menos exigencias su residencia, principalmente a quienes viene con intenciones de invertir,. No puede ser considerado como xonofóbico una autoridad que siempre insistió en igualdad de trato para el ingreso de ciudadanos bolivianos al país, en el sentido que lo hagan solamente con la cédula de identidad, al igual que los peruanos. No puede ser catalogado de xenofóbico un político que impulsa el proyecto Mar de La Paz, que consiste en habilitar viviendas en el litoral norte para ser adquiridas por gente de Bolivia. No puede ser tildado de xenofóbico quien propone que los trabajadores indocumentados, de ambas naciones vecinas, reciban un trato más humano al exigirles a los patrones o empleadores que les paguen la previsión social...
Y se podría seguir enumerando los gestos de integración prácticos, pragmáticos y de profunda convicción integracionista y de hermandad que han sido propuestos y defendidos el alcalde Carlos Valcarce. También se puede hablar de los convenios de hermanamiento y cooperación, en los recientes seis años, que ha firmado la Municipalidad de Arica con municipios de Bolivia y de Perú.
Pero hay mentes interesadas en distorsionar las palabras y los términos con alguna intención, entre ellas la de confundir a la gente al pensar que la mejor integración es la de regalar, negociar o ceder parte del living o el patio de su casa, en este caso un patrimonio territorial, para garantizar una mejor convivencia con el vecino y por ello, en forma intolerante, descalifican a quienes no piensa como ellos...