El 40 % de los chilenos no posee beneficios laborales para alimentarse según la OIT

06 Abril 2013

Para la Directora Nacional del Programa de Economía del Trabajo (PET) Carmen Espinoza, se trata de una situación de base que se agrava cuando se trata de los trabajadores subcontratados.

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Ver a los trabajadores almorzando tendidos en un parque se ha vuelto una escena común de la que somos testigos constantemente. Tan común que muchas empresas han naturalizado esta práctica a tal punto que, por ejemplo, un 22 por ciento de los trabajadores chilenos no dispone de un lugar para comer.

Las demás cifras del estudio publicado por la OIT son reveladoras a la hora de pasar lista a las debilidades del sistema de alimentación laboral de los trabajadores en Chile. Éstas, por ejemplo, revelan que el 39 por ciento de los trabajadores chilenos no recibe ningún beneficio para alimentarse, cerca del 20 por ciento no desayuna de forma habitual, el 38,8 manifiesta que la calidad del almuerzo no es considerada adecuada, ya que no incluye verduras y frutas de forma cotidiana, mientras que el 12,8 por ciento de las empresas reconocen que no ofrecen una alimentación saludable a sus trabajadores por razones de costo.

Esta situación repercute negativamente en la salud de los trabajadores, ya que un 17 por ciento de los menores de 30 años ya presenta alguna patología crónica asociada a la alimentación, proporción que se duplica en los mayores de 40 años.

Para la Directora Nacional del Programa de Economía del Trabajo (PET) Carmen Espinoza, se trata de una situación de base que se agrava cuando se trata de los trabajadores subcontratados. Esto, porque tienen escasas posibilidades de negociación colectiva, lo que implica que sus condiciones son aún peores ya que muchas veces estos trabajadores no pueden usar las dependencias de las empresas para comer, preparar sus alimentos e ir al baño.

La abogada sostuvo además que si a las cifras del estudio de la OIT se suman los tiempos de viaje desde el hogar al trabajo, que puede ser de una hora a dos, el panorama es aún peor en términos de tiempo para preparar los alimentos y comer, lo que hace decrecer aún más la calidad nutritiva de la alimentación de los trabajadores.

Otro punto relevante para Carmen Espinoza dice relación con la presión por la productividad, ya que según sostuvo “hay muchas empresas que en la teoría otorgan los permisos suficientes para que los trabajadores tengan su colación, pero en la práctica esos derechos son conculcados porque la presión por tener a tiempo las cosas que se les pide hace que las personas simplemente no salgan a tomar su colación”.

Para la directora del Programa de Economía del Trabajo se trata de una situación que se agrava en el caso de los trabajadores portuarios, que por estos días se encuentran paralizados por esta y otras demandas laborales, o de quienes tienen que soportar largas faenas y requerimientos físicos extremos, realidades que según sostuvo la abogada son la punta del iceberg en cuanto a falencias que se encuentran en todos los niveles de la producción.

“No sólo pleno empleo, si no que sueldos y condiciones dignas”

Desde la Comisión de Trabajo y Seguridad Social de la Cámara de Diputados, el diputado Tucapel Jiménez (PPD) señaló que “el país no sólo necesita tener pleno empleo, como lo ha señalado el gobierno, si no que sueldos dignos y condiciones laborales dignas”.

En este sentido, Jiménez recalcó la necesidad de que Chile “cuente con una gran reforma laboral, ya que tanto la negociación colectiva como la fortaleza de sindicatos donde los trabajadores estén unidos mejorará los sueldos y las condiciones laborales de los trabajadores”.

El diputado hizo hincapié además que “el desarrollo del país y de las empresas se hace de la mano de los trabajadores y no contra ellos”.

La política del bono Respecto del estudio de la OIT, la investigadora de la Fundación Sol Karina Narbona puso en cuestión la cifra que señala que casi el 40 por ciento de los trabajadores no recibe bono para alimentarse. Al respecto, si bien la especialista reconoció y valoró como necesaria la demanda de los trabajadores, señaló que “es bueno poner en cuestión el concepto del beneficio de alimentarse, y que esté en discusión el que haya un bono de comida, cuando en verdad los sueldos deberían alcanzar al menos para cubrir esta y otras necesidades básicas”.

En este sentido, según la investigadora “las empresas intentan compensar situaciones estructurales precarias a través de una especie de acto de beneficencia a través de bonos”.

Por otra parte, Karina Narbona especificó que “la instituciones que en todo el mundo han sido avaladas como estándares de democracia laboral en el mundo, en Chile no existen, ya que menos del 15 por ciento de los trabajadores está sindicalizados y tan sólo un 8 por ciento está cubierto con la negociación colectiva con derecho a huelga”. Todo esto colabora, según la especialista, a que exista “un orden asimétrico en el cual los empleadores hacen uso de amplias libertades y los trabajadores no tienen poder para contrarrestarlos”.