"Gane dinero fácil: haga click aquí"

21 Abril 2018

Está bien, asumo que lo he engañado para que lea esta columna. Pero es por un bien mayor y créame que la propuesta que tengo que hacerle tiene algo de relación con el título que a usted le atrajo. 

Patricio Arias >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

"Gane dinero fácil: haga click aquí". ¡¡¡Pero cómo se le ocurre!!! ¿Usted es una persona inteligente y se deja llevar por estos anuncios? ¿No estamos ya lo suficientemente grandes para pensar en que sin hacer mucho, podemos obtenerlo todo?

Está bien, asumo que lo he engañado para que lea esta columna. Pero es por un bien mayor y créame que la propuesta que tengo que hacerle tiene algo de relación con el título que a usted le atrajo. Por eso, antes de cerrar la ventana y rabiar por esta gran mentira, le propongo un trato... cambiemos el nombre de la columna por otro tanto o más atractivo: “Trabajemos menos y ganemos más”, ¿Le parece?

De este sí podemos hacernos cargo. Porque realmente es posible. Pero no es magia. Incluso se siente en el ambiente. De hecho, una honorable diputada ha planteado un proyecto de ley que podría rebajar las horas semanales trabajadas desde 45 a 40. Los diagnósticos son ampliamente compartidos: muchas horas de trabajo, poca productividad y escasa satisfacción derivada del trabajo.

Sin embargo, y como era de esperar, han salido diversas voces a favor y en contra de la posible medida. Una pregunta válida es: ¿qué hay detrás de esas voces? Tratemos de explicarlo en simple, aunque tengamos que recurrir a la aburrida economía y se note demasiado que yo soy del grupo que quiere trabajar menos.

En economía, se entiende que las empresas son quienes “demandan trabajo” de las personas, que a su vez lo ofrecen en el mercado. Pues bien, las empresas al tener que enfrentar una reducción de la jornada laboral, experimentarán un aumento en sus costos (contratar trabajadores para producir lo mismo que antes, costará más que antes). Pero si somos rigurosos y queremos saber los efectos en números, sabremos que diversos estudios indican que, en este caso, disminución de la jornada de un 10% (como la reducción propuesta) la demanda por trabajo, medida en horas, disminuiría entre 5% y 2%. Sin embargo, dado que ahora cada empleado trabaja 10% menos horas por semana, habrá un aumento en el número de trabajadores empleados entre 5% y 8%. Esto implicaría un aumento del número de empleos en el sector formal de la economía entre 200.000 y 300.000 trabajadores.

¿Pero qué pasa con el sueldo las personas? Lamentablemente, el ingreso podría bajar, pues si bien el salario está subiendo (implícito en la reducción de la jornada) al multiplicarlo por las horas trabajadas (que serían menos) estimaciones indican que el ingreso de los trabajadores podría caer entre un 3% y 4%. Todo dependerá entonces si es que las horas trabajadas por semana bajan en una proporción mayor que el aumento del salario por hora. ¿Quiere decir entonces  que lo invité a leer esta aburrida columna para que ni siquiera se lleve una conclusión clara? Claro que no, y aquí viene la parte linda de la historia.

¿Qué tal si estos efectos son más que compensados por un aumento en la productividad de los trabajadores? Es decir, que los trabajadores producen más que antes con las mismas condiciones, en el mismo periodo de tiempo? Existe en economía un concepto que se llama “salarios de eficiencia” que señala que no sólo aumentos salariales resultarían en mayor eficiencia, sino que las mejoras en las condiciones laborales derivarían en aumentos de productividad laboral. Con mejores condiciones laborales, los trabajadores estarán más satisfechos y apreciarán más su puesto de trabajo, por lo que estarán dispuestos a proveer un mayor esfuerzo en su actividad, lo que a su vez redundará en una mayor productividad laboral.

Es evidente que aumentarán los costos para las empresas, pero aquí estamos diciendo que los aumentos en producción que experimentarán las empresas al tener trabajadores más productivos, podría más que compensar el aumento de costos. Ni hablar de los efectos “sociales” que no se miden aquí de forma directa: trabajadores que tienen más tiempo libre para sus familias y descanso.

Hay otro argumento, muy potente por lo demás, en que esta reducción de la jornada, aportaría elementos positivos. Es más que sabido que en Chile, diversos mercados se caracterizan por poseer pocas empresas oferentes o lo que se llama “oligopolios”. La economía, así como la evidencia, sugiere que las empresas al tener poder de mercado pagan un salario menor al que resultaría de un mercado competitivo. El reducir la jornada laboral generaría un “guiño a la eficiencia” al hacer más equivalente el sueldo pagado por estas empresas con el aporte de productividad real de cada trabajador.

Finalmente, una reflexión que nos cabe a cada uno: ¿cuántos nos preocupamos de ser más productivos? Cuanto le dedicamos a aprender otro idioma, a no solo saber más de lo que nos corresponde a nuestra disciplina? He ahí un terreno que si cada uno cultivara, y me hago responsable por lo que digo, Chile sería un país desarrollado. Pero eso nos da para otra columna.

¿Le gustó leer o aún se siente estafado? ¡Hasta la próxima!

Ver también: Puedes hacer un gran negocio desde Arica: ¡Sigue estos pasos!