Fernando Lugo, ex obispo católico de una pequeña localidad paraguaya, quien el 2006 abandonó el sacerdocio para lanzarse de lleno a una campaña electoral en la que fijó un “compromiso con los más pobres”, ganó las elecciones presidenciales de Paraguay, con una clara ventaja frente a su más cercana rival, Blanca Ovelar, candidata del Partido Colorado, la organización política que gobernó el país durante 61 años.
“Hoy podemos afirmar que también los pequeños están capacitados para vencer”, declaró Lugo tras proclamarse vencedor de los comicios, cuando poco más de la mitad de los votos contados de daban la mayoría y una ventaja de 9 puntos porcentuales sobre la ex ministra de Educación en el gabinete del Presidente Nicanor Duarte.
Cuando la tendencia en el cómputo era irreversible y las encuestas a boca de urna preveían el triunfo del ex obispo de San Pedro, el Tribunal Superior de Justicia Electoral, responsable de la organización de los comicios, proclamó a Fernando Lugo presidente electo.
Con este triunfo, Lugo que se ha declarado partidario de la Teología de la Liberación y su consecuente “opción prefer3encial por los más pobres”, se perfila como el primer ex sacerdote católico que gobernará un país latinoamericano, que se sumará, además, a la lista de gobernantes de izquierda en América Latina, particularmente en el MERCOSUR (formado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), donde políticos de izquierda han triunfado en procesos electorales en la última década.
Identificado con la centro izquierda y de 56 años de edad, Lugo llega al poder con promesas de redistribuir ingresos y emprender una reforma agraria.
El candidato opositor del partido Alianza Patriótica para el Cambio se hizo sacerdote en 1977 y de ahí partió a Ecuador, donde trabajó como misionero y empezó a interesarse en la corriente de la Teología de la Liberación, un movimiento dentro de la Iglesia Católica que hace énfasis en la necesidad de redimir las dificultades materiales de los pobres.
Luego, tras ser ordenado como obispo en 1994, estuvo trabajando durante una década en la diócesis de San Pedro, una de las más pobres de Paraguay. Allí su labor con los campesinos sin tierra lo hizo conocido como “el obispo de los pobres”.
Después adquirió notoriedad a nivel nacional cuando el 29 de marzo de 2006 encabezó una masiva manifestación de protesta contra el gobierno de Nicanor Duarte Frutos. Ese mismo año decidió colgar los hábitos y dedicarse a la política.
No obstante, el Vaticano se rehusó a aceptar esa determinación con el argumento de que el sacerdocio es irrenunciable y lo suspendió de sus deberes religiosos. La victoria del ex obispo representa otra prueba más del giro hacia la izquierda que se vive en la región.
Sin embargo, Lugo ha dado muestras de querer distanciarse de posiciones más radicales como las de los presidentes Hugo Chávez, de Venezuela y Evo Morales, de Bolivia. En todo caso, su triunfo representa una ruptura con la tradición política de Paraguay donde el Partido Colorado ha gobernado durante tantas décadas.
Además de la reforma agraria, otra de sus propuestas es la renegociación de un tratado con su país vecino, Brasil, respecto a la suma de dinero que éste último le paga a Paraguay por la energía procedente de la mayor planta hidroeléctrica del mundo, Itaipú.
Paraguay buscará integrarse “eficazmente en igualdad de condiciones para seguir la integración regional”, señaló Fernando Lugo.
El domingo, pese a las denuncias de posibles actos de violencia que tendrían el objetivo de impedir el triunfo opositor, las votaciones se realizaron en calma en todo el país, salvo pequeños incidentes que, según la misión de observadores de la OEA, no resultaron significativos. “Queremos felicitar a los paraguayos por la lección de civismo que dictaron”, expresó en una rueda de prensa María Emma Mejía, ex canciller de Colombia y jefa de la misión de la OEA.
De acuerdo con la autoridad electoral, 66% de los 2 millones 800 mil ciudadanos registrados para votar hicieron valer su derecho.
Ovelar reconoció su derrota poco antes que el tribunal electoral declara oficialmente vencedor a Lugo. “asumimos con dignidad que ya los resultados para la chapa presidencial son a estas alturas irreversibles”.
Al final de la jornada, el Presidente Duarte dio un mensaje televisado a todo el país para señalar que Paraguay vivía un momento histórico y que por primera vez se produciría aquí un traspaso de gobierno “sin derramamiento de sangre”.
Lugo recibirá la banda presidencial el 15 de agosto de este años, de manos del actual presidente Nicanor Duarte Frutos.
Con todo, la permanencia de Lugo en el poder no será fácil, no sólo por los múltiples retos socio-económicos que deberá sortear, sino que también por el adverso escenario político que heredará. Esto porque los resultados de los comicios legislativos y locales, que se realizaron en paralelo a los presidenciales, daban como ganador al oficialismo colorado, por lo que Lugo enfrentará un parlamento donde no tendrá mayoría, con frentes abiertos con el sector de la derecha de la Iglesia Católica, las Fuerzas Armadas y policiales y el Partido Colorado.
Fuentes:- BBC; Infobae; LaJornada
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