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¿Apagón en Arica = Crisis energética? A mí no me vengan con patrañas

26 Diciembre 2018

Una crisis energética significa que hay que racionar la existente, porque no hay más; no se trata que haya que construir nuevos tendidos, pues -misteriosamente- se cortó justo en el sector de “Los Cóndores” y -misteriosamente- no funcionaron los sistemas de emergencia.

Francisca Gambo... >
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El día del apagón anuncié apocalípticamente: “Te apuesto que ahora van a salir diciendo que 'si no aprobamos' * el proyecto eléctrico en Azapa, tendremos que acostumbrarnos a los apagones', tal como pasó con Hidroaysén y tal como pasó con Alto Maipo”Y todos me miraron con cara de: “ya empezó con sus conspiraciones Salfáticas”.

Bastaron unas horas, cuando -como todas las mañanas- llegó el diario local a mi casa, leo acerca del apagón (sin sorpresa, convencida de mi augurio), cuando el periodista le pregunta al Gerente de Transelec: "¿Las nuevas torres de alta tensión que se instalarán en la región serían la solución?". Ya pueden imaginar la respuesta (16.12.18) y sólo un par de días más bastaron para ver cómo instantáneamente surgieron las mesas de trabajo para “Robustecer el sistema eléctrico en Arica” (17.12.18), lo que incluso publicó Radio Cooperativa (18.12.18).

Mientras tanto, ante la afirmación que “quedó en evidencia el grave déficit energético que posee la región y la falta de ejecución de nuevos proyectos de suministro eléctrico”, la nota con el Seremi de Energía detalla la “posible” inversión de 72 millones de dólares (18.12.18).

Hace años que no se nos cortaba la luz en mi casa y mamá aprovechó de contarnos sobre aquellos tiempos que en Arica se cortaba el agua todas las tardes, de 12 a 4… No sé de qué déficit se habla, cuando deberíamos preocuparnos del bajo nivel de autogeneración de energía, teniendo tremendo y tan lindo sol.

Una crisis energética significa que hay que racionar la existente, porque no hay más; no se trata que haya que construir nuevos tendidos, pues -misteriosamente- se cortó justo en el sector de “Los Cóndores” y -misteriosamente- no funcionaron los sistemas de emergencia.

Las familias Azapeñas se han mostrado en contra de la instalación del tendido de alta tensión que pretende cruzar nuestro valle, y no solamente por una cosa del daño al patrimonio de sus hogares, sino de un espacio de gran importancia cultural y arqueológica (16.10.18).

Que no nos hagan creer que no podemos vivir sin luz

Unas horas sin luz ni agua y la gente se vuelve paranoica. Tuve que salir ese día por unas compras urgentes -ajenas a la catástrofe- y pude ver el caos en las calles: las filas eternas en las bencineras, actitudes matonescas en semáforos apagados y malas caras por todos lados.

Recuerdo que cuando niña siempre se cortaba la luz (sobre todo en estas fechas) y me encantaba que prendiéramos las velas y buscáramos las linternas. Estábamos obligados a compartir y conversar en familia, e inventar juegos e historias para apaciguar el aburrimiento. Recuerdo también a las vecinas sacando sus sillas a la calle para conversar y cuidarnos mientras jugábamos en ese mundo de fantasiosa oscuridad, mirando un cielo tan estrellado como nunca lo había visto.

Hemos perdido nuestra "esencia Ariqueña": nos han convencido que eso del desarrollo, el mall, el arribismo y el ser mejor que el otro está bien, que la vida es competir y consumir, que desarrollo y progreso son válidos por sobre el cuidado de nuestra tierra maravillosa. Un “apagón” de vez en cuando nos debería hacer -espiritualmente- bien.

Que este apagón nos sirva para volver a pensar nuestra ciudad. Como un resfrío para un humano, debemos mirar estos cambios en nuestra cotidianeidad y preguntarnos que está mal, que estamos haciendo mal. Y no creo que esté mal nuestro sistema eléctrico, pero sí creo que está mal que seamos tan “electro dependientes”. ¿Qué pasará cuando llegué el esperado terremoto? No vayamos directo a la píldora, intentemos sanar.

