Calderas rajadas Lluvia, lluvias, lluvias: las de siempre cada año, cada invierno, nada cambia. Los veranos suceden a los veranos: ganados calcinados, deshidratados es el hambre de siempre que se recicla nada cambia, nada se altera es el mismo sol? Bajo este cielo grisáceo, presagiante? Persistimos todavía más que existir. Idiosincrasia, dedocracia, mediocracia ?democracia?, burocracia, plutocracia? caracterizan esta célebre sociedad. Son las que cuajan bloques de monopolio, como viejos paraguas contra el cambio en mi país, mi ejemplar país. Un estornudo tras la inclemencia y todo, todo, todo colapsa; en mi país, mi ejemplar país: calderas rajadas en pleno cocimiento, caminos ladeados como ramajes tristes, la perplejidad del visitante ignorada? Pero las eminencias se visten de impunidad; mientras empuñan medidas de choque multiplicadas en boca de loros, coladeras de mentiras sosegando calles, todo esto sucede en mi país, mi ejemplar país. Pero hay mucho más, infinitamente más cual cenizas volcánicas escarchándose: sobre los tejados, los balcones, las sábanas que cubren las enredaderas del patio. Fundidora de castas son los registros coloniales: fariseos, filisteos, bárbaros, negros, indios, criollos, blancos? sin embargo; persisten nuestras penas, no importa que disimulemos los hechos, ocultemos las historias desagradables o cambiemos nuestros nombres, todos se confunden en mi amor probado. Porque muy a pesar de todo este es mi país, nuestro ejemplar país.
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Calderas rajadas Lluvia,
Calderas rajadas
Lluvia, lluvias, lluvias: las de siempre
cada año, cada invierno, nada cambia.
Los veranos suceden a los veranos:
ganados calcinados, deshidratados
es el hambre de siempre que se recicla
nada cambia, nada se altera es el mismo sol?
Bajo este cielo grisáceo, presagiante?
Persistimos todavía más que existir.
Idiosincrasia, dedocracia, mediocracia
?democracia?, burocracia, plutocracia?
caracterizan esta célebre sociedad.
Son las que cuajan bloques de monopolio,
como viejos paraguas contra el cambio
en mi país, mi ejemplar país.
Un estornudo tras la inclemencia
y todo, todo, todo colapsa;
en mi país, mi ejemplar país:
calderas rajadas en pleno cocimiento,
caminos ladeados como ramajes tristes,
la perplejidad del visitante ignorada?
Pero las eminencias se visten de impunidad;
mientras empuñan medidas de choque
multiplicadas en boca de loros,
coladeras de mentiras sosegando calles,
todo esto sucede en mi país, mi ejemplar país.
Pero hay mucho más, infinitamente más
cual cenizas volcánicas escarchándose:
sobre los tejados, los balcones, las sábanas
que cubren las enredaderas del patio.
Fundidora de castas son los registros
coloniales: fariseos, filisteos, bárbaros,
negros, indios, criollos, blancos?
sin embargo; persisten nuestras penas,
no importa que disimulemos los hechos,
ocultemos las historias desagradables
o cambiemos nuestros nombres,
todos se confunden en mi amor probado.
Porque muy a pesar de todo
este es mi país, nuestro ejemplar país.