Valoremos nuestras raíces: Abril es el mes de la danza

29 Abril 2020

Es maravilloso pensar que, a partir de todo este trabajo, hoy exista gran interés por el Tumbe; tanto nacional, como internacional y cómo dentro de plena pandemia por el Covid – 19 se van generando distintas instancias que nos permiten seguir hablando de Tumbe.

Carolina Leteli... >
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Desde que tengo uso de razón le preguntaba a mi madre por su pelo negro mota y su lindo color de piel; que de no haber sido por algunas compañeritas del colegio que me lo preguntaron, jamás se me hubiese ocurrido preguntar: por tales rasgos tan propios, tan familiares que tenían todos aquellos que saludaba en la calle (familia y/o amistades) Ariqueños netos: gente morena.

Cuando mi madre me contó que su abuela era descendiente de africanos esclavos, movilizó mis ganas de tener mayor conocimiento acerca de mi procedencia. Es por esto, que cuando comienza en Arica desde el año 2000 el proceso de reivindicación afrodescendiente con la conformación de la ONG Oro Negro; primera ONG de afrodescendientes chilenos, ¡no dudé en participar!

Es así, que los objetivos iniciales de la organización estaban relacionados con promover la no discriminación y tolerancia; apuntando al reconocimiento estatal de los Afrochilenos. De esta forma y al alero de dicha ONG es que un grupo de personas ganó un proyecto “Fondart” durante el año 2002, que tenía como finalidad el rescate y difusión de ritmos Afroariqueños; parte de una cultura casi perdida, que debía visibilizarse en el país. La estructura del proyecto básicamente apuntaba a ritmo y danza. Es así como, durante el desarrollo del proyecto se logró obtener algunas narraciones de algunos de los afrodescendientes más antiguos, de lo que recordaban de sus abuelos y lo que éstos pudieron mantener en el círculo más íntimo; para no sufrir las brutalidades del proceso de Chilenización. De este modo, mencionaron recuerdos de ruedas, coplas, palmas y caderazos; percutiendo todo elemento que les permitiera generar ritmo. De esta forma, la mayoría coincidió como elemento central: golpearse las caderas en un contexto de juego: “jugaban a botarse de un caderazo”.

A partir de estas narraciones, se comienza a recrear lo que se conoce como Tumbe o Tumba Afroariqueño, tomando lo central de la danza, que tiene que ver con el caderazo e incorporando pasos asociados a las actividades laborales más características que tuvieron los Afroariqueños, como, por ejemplo: la raima de la aceituna y el corte de la caña; pasos que dentro del Tumbe se conocen como “Aceituna” y “Machete” respectivamente.

El desarrollo del proyecto que permitió el rescate del Tumbe o Tumba, tuvo lugar durante todo el año 2002, obteniendo su resultado final el 06 de enero de 2003; cuando sale por las calles del casco antiguo de Arica, a hacer su recorrido, la Comparsa Oro Negro al ritmo de la Tumba. No obstante, el resultado tiene sus alcances hasta el día de hoy, puesto que luego de esta Comparsa se formaron varias otras agrupaciones en pos del rescate, difusión y visibilización de la cultura Afroariqueña. Desde el año 2002 a la fecha, el movimiento Afroariqueño crece en participantes y en recreación del género. También la cultura ha ido evolucionando; sin perder de vista lo que se recuperó, manteniéndolo en el tiempo para que nunca más se niegue la presencia negra en nuestro país.

Es maravilloso pensar que, a partir de todo este trabajo, hoy exista gran interés por el Tumbe; tanto nacional, como internacional y cómo dentro de plena pandemia por el Covid – 19 se van generando distintas instancias que nos permiten seguir hablando de Tumbe y hoy 29 de abril: Día Internacional de la Danza, no podía dejar de escribir algo al respecto. De este modo, el tumbe se ha constituido en un gran aporte, en tanto el acercamiento de varios y varias a la danza.

Si bien las Comparsas Afroariqueñas fueron el rostro del movimiento de reivindicación afrodescendiente en sus inicios y comenzaron a replicarse masivamente; no debe perderse de vista que el rescate dentro de la raíz del género, tuvo que ver con una expresión espontánea de juego de rueda: donde juegan a tumbarse y abundan las palmas y coplas que van animando al que baila dentro de ésta.

Es preciso señalar, la importancia que ha tenido la creación de las Comparsas de Tumbe o Tumba en el proceso de autoreconocimiento de los Afroariqueños y cómo su aparición y sus manifestaciones han sido el principal enganche de autoadscripción a la cultura. En este sentido, Desde que sale la primera Comparsa a recorrer las calles de la ciudad el 06 de enero de 2003; de aquí en adelante, la ciudadanía comienza a seguir y a identificarse; aun no siendo descendientes, pero con un fuerte lazo con la cultura Afroariqueña.

Se puede señalar que los objetivos de rescate y difusión se han ido cumpliendo con el tiempo. Dentro de lo que es difusión, incluso se ha logrado instalar el Tumbe o Tumba en los Colegios de Arica; situación que hace 18 años no ocurría. Con esto se demuestra como la sociedad civil organizada en torno a la temática afrodescendiente, ha sido capaz de tener incidencia en ciertos soportes institucionales como es la escuela y el camino se ha dado a partir de las bases; de la participación de las personas de las organizaciones afrodescendientes en distintos espacios institucionales y comunitarios.