Soy una agradecida del trabajo de la Municipalidad de Arica, sin embargo, creo innecesario centrar sus recursos (económicos y de tiempo) en una demanda contra 2 poderosos, cuando la cosa huele feo desde un ángulo más profundo, un trasfondo que claramente tiene precio. Podrían destinar sus fuerzas en objetivos como que cada junta de vecinos cuente con paneles solares autónomos, capaces de cubrir necesidades urgentes de los vecinos, como almacenar medicamentos. Y cientos de otras medidas que se pueden tomar antes de instalar grandes estructuras que intervienen en nuestro medio ambiente, nuestra Pachamama.

Al final, son grandes estructuras que generan millones de dólares que unos pocos se llevarán a los bolsillos. Al final, son grandes estructuras que defendemos bajo el nombre del Progreso y del Desarrollo, olvidando que estamos destruyendo vida. 

Algo raro pasa en mi ciudad (O sospechosa la w**)

Hablando de grandes estructuras, tenemos un gran proyecto: el embalse Chironta, financiado por nuestros propios bolsillos a través del PEZDE (Plan de Zonas Extremas) y que incluye un megatunel que rompe de extremo a extremo el valle de Lluta (05.11.18).

También apareció un camino pavimentado que va desde la Panamericana Norte hasta San Martín (antes de Central), en el que no resulta beneficiada ninguna comunidad.

Además, se invertirán 63 millones de dólares en la “Ruta Andina Arica – Tarapacá” (09.11.18), un camino que atravesará tierras prístinas desde el Lago Chungará hasta la cuesta de Camarones, justificando la explotación turística (como si nuestra Pachamama fuera la pintoresca diversión de extranjeros, sin siquiera pensar en la protección de la flora y fauna nativa y de las tierras que han pertenecido a nuestros antepasados de forma sagrada, porque hay algo llamado Derecho Ancestral).

Por otra parte, las semilleras han invadido nuestros valles, donde cada vez veo menos cultivos libres.

Por cierto, no creo que haga falta recordar la genial idea de la carretera que cruzaba el Humedal del río Lluta.

Y, por si fuera poco, en pleno borde costero, hemos construido condominios residenciales, 2 torres monumentales y un mall en pleno borde de quebrada. ¿Soy la única a la que le contaron que antes cuando bajaba el río podía llegar hasta el campus Velásquez de la Universidad?

La población aumentó y, por ende, la necesidad de electricidad”. Estoy segura que ésa es la respuesta que nos darán. No obstante, el consumo residencial de energía eléctrica no supera el 16%, el resto se usa en minería e industria principalmente (+60%) (EducarChile, INE).

Dicho todo lo anterior, por favor, A MÍ NO ME VENGAN CON PATRAÑAS**. No les creo. Para hacerse una idea, somos un poquito más de habitantes que Ñuñoa y menos de la mitad de habitantes que tiene la populosa Maipú, solo 2 de las 52 comunas que componen la Región Metropolitana (Censo 2017).

“La plata”, la respuesta a todos los males

Si llegaste a este punto de la lectura, es porque algo te hizo sentido, por lo que me daré la libertad de compartir algo personal.

Solía preguntarme:

¿Por qué en Arica se sigue construyendo en zonas de riesgo, y cada vez en zonas más arriesgadas, valga la redundancia?

¿Por qué la justicia es tan indulgente con algunos y tan estrictos con nosotros?.

¿Por qué no le devuelven sus tierras a los Mapuche y se acaba el conflicto?

Pero hace poco “descubrí” que todos los problemas sociales tienen como trasfondo el dinero y su dueño.

Vi un documental en NatGeo sobre la irregularidades de la reconstrucción del terremoto en México ("La voz del Silencio", para quienes le interese), el que grafica cómo está todo interrelacionado.

Tener poder en la justicia y capitales en el mercado de la antidelincuencia es un cuento que se cuenta solo. Y hago el ejercicio con todo: Educación, salud, pensiones, drogas, cárceles, violencia, protestas, violencia en los estadios…

Soy una convencida también de que la corrupción en Chile no está al nivel de los países latinoamericanos, aunque no porque no exista, sino porque está regularizada y sistematizada.

