Pedro Aguirre Cerda comenzó a gobernar Chile en 1938. Durante su mandato se gestó la idea de crear un estímulo que favoreciera a los más importantes escritores nacionales.
Esa idea surgió de la directiva de la Sociedad de Escritores de Chile y logró despertar el interés de parlamentarios y personalidades vinculadas a las esferas gubernamentales.
Aguirre Cerda fue quien mandó a redactar el proyecto de ley, pero el Presidente falleció en la mitad de su período sin que esta idea se convirtiera en realidad. Fue solo poco después -en noviembre de 1942, cuando gobernaba don Juan Antonio Ríos Morales- que se promulgó la Ley Nº 7.368 que creó el Premio Nacional de Literatura. Esta ley llevaba las firmas del mismo presidente Ríos, del Ministro del Interior, Guillermo del Pedregal y del Ministro de Educación Pública, Benjamín Claro Velasco.
En uno de los párrafos del proyecto se señalaba que dicha
distinción sería concedida a un literato cuya vida estuviera entregada al ejercicio de las letras.
Desde 1942 a 1972 el Premio Nacional de Literatura se entregó en forma anual, sin embargo con la llegada de los militares al poder -en 1973- se determinó que a partir de 1974 el Premio se empezarría a entregar cada dos años.
Hoy el Premio Nacional de Literatura constituye un galardón que significa un gran respaldo económico para quien se lo adjudica, ya que -además de la importante suma de dinero
que recibe en el momento de la premiación- se obtiene una pensión vitalicia. Pero, quizás lo más importante, es la gloria que significa obtener dicho estímulo.
A quienes se les otorga, se les suele decir "que entraron en la inmortalidad", aunque esto puede ser relativo: hay escritores que, con el Premio Nacional de Literatura incluido, no logran la "inmortalidad" que poseen otros autores que, por diversas razones, no obtuvieron ese reconocimiento. Es el caso del poeta Vicente Huidobro: murió sin recibir el galardón. Igual cosa ocurre en narrativa: Luis Durand y María Luisa Bombal, entre otros, también murieron sin haberlo ganado.
También ha sido discutido y criticado el hecho que no creadores, sino historiadores y estudiosos hayan obtenido el Premio. Son los casos de Francisco Antonio Encina
y Rodolfo Oroz, entre otros.
Armando Uribe Arce, abogado y diplomático, poeta de importante calidad, lo ganó en 2004. Y el último en obtener el galardón, en 2006, fue José Miguel Varas, narrador interesante.
Es sorprende, sin embargo, que el Premio Nacional no se le haya otorgado a uno de los poetas mayores de nuestra historia: Efraín Barquero. El famoso autor de "La piedra del pueblo" y "Enjambre", entre otros poemarios que tienen una altísima calidad aún no ha sido premiado.
Es obvio que el poeta, ya muy viejo, podría morir sin el Nacional. La historia recriminará ese hecho. Lo más cierto es que ello ocurra, que Barquero se vaya de este mundo sin el galardón.
Pero muchos dicen que los premios importan poco. Si es así, la poesía de Efraín Barquero, independiente de que gane o no el Nacional, perdurará más que la de muchos que si lo ganaron.
Ojo. Este 2008 corresponde otorgar el Premio Nacional de Literatura y, por rotación, debe ser para un poeta.
Creemos que la voz más merecedora del estímulo es la de Efraín Barquero. Si quiere conocer su obra, ingrese a http://www.memoriachilena.cl/mchilena01/temas/index.asp?id_ut=efrainbarquero(1931)
FUENTE: Texto del articulista, publicado en revista de poesía PALABRA ESCRITA número 42, octubre de 2003.
El texto ha sido modificado y actualizado por su propio autor.
Foto: www.memoriachilena.cl