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¡Iquique se Seca!

02 Diciembre 2005
Excesiva demanda del recurso hídrico por parte de las mineras y falta de voluntad de las autoridades conducen a Iquique a una catastrófica situación de escasez del vital elemento.
Jaime Peña >
authenticated user Corresponsal
No sólo las comunidades rurales están en estado de alerta por la alta demanda de agua de las tres principales compañías que operan en la provincia de Iquique. Ahora la preocupación comienza a extenderse a los centros urbanos.
Las operaciones de Collahuasi, Cerro Colorado y Quebrada Blanca que ya han convertido en crítica la situación es en los oasis de Pica y Matilla, núcleos de pequeña agricultura intensiva y también para Iquique, que mantiene un crecimiento constante.
Las empresas mineras se valen del Código de Aguas, cuyas arcaicas disposiciones permiten la constitución de derechos de “exploración” -que van seguidos por “derechos de aprovechamiento”- otorgados gratuitamente y a perpetuidad aun cuando no se utilicen plenamente.
El caudal de agua que se entrega a los particulares en las comunas de Huara, Iquique, Pica y Pozo Almonte es de 4.587 litros por segundo. De ellos, casi el 60% se destina a las empresas mineras Quebrada Blanca, Cerro Colorado y Doña Inés de Collahuasi, propiedad, respectivamente, de las transnacionales Noranda, BHP Billington, Anglo American y Falconbridge .
Solamente 1.235 litros por segundo se destinan al consumo de los habitantes de Iquique y los pueblos de la provincia, a través de la empresa Sanitaria de Tarapacá, Essat, próxima a ser privatizada. Santa Inés de Collahuasi sola, posee ya unos 1.400 litros por segundo.
También está de por medio un gran daño ecológico de carácter irreversible.Renace
La dimensión política
Como si esto fuera poco, además a raíz de la explotación gratuita de las aguas, se agrega el conflicto latente que existe con Bolivia, debido a que ese país, y al parecer tienen razón, reclama que las mineras están usando agua para la explotación.
Las autoridades, por su parte, no han hecho su trabajo: obligar a las empresas mineras a buscar nuevas forma de obtener recurso hídrico, como ocurre en la Segunda Región, donde se desaliniza el agua de mar.
De no tomar medidas pronto y controlar el uso de las aguas a las mineras estaríamos caminando rumbo a una catástrofe ecológica, en la cual perderíamos fuentes vitales como pozos, napas, quebradas y salares, llevando a la destrucción del ecosistema, matando flora y fauna del sector altiplánico. Ya los salares de Michilla y de Coponsa, están siendo hace bastante tiempo explotados por las mineras, también el salar del Huasco se encuentra con serio peligro, pues es una laguna frágil en medio del desierto, y cualquier impacto o alteración podría afectarla.
Hoy no solo las comunidades andinas se encuentran en peligro, sino también la ciudadanía de Iquique, que observa como sus recursos hídricos son agotados por el uso indiscriminado de las mineras y como no existe voluntad de las autoridades para controlar o preveer que de no tomar medidas, nuestras provincias de Iquique y Tamarugal está en riesgo vital.

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