A propósito de “menos historia”, más historia regional

El ramo de historia no será obligatorio en 3° y 4° medio, sino que optativa. La discusión (harta) y las propuestas de solución (muy pocas) han ocupado el espacio de información y conversación en programas de radio, televisión, publicaciones de diarios, foros, asambleas, etc. El Consejo Nacional de Educación, creado bajo la administración de la ex presidenta Bachelet y refrendado por la administración de Piñera, ha dicho que todo el contenido que debieran conocer los estudiantes de Chile, se enseña hasta segundo medio ¡plop! y tercero y cuarto medio será una decisión, una opción que tomen las y los estudiantes de ese nivel educacional.

No me referiré a los contenidos de ese período anterior, aunque todavía nuestras y nuestros jóvenes siguen enredados en fechas y lugares muy ajenos a nosotros, pero ese es otro tema.

Me gustaría quedarme en los dos años finales de la Enseñanza Media. Está demostrado que los procesos de desarrollo tienen una continuidad histórica, nadie lo puede discutir. Lo que somos como comunidad, como territorio, tiene que ver directamente con acumulación de conocimiento que es la que genera, en definitiva, la tecnología, con hechos, con acciones, con cosmovisiones particulares y colectivas. Y no estoy hablando del territorio país, estoy hablando de la singularidad de las regiones, de la diferencia de las regiones, de la continuidad de sus procesos de desarrollo únicos.

La decisión de crear el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, no es otra cosa que el reconocimiento de la diversidad cultural, de las particularidades regionales. Si queremos, de verdad, profesionales y técnicos que aporten al desarrollo regional, las y los estudiantes tienen que empaparse de la HISTORIA REGIONAL, no eliminar Historia de la programación curricular de los terceros y cuartos medios; por el contrario, fortalecer la asignatura entregando los contenidos pertinentes al territorio y a la identidad.

El desarrollo regional de Aysén no es el mismo que el de Arica, el de Tarapacá es diferente al de Coquimbo… y para qué seguir.

Creo que es un buen tema para entrar a conversar. Me gustaría conocer la posición de los parlamentarios, de las autoridades, de los profesores, de los estudiantes, en fin, de la ciudadanía.