El Carnaval va sí o sí: No puede perderse la conexión con la ancestralidad

27 Noviembre 2019

Conversemos si entregamos premios, cenas o replanteamos el gasto, en esta ocasión, por una actividad que nos religue y nos fortalezca como comunidad regional, además de conectarnos con la raíz ancestral.

Patricio Barrio... >
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La realización/celebración del Carnaval NO es una decisión que puedan tomar quienes no entienden lo que es el Carnaval. El Carnaval es la fiesta de la fertilidad, de la preservación y continuidad de una comunidad. Siempre hay quién o quiénes se sienten iluminados por alguna cosa que les permite decidir por otros y por otras tratando de convencer que tienen la mayor capacidad para conducir y guiar.

El conocido Jean Jacques Rousseau, en su contacto epistolar con D’Alembert en sus famosas “Cartas sobre las Artes”, le escribe, en 1758: “Poned en el medio de una plaza un poste coronado de flores, reunid allí al pueblo, y tendréis una fiesta”, olvidando que es el propio pueblo el que determina el tiempo, espacio y características de su propia fiesta.

Algo así sucede con las opiniones que se escuchan y se leen respecto a la realización o la supresión del “Carnaval con la fuerza del sol”, 2020, vinculándolo con algún supuesto impedimento debido al estallido social que remece las estructuras tradicionales del país.

Mi opinión: La realización/celebración del Carnaval NO es una decisión que puedan tomar quienes no entienden lo que es el Carnaval. El Carnaval es la fiesta de la fertilidad, de la preservación y continuidad de una comunidad. Es la unión del agua (Uma) y la tierra (Pacha), en Jalapacha (en tiempo de lluvias)... no es una fecha fácil de modificar: el carnaval se celebra 40 días antes de la  Semana Santa instituida por la iglesia católica (los 40 días de ayuno -según la Biblia- de Jesús en el desierto)... es la fiesta de la carne, de la multiplicación. Los habitantes de nuestros pueblos originarios lo saben y, desde siempre, desde antes de los europeos, lo celebran.

Podrán eliminarse los premios, las cenas, las presentaciones de Ñustas y/o Predilectas, podrán eliminarse las materialidades, pero la esencia, lo ancestral, aunque haya un bando o lo mande la iglesia se realizará igual... No existe el llamado sincretismo que al mundo occidental le gusta tanto recurrir (el sincretismo se produce cuando dos o más elementos se funden en uno diferente), existe la "yuxtaposición", la existencia de todos los elementos que aparecen, uno sobre otro, cuando son necesarios, imprescindibles... ¿ustedes saben que nuestros pueblos son católicos, protestantes, animistas, además de respetuosos y creyentes en la fuerza protectora de las divinidades tutelares?

Tal vez podrán tomar alguna decisión respecto a la realización o no del Pasacalle que conocemos como Carnaval con la fuerza del sol, pero sería un error. Esa mancomunión de la colectividad regional que se ha logrado en ese pasacalle no puede ser desechada, ese religarse en comunidad no se puede perder. Entonces, sería interesante, frente a un pueblo movilizado por mejor calidad de vida, buscar la forma de hacerlo converger en una actividad asociada, vinculada a su ancestralidad, que represente claramente el AYNI (el dar y el recibir), para compartir sus propias creencias, sus demandas y sus sueños.

Con los dineros que pudieran existir al no invertirlos en las materialidades anteriormente nombradas, yo propongo una Guatia, un cocimiento al interior de la tierra madre, la más grande del mundo, que convoque a los que creemos que los proyectos de desarrollos no se imponen, si no que se dialogan, se comparten y se construyen entre todos y entre todas, con toda la fuerza de la historia, con toda la fuerza de la memoria.

Ver también: Adiós, Maestro

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