[Opinión] Sustentabilidad es más que no permitir bolsas plásticas y no aprobar Dominga

29 Septiembre 2017

Desarrollar estrategias sustentables es más complejo que las simples medidas; si nada se hace por fiscalizar el mundo extractivista de las grandes mineras, salmoneras y forestales, que literalmente destruyen todo lo que intervienen. 

Andrés Gillmore... >
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Chile posee una gran diversidad territorial, geográfica y biológica, con acceso directo a la Antártida que no es un tema menor bajo ningún punto de vista y es una garantía de futuro importante para las generaciones futuras. Además se cuenta con una gran potencialidad en Energías Renovables en todo el país, considerada por los expertos como una de las más prósperas del planeta, por su gran diversidad que comprende todo el abanico en energía solar, eólica, geotérmica y mareomotriz. Además estamos situados frente al océano Pacífico con toda su riqueza y acceso directo al mercado asiático y se cuenta con una gran gama de recursos naturales que puede que no sean exuberantes a excepción del cobre (mientras los países desarrollados no encuentren un sucedáneo que sea rentable como el grafeno) que bien administrados pueden hacernos sustentables, con minerales como el Litio, Oro, Plata, Manganeso, Hierro, Plomo, Zinc,Yodo, Molibdeno y otros subproductos.

El gobierno de la Nueva Mayoría desde hace unas semanas a la fecha, ha entrado con un discurso medioambiental a la palestra pública, que después de las grandes crisis de la marea roja de Chiloé por el mal manejo de la actividad salmonera y de la industria forestal en el centro sur con los grandes incendios del verano pasado y de haberle bajado el perfil a la crisis ambiental y hacerse el desentendido del problema de fondo; no deja de ser sorprendente la nueva actitud del gobierno. La reciente salida del ministro de hacienda Valdés por discrepancias valórica por el tema de la no aprobación del proyecto minero-portuario Dominga. El gobierno estratégicamente revalorizó automáticamente al ministro de medioambiente, para dejar instaurada la idea que la mayor preocupación de la actual administración ha estado siempre con el medio ambiente y con el crecimiento sustentable. Como simple ciudadano, no me parece honesto que el tema sea reducido tan fácilmente y ser tan ilusos al respecto, de lo que realmente significa desarrollar estrategias de crecimiento sustentable en un país como Chile; donde la base de sustentación esta en formatos extractivistas de la explotación de los recursos naturales y que hasta ahora sigamos sin una fiscalización adecuada de los proyectos mineros, salmoneros y forestales.

Se hace complicado aceptar la descabellada lógica de gobierno, de querer limpiar su imagen en el escenario internacional y erradicar la teoría del pato cojo, que porque se están desarrollando proyectos de energía solar en el norte, se desestimó el proyecto portuario-minero Dominga en Higuerilla y se prohibirá el uso de bolsas plásticas en las ciudades costeras (dejando el interior fuera de la ley sin considerar la importancia de los ríos) que de la noche a la mañana nos transformamos en un país que entendió el tema ambiental y que lo que se ha estado haciendo es pujar por un crecimiento sustentable.

Desarrollar estrategias sustentables es más complejo que las simples medidas como las arriba mencionadas; si nada se hace por fiscalizar el mundo extractivista de las grandes mineras, salmoneras y forestales, que literalmente destruyen todo lo que intervienen. Este mismo gobierno de la NM, esta implementando una ley de Parques y Reservas Nacionales, donde estará permitido la intervención de las aguas territoriales por las salmoneras y en la actualidad deja que se intervengan las aguas territoriales de Parques y Reservas Nacionales por las explotaciones salmonideas en Aysén y Magallanes, contradiciendo totalmente la ley vigente. Además no se tiene una política clara en el uso responsable de las cuencas compartidas con los países limítrofes y somos uno de los mayores generadores de CO2 de Latinoamérica y ninguna región tiene un Plan de Ordenamiento Territorial que implique el uso sustentable del territorio y sin olvidarnos de la ley de pesca y de glaciares.