El que todo sea privado crea el panorama perfecto para primar la “necesidad” de instalar grandes infraestructuras antes de pensar en la sustentabilidad de nuestros suelos y sistemas naturales.

Sumado a esto, la existencia de holdings tan diversificados nos ha tenido buscando Duendes Mágicos como locos.

Me di cuenta que nuestro gobierno (derecha e izquierda) no luchará contra el calentamiento global, sino que en la práctica toma otro camino y ofrece seguros subvencionados por el Estado para pequeños y grandes agricultores en caso de catástrofe natural (que obviamente se incrementarán al no hacer nada por disminuir nuestras emisiones de CO2 ni cambiar nuestros hábitos). De nuevo: el cuento se cuenta solo.

Pero no “lucho” contra el sistema, eso me suena a confrontación y sinceramente busco la paz. Pero se podría decir que “lucho” a mi manera y evito al máximo caer en el sistema, sobre todo en el retail. Compro en el mercado local, tengo mi casero del gas y del diario, siempre opto por la farmacia no coludida (aunque cuando supe que el 90% de las compras se hacen en grandes cadenas, me di cuenta que los coludidos éramos nosotros), le doy comidita y agüita a los gatos del techo, reciclo y evito al máximo los plásticos de un solo uso, le sigo la conversa al señor del colectivo y saludo siempre a cualquier persona que atienda o me toque atender.

En resumen, trato de ser buena ciudadana y no sería tal si no compartiera mis "teorías conspirativas" sobre lo raro que se está tejiendo en nuestra ciudad.

Volvamos a ser vecinos

Saludemos y pensemos bien en quién sale beneficiado de nuestra compra.

A los 18 años dejé Arica, migré a Santiago y volví asqueada por la vida acelerada, vacía y robótica. Volví huyendo de los trabajos “horario mall, turno rotativo” y hoy veo con tristeza como la gente está feliz con un mall, que no disminuyó la cifra de desempleo y sólo aumentó la fuerza de trabajo... es decir: salió a trabajar gente que antes no lo hacía.

Nos prometieron que el mall traería empleos para Arica, sin embargo vimos cómo contrataron ingenieros civiles de Santiago e ingenieros en ejecución de Perú. Quizás fueron varios empleos temporales, pero ahora que ya terminó, espero que Mall Plaza haya respondido por los sueldos pendientes de los 35 trabajadores de la empresa contratista que desapareció (07.12.18).

Aprovecho este período entre Navidad y Año Nuevo para invitarlos a reflexionar sobre lo que creemos y lo que nos dicen que creamos. Para agradecer a esta ciudad maravillosa, con su clima maravilloso y playas maravillosas y, aunque su gente ya no sea tan maravillosa como antes, intentemos retomar el camino de una vida feliz, plena y armónica.

Que estas fiestas sean para reencontrarnos con nuestros seres queridos y repensar la ciudad y el país que queremos dejarle a nuestros hijos, sobrinos y nietos.

Seamos solidarios y amable entre nosotros. No caigamos en ese discurso repetitivo y robótico del desarrollo y del progreso, porque les cuento que el PIB de Chile aumenta y aumenta, pero no así nuestra calidad de vida.

Que tengan un maravilloso fin de año, yo lo cierro con un gran peso menos al publicar esta nota. Y que este 2019 esté lleno de bendiciones y alegrías para todos.

PD: Aviso desde ya, que hoy amo mi vida más que nunca y no está en mis planes suicidarme.

* En la frase del primer párrafo en realidad dije “w*b**m*s por”, no quiero faltar a la verdad.

** Patraña: Según la RAE 1. Invención urdida con propósito de engañar. 2. Relato breve de carácter novelesco.

Bonus track: Aquí les dejo un buen trabajo para entender el sistema energético en Chile.

Ver también:

Me entristece no darle un pedazo de mar a un pueblo que lo pide, que lo tuvo, que se lo quitamos y que antes fue de todos

El ariqueño extranjero: un poco de humor para la realidad de muchos

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