Alertan sobre alergias que pueden desarrollar asma

06 Septiembre 2012

Un tercio de los alérgicos desarrollan también asma alérgica. Desde septiembre y hasta otoño se producen varios procesos de polinización, con lo que los síntomas pueden alargarse varios meses

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De las personas afectadas por rinitis alérgica, un tercio desarrollan además síntomas de asma: silbidos al respirar, presión en el pecho, dificultad para respirar y tos. Entre los pacientes asmáticos, alrededor del 80% padecen rinitis alérgica. Dada esta gran coexistencia entre ambas enfermedades, la recomendación es que los pacientes con rinitis sean evaluados para determinar si también tienen asma, y viceversa.

Ante el cambio estacional, hay que prestar especial atención a la rinitis alérgica, que afecta a entre un 20% y un 30% de la población general. Con la llegada de septiembre, cuando muchos de los árboles inician su proceso de polinización, las personas alérgicas a los pólenes empiezan a sufrir los primeros síntomas: estornudos, obstrucción nasal, moco claro por la nariz y picazón nasal. De hecho, el plátano oriental afecta a cerca del 35% de las personas alérgicas a pólenes, cuyo peak es en septiembre.

Tras este mes, los pacientes con rinitis alérgica tampoco deben bajar la guardia, dado que la polinización de los pastos es desde octubre a febrero o marzo y afecta al 95% de las personas alérgicas al polen. En otoño, nos encontramos además con la polinización de las malezas.

Por lo tanto, una persona que es alérgica a los pólenes no sólo tendrá síntomas de rinitis en primavera. “Estos pacientes, si no son bien controlados, tendrán rinitis durante varios meses del año, exacerbada estacionalmente con la llegada de los pólenes. Recordemos además que algunos de estos pacientes pueden presentar además síntomas de asma en el periodo polínico”, explica la doctora María Antonieta Guzmán, médico inmunóloga de la Universidad de Chile.

La rinitis alérgica puede ser también permanente si el paciente está sensibilizado a un alérgeno perenne como un ácaro o los epitelios animales.

El tratamiento contra la rinitis se basa en diversos pilares: evitar el polen; la farmacoterapia, con antihistamínicos y corticoides inhalados, que controlan la inflamación local; la inmunoterapia, que es la desensibilización con ácaros y alérgenos; y la educación del paciente y su entorno.