Educación gratuita y de calidad: Ya la tenemos, pero no nos hemos dado cuenta

“Siempre he sabido cuál era el camino correcto. Sin excepción, lo he sabido”, escribió Bo Goldman, guionista de la película Perfume de Mujer, esa que protagonizó Al Pacino. Y tengo la sospecha que muchísimas personas, incluso aquellas que cruzan el semáforo en rojo en el paseo 21 de Mayo o las que botan la basura en horario o lugar inapropiados, también saben cuál es el camino correcto.

En otros países, lamentablemente no sudamericanos (quizás Uruguay que no conozco), se le da una llamada de atención importante al que comete estos actos de imprudencia ciudadana. Y el tono de voz aumenta cuando hay niños testigos, porque es un pésimo ejemplo para personas que se están formando.

Algunos vecinos tienen por costumbre reservar un estacionamiento con sacos, palos o lo que encuentren, dando un ejemplo a todo aquel que se críe en su entorno que la viveza es la característica más importante para vivir en comunidad.

Si puedo vender un auto ocultando una falla grave, soy lamentablemente felicitado por el entorno, pero todos sabiendo que estuvo mal.

Hace unas semanas se supo del daño que produjo una camioneta en el Gigante de Tarapacá y el arqueólogo Calogero Santoro (con quién tuve la fortuna de trabajar) comentó que no basta con poner barreras, muros o rodear las imágenes con mallas raschel o de acero. Las medidas deben ir por el lado de la educación, la misma que permitirían ilustrar a tantos para no ingresar a los humedales y a llevarse su basura desde las playas.

Se ha hecho el ejercicio de preguntar a cualquier transeúnte su opinión sobre políticos chilenos y casi siempre las respuestas son tendientes a llevarlo a la hoguera en la plaza pública por su actuar o no actuar, pero ¿y cómo andamos por casa? ¿Devolviste siquiera el libro que te prestaron? ¿Reconociste que te pasaste el disco pare y fue tu culpa el choque? ¿Acaso al escrito de moderación de multa en el juzgado no le pusiste que tenías que ir urgente a la farmacia o llevar a tu biscabuela multiparapléjica cuando sabes que es una burda mentira?

La frase de la película termina diciendo, en relación al camino correcto: “Pero nunca lo he tomado. ¿Por qué? ¡Porque era demasiado duro!”.

La educación ya es gratuita y puede ser de calidad si, sabiendo cual es el camino correcto, lo tomamos. 

Porque no es tan duro esperar el verde para cruzar como peatón; no es tan duro no robarte las gafas que te encontraste en el baño de la clínica; no es tan duro no robar el gas arriba del camión repartidor; no es tan duro quedarse fuera y lejos del humedal.

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