Si Chile quiere ser sustentable de verdad, debe defender y preservar la diversidad biológica y territorial de las regiones. Descartar  proyectos invasivos y destructivos para la proyección de las comunidades y que los Estudios de Impactos Ambientales (EIA) no sean meras diligencias y que los SEA (Servicios de Evaluación Ambiental) esten incorporados las organizaciones sociales de los territorios intervenidos y cuenten con una adecuada asesoría profesional con voz y voto. La preservación del medio ambiente para ser sustentable en todos sus niveles, debe tener una política de defensa de los genes de las especies y de los ecosistemas regionales, contribuyendo con el bienestar de las comunidades rurales y urbanas, con recursos que al preservarlos permiten un entorno con perspectiva de futuro, que en la actualidad no tenemos y que no se ha considerado con la seriedad que corresponde.

Los activos naturales parte del gran todo como bosques, lagos, cuencas de ríos, lagos, glaciares y campos de hielos, son esenciales para el capital natural de los ecosistemas y su preservación garantiza la estabilidad del ciclo hídrico, la agricultura sana y productiva y mitiga el ciclo de contaminación por carbono (CO2) que destruye la fertilización del suelo, impidiendo la producción limpia de los cultivos agrícolas.

El concepto de economía moderna se evalúa de cómo esta se relaciona con el medio ambiente y se proyecta socialmente en las comunidades. Concepto que tiene una valoración importante en los países desarrollados, después que estas sociedades vivieron en carne propia la contaminación y la devastación medioambiental en la década de los 70 del siglo pasado (el río Rhin en Alemania, no es habitado por ningún tipo de peces y no existen bosques naturales). En los países subdesarrollados como el nuestro, estamos encandilados por formas de producción poco competentes con los tiempos que corren de gran déficit ambiental, donde el único modelo para sustentabilizar el futuro, es defendiendo el entorno natural y proyectándose sustentablemente.

Las causas de las crisis existenciales de los modelos económicos y financiero del mundo occidental tienen un denominador común y en Chile no escapamos a la regla y se sustenta en la deficiente asignación de capitales por formas incorrectas y parcializadas. Durante las dos últimas décadas una importante cantidad de capital ha sido destinado a desarrollar propiedades y activos financieros, invirtiendose muy poco en eficiencia energética, agricultura sustentable, protección de ecosistemas, cuidado de la diversidad biológica, conservación del suelo y del agua y el desarrollo de una agricultura sustentable y orgánica. La mayoría de las estrategias de crecimiento económico implementados desde 1989, han promovido la acumulación de capital financiero en los grupos económicos afines a las élites dominantes, degradando los recursos naturales y los ecosistemas regionales, afectando la proyección territorial y el bienestar de la población rural de las regiones.

En Chile las políticas y los incentivos han sido excluyentes, con un Estado tomado por los intereses creados de los grandes grupos económicos para subsidiar empresas privadas, donde unos pocos han tenido el control económico y la toma de decisiones, en un proceso que con el tiempo ha agravado el problema existencial ante la mala asignación de recursos, al no exigirles al grupo de empresas beneficiadas rendiciones de cuentas de sus actividades y el respeto por el medio ambiente.

Los mercados sin restricciones como el chileno, no están diseñados para resolver problemas sociales; por eso es urgente mejorar las políticas públicas en este sentido, con un Estado que más que subsidiario, sea un ente fiscalizador del buen uso de los recursos naturales y que las empresas que prestan los servicios esenciales a la ciudadanía (agua, electricidad, alcantarillado, transporte, salud, educación, fondos de pensiones, minería, energía) no hagan mal uso del medio ambiente y que en caso de ser necesario, retirando los incentivos perversos que hacen que las empresas operadoras ignoren las externalidades sociales y ambientales que producen los malos manejos, cambiando las leyes para que los culpables paguen con cárcel las externalidades negativas que producen.