Buenas conversaciones, buenos futuros
Una reacción que refleja a la Argentina fracturada
Nadie sabe qué referencia de Daniel Scioli irritó más al cristinismo, que ya venía alterado con él.
Libardo Buitrago >
authenticated user¿Fue la alusión del gobernador a un Néstor Kirchner pluralista, aseveración por cierto difícilmente comprobable? ¿O fue, acaso, su promesa de convertirse en un Nelson Mandela argentino, conciliador y "sin revanchismo"?
Esta última propuesta política de Scioli conlleva la grave descripción de un país tan fragmentado como estaba Sudáfrica tras décadas de vigencia del racista sistema del apartheid.
Scioli tiene cara de bueno, pero hace cosas de político implacable. Propuso, por ejemplo, hurgarle el presupuesto a la Presidenta, justo cuando ella se está quedando sin presupuesto. Es cierto que hay un consenso oculto en la política sobre la injusticia de los recursos con la provincia de Buenos Aires.
Recibe mucho menos de lo que le corresponde. Todos los dicen, pero todos lo callan. Será difícil, si no imposible, llegar a un nuevo acuerdo sobre los fondos coparticipables que beneficie más al distrito ya más poderoso del país. Scioli sabe que ese obstáculo, sin solución aparente, existe.
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