[Opinión] Emprendimiento femenino: ¿La clave del desarrollo social en Chile?

26 Agosto 2013
Chile es el país que ofrece los mejores ambientes para el desarrollo del emprendimiento femenino. Su bajo riesgo macroeconómico y baja percepción de corrupción favorecen el surgimiento de autoempleos.
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El emprendimiento femenino, especialmente en sectores vulnerables, es una realidad cada vez más extendida. Parte importante de este fenómeno tiene su origen en un contexto país poco asimilado: cerca del 50% de las familias vulnerables son de jefatura femenina. Ante la necesidad de compatibilizar su rol de madre con el de trabajadora, miles de mujeres optan por autoemplearse para así administrar su tiempo, renunciando en muchos casos a mejores expectativas de ingresos.

Según un estudio publicado hace unas semanas por el Economist Intelligence Unit, en colaboración directa con el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), miembro del Grupo del Banco Interamericano de Desarrollo, Chile es el país que ofrece los mejores ambientes para el desarrollo del emprendimiento femenino. Su bajo riesgo macroeconómico y baja percepción de corrupción favorecen el surgimiento de autoempleos.

No obstante las fortalezas del contexto, son varios los desafíos pendientes para transformarnos en la potencia microempresarial a la que muchos pretendemos. Según la última encuesta de ASECH un 70% de los emprendedores sostiene que su principal fuente de financiamiento es capital propio. Esta falta de ofertas de crédito se agrava a medida que profundizamos en sectores de menos ingresos. Del millón de microempresarios informales, asociados a sectores vulnerables, no llegan a 150.00 aquellos que son atendidos por instituciones especializadas en microcréditos productivos. A lafalta de acceso a crédito se suma la prácticamente nula oferta de capacitación y la inexistencia de redes de apoyo que fortalezcan el vínculo entre las personas y amortigüen el riesgo de emprender.

Es imposible aspirar a que el emprendimiento se transforme en la palanca del desarrollo social de Chile si no se genera una plataforma de servicios que potencie el capital financiero, el capital humano y capital social entre los microempresarios. Esta mirada integral debe estar en el centro de cualquier política social o de fomento. Sólo así, la ventaja que Chile está teniendo en materia de emprendimiento en la región, especialmente entre las mujeres, dará frutos duraderos.

*Por Juan Cristóbal Romero, Gerente General de Fondo Esperanza.