Este martes se cumplen 20 días desde que los 183 trabajadores de Semillas Pioneer pararan sus faenas, en un proceso de huelga legal por mejoras salariales y laborales.

En la jornada de ayer, un nuevo capítulo se vivió con la visita, en Santiago, al Ministerio del Trabajo, donde el presidente y secretario del sindicato fueron asesorados sobre qué hacer para intentar llegar a un acuerdo con la empresa, de capitales estadounidenses.

A la misma hora, en Arica, otro grupo de trabajadores se sentaba con representantes de la semillera, que terminó finalmente en nada, como ha sido la tónica desde que se iniciaron las conversaciones.

“No quieren término de conflicto, sólo puntos individuales. Es una mesa de negociación arbitraria. Ellos mandan y deciden”, aseguró ofuscado José Moreira, presidente del sindicato, en conversación telefónica con El Morrocotudo.

El líder sindical afirmó que tal ha sido la intransigencia de la compañía, que aun cuando fueron a fiscalizar funcionarios de la Inspección del Trabajo, y notaron que habían sido reemplazados con nuevo personal, prefirieron acatar la multa, en vez de intentar algún acuerdo. La paralización, según contó, se está haciendo notoria en las casas de los trabajadores, quienes en los últimos días no han tenido ingreso alguno.

A ello se suma que la ayuda prometida por la Municipalidad de Arica, de un subsidio de agua y luz, así como canastas familiares, no ha sido concretada.

“Fuimos a Dideco (Dirección de Desarrollo Comunitario) y dijeron que iban a evaluar caso a caso (…). No hay ni subsidio de agua, ni luz. Nada de eso ha llegado. Sólo en los casos más críticos dijeron, a pesar de que todos los concejales y alcalde apoyaron la ayuda. Ahora están todos tirándose la pelota”, afirmó Moreira.

El Morrocotudo solicitó al municipio un comentario de la situación, sin recibir respuesta.

LO QUE PIDEN

Actualmente un trabajador promedio de Pioneer consigue $ 250 mil de sueldo bruto, más un bono de $ 100 mil por concepto de alimentación ( $ 5 mil diario por cinco días de trabajo semanal). Las jornadas consisten en trabajar nueve horas, a plena luz del día, en el campo, según se comentó.

La petición de los trabajadores es conseguir –además del bono de término de conflicto- un bono por escolaridad, por uso de químicos peligrosos, bono de natalidad y de ayuda mortuoria. Asimismo, piden que sus sueldos tengan un reajuste salarial anual según el IPC, o al menos no menor al 1,5 %. Y también piden una fiesta de Navidad para sus familias.