Ex investigador CIHDE obtiene Premio Nacional de Historia

05 Septiembre 2014
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El destacado sociólogo e historiador Sergio González Miranda recibió el Premio Nacional de Historia 2014, por una larga trayectoria  en trabajos de investigación historiográficos sobre la pampa nortina, el auge del salitre y sobre las relaciones limítrofes de Chile.

González Miranda fue investigador del CIDHE- CODECITE, entre los años 2002 y 2007, época en que la directiva del centro estaba compuesta por la Universidad de Tarapacá, Conicyt y la Universidad Arturo Prat.  Durante este periodo publicó dos libros patrocinados por el Centro de Investigaciones del Hombre en el Desierto, “Ofrenda a una masacre: claves e indicios históricos de la emancipación pampina de 1907” y “Pampa escrita: cartas y fragmentos del desierto salitrero”.

“La experiencia de trabajar en el CIHDE y en Arica fue muy positiva y tengo gratos recuerdos de ese periodo, del trabajo realizado con los colegas de la UTA y la UNAP. En ese momento teníamos mucho entusiasmo por hacer registros científicos, historiográficos y antropológicos del Norte Grande”, recuerda el premio nacional. 

El Premio Nacional de Historia, que actualmente encabeza el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad  Arturo Prat de Iquique, estudió Sociología en la Universidad de Chile, para luego realizar una maestría en Desarrollo Urbano Regional en la Universidad Católica. Fue en esa época, cuenta, que comienza su interés por retratar la historia no contada sobre el auge salitrero y sobre todos aquellos detalles de la historia, que se vieron opacados por los tiempos de abundancia.  “Me di cuenta que era necesario contar una historia que yo conocía muy superficialmente, a pesar de ser iquiqueño y me encontré con problemas sociales y culturales que tenían todo un trasfondo, lo que me llevó a escribir mi libro “Hombres y Mujeres de la Pampa”, recuerda.

Luego viene el doctorado en Educación en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano y un doctorado en Estudios Americanos en la Universidad de Santiago. Entre sus publicaciones más destacadas se encuentran "Las historias que nos unen. Episodios positivos en las relaciones entre Chile y Perú" (2014), "La sociedad del salitre" (2013), "A cien años de la masacre de Santa María de Iquique" (2009) o "La llave y el candado. El conflicto entre Perú y Chile por Tacna y Arica" (2008). Sólo algunas de una larga lista de publicaciones, que finalmente le otorgaron este importante reconocimiento.

No disimula su alegría por recibir un premio tan destacado y reconoce que la competencia académica fue dura, pero finalmente la elección del jurado lo llena de orgullo. Un logro significativo, no sólo para él, si no que para todos quienes realizan investigación en regiones.

¿Cómo describiría el realizar trabajos de investigación en regiones?

-Es muy difícil realizar investigación académica y científica en y desde las regiones.  

Hay muchos investigadores que se trasladan a las regiones para hacer un estudio y luego vuelven a sus centros de investigación en Santiago o en el extranjero. Y eso algo que yo apoyo y me parece positivo, es algo que se debe seguir haciendo. Pero a quienes hacemos investigación académica y científica y habitamos en la región, nos resulta mucho más difícil. Sin embargo, nos permite conocer las realidades con mayor profundidad, que es una gran ventaja. 

¿Siente que existe un apoyo real?

-Los gobiernos regionales ayudan, pero por razones lógicas, siempre están pensando en que la investigación tenga un resultado y un impacto inmediato para el desarrollo local. Y eso para nosotros es muy difícil, porque la ciencia actúa a largo plazo. Entonces son las universidades quienes deben asumir la mayor responsabilidad del quehacer académico y científico en regiones y en el país en general.  A ellas les corresponde ese rol protagónico. Aunque nuestras universidades en el norte cumplen muy bien esa tarea, siempre es insuficiente y uno quisiera que existiera un mayor apoyo al trabajo científico.       

A propósito de su trabajo en relaciones internacionales ¿Qué lectura hace de iniciativas como la marcha nacionalista desde Perú hacia el Hito Uno?

-Me parece pésimo, me parece que significa que hay bastante desconocimiento sobre el tema. Las autoridades peruanas deberían entregar una información más completa y no permitir que surjan estos movimientos espontáneos que tensan las relaciones entre los países. Hay que ser un poco más prudentes al respecto, si es que existía alguna inquietud fronteriza se debe manejar a nivel de cancillería y no permitir que esto sea interpretado de manera tan libre por grupos nacionalistas, que siempre han existido en uno y otro país.  Creo que la diplomacia no sólo debe preocuparse de las relaciones entre los estados, si no que también de las relaciones entre las sociedades.

¿Cuál sería el posible desenlace de una situación como esta?

-Creo que Chile ha tomado una postura bastante serena al respecto, ya hemos tenido malas  experiencias en la historia de las relaciones entre estos dos países, con grupos que surgen creyendo tener la verdad y eso no va por buen camino. Espero que no termine tan mal, en beneficio de  las buenas relaciones de Perú y Chile, así como de Arica y Tacna.