En Arica también se puede: El rol de la mujer y su impacto en el emprendimiento

Los tiempos y las condiciones sociales actuales nos ha permitido poner en la palestra el tema de equidad de género y el rol que cumple cada ciudadano en una sociedad que avanza hacia un horizonte más próspero y productivo.

El emprendimiento femenino es aún un porcentaje muy bajo en relación a los emprendimientos iniciados y liderados por hombres. Estudios realizados en otros países como Brasil y Estados Unidos indican que menos del 10% de los emprendimientos son impulsados por mujeres.

Dentro de este escaso porcentaje, los casos de éxito han presentado importantes avances para sus empresas. A nivel internacional, algunas de las más potentes CEO son Susan Wojcicki de Youtube, Marissa Mayer de Yahoo, Mary Barra de General Motors e Isabelle Kocher de Engie, entre otras líderes. En Chile, luego de tener una presidente mujer, nuestra ícono femenino del emprendimiento y los negocios es Alejandra Mustakis, presidenta de la ASECH y empresaria.

El objetivo de esta nota no es analizar el por qué de la falta de participación femenina en el mundo de los negocios, sino que plantear la necesidad de cambiar esta realidad para lograr un mayor éxito en la innovación y el emprendimiento, dado que -en este sentido- la mujer cumple un rol fundamental.

La ciencia ha demostrado que hay diferencias biológicas entre los seres humanos (ni siquiera ahondando en los géneros preestablecidos, como hombre y mujer). No vamos a enumerar las diferencias de cada género, porque realmente no va al caso, pero reconoceremos que existen estas diferencias. Lo que sí vamos a considerar es que hay un punto clave del cual no nos podemos hacer los desentendidos: en cuanto a intelectualidad, todos pueden llegar a los mismos resultados, sin importar el género ni los factores externos.

En una publicación anterior, “El secreto del éxito en las empresas modernas”, hicimos un análisis de cómo encontrar el equilibrio en un equipo empresarial a través del trabajo colaborativo y la multidisciplinareidad. Con respecto a este tema, encontramos una reflexión anexa aquí mismo: necesitamos equipos aunados en aras de un bien común, tanto como gente con diversos conocimientos y habilidades, como también de diversos géneros. Somos diferentes, pero tenemos el mismo potencial, y necesitamos exprimir los resultados creativos e innovadores que conlleva un equipo diverso y disruptivo con un objetivo claro: triunfar en los negocios.

Por lo anterior, hacer un cambio en la estructura actual de los negocios conllevará a un cambio en los resultados, y con esto quiero decir que la incorporación de la mujer en este campo trae beneficios no sólo al rededor del reconocimiento de sus capacidades y la equidad de género, sino también en un cambio de estatus donde las empresas se beneficiarían en un idóneo “win-win”. No las necesitamos para que cumplan “roles de mujeres”, ni tampoco para parecer más inclusivos, las necesitamos para encontrar el equilibrio y formar equipos diversos, con capacidades potenciales.

La economía necesita que las mujeres se atrevan, que entren en este rubro que históricamente ha sido manejado por hombres. Necesitan mujeres que rompen esquemas sociales, porque esas mujeres están hechas del mismo material que se busca en una empresa para romper los esquemas del mercado y generar negocios exitosos: valentía, creatividad y perseverancia.

¡Adelante mujeres, el llamado es para ustedes!

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