"¡Vamos a pegarle a José Antonio Kast!"

19 Abril 2018

Combos, patadas, codazos, escupos y quien sabe cuántas cosas más ha recibido en sus diferentes visitas a distintas ciudades el ex: concejal, diputado y candidato presidencial. Pero, ¿por qué?

Cristian D. Fonseca >
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¿Será así como salen de casa quienes NO van a escuchar al ex candidato presidencial? Porque combos, patadas, codazos, escupos y quien sabe cuántas cosas más ha recibido en sus diferentes visitas a distintas ciudades el ex: concejal, diputado y candidato presidencial. Pero, ¿por qué?

Veamos. Con un micrófono en frente es del estilo confrontacional. Cuando necesita responder a alguien lo hace mirándolo de frente, cargando el peso de la discusión sobre la persona que tiene delante y, muchas veces, lo logra, porque tiene el dato puntual y pareciera preciso. Sí, pareciera. Todo esto dejando de lado, absolutamente de lado, la ideología o tendencia política, social y económica que en sus dichos exista.

¿Y los charchazos? La agresividad es una inclinación básica del ser humano y nos permite sobrevivir, pero es en etapas tempranas donde aprendemos a controlar estas emociones: si no lo asimilamos en ese entonces, siempre podemos madurar tardíamente.

Por otra parte, resulta muy sencillo realizar un experimento donde basta que nos detengamos en medio de la muchedumbre y comencemos a mirar hacia el cielo. En pocos minutos muchas personas harán exactamente lo mismo que nosotros y repetirán nuestra conducta sin saber el objetivo o su naturaleza o siquiera sospechar que en realidad nuestras narices quisieron de pronto sangrar (gracias Jappening).

¿Y los charchazos? Sí, ya voy.

Lo que indico de la imitación, sin conocer la naturaleza, es lo que sospecho ocurre con quienes han agredido a Kast, que -guiados por la multitud sin sentido- actúan siguiendo a la manada. Y, claro, puede resultar muy comprensible que existan cientos de miles de detractores de pocas, algunas o muchas de sus ideas, pero nuestra sociedad no la construimos ni mejoramos apedreando, quemando o colgando en la plaza pública a personas por defender sus ideítas o ideotas.

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