#FelizNavidad: Lo que nos queda no son los regalos

El otro día vi en Pictoline una infografía sobre la Navidad que me emocionó muchísimo. Recordé diferentes navidades en familia, reflexionando sobre lo que -desde mi punto de vista- es lo realmente importante en épocas como ésta: Dar lo mejor de nosotros por quienes amamos.

Recuerdo de chica que nuestras navidades eran toda una producción, los detalles que mi mamá ponía en cada cosa que hacía, la dedicación junto a mi papá para decorar y de él por sorprendernos con los regalos.

Nunca olvidaré una Navidad cuando me entregaron un oso grande de peluche blanco... lo había visto en una tienda y lo amé, pero nunca les dije a mis papás, no obstante, de forma mágica para mí, llegó envuelto en Noche Buena. Ese momento fue increíble. Mi mamá me dijo que vio el oso y pensó en su hija, de esas corazonadas algo inexplicables que a veces suceden.

O cómo no recordar cuando luego de una cena mi papá salió y regresó con una bicicleta, ¡fue un sueño! Creo que nuestra primera bicicleta es inolvidable. 

Lo anterior junto con las ricas cenas y los momentos previos frente al arbolito brindando y entregándonos los mejores deseos. 

Son tantos recuerdos de una bella infancia, donde de verdad vi en mis padres un gran esfuerzo para que cada Navidad fuera memorable y donde los regalos, más que algo material, eran un símbolo de entregar al otro algo que lo llenara de felicidad, porque era justo lo que necesitaba o porque sabíamos que le gustaría tenerlo. Es una manera de demostrar cuán bien nos conocíamos.  

En un día como hoy, agradezco enormemente haber crecido con ellos, mis padres. Hoy adulta logro valorar todo su amor y voluntad, ahora que soy adulta y llego cansada a mi casa, imagino lo que era para ellos decorar, cocinar y preparar cada cosa para Navidad.

Ser consciente de todo lo que hay detrás de un regalo, de una cena, de pasar tiempo juntos, hoy me permitirá sentirme afortunada por la experiencia de esta Noche Buena. Espero que quienes hacen este ritual lo vivan a concho, valorando el tiempo y la gracia de tener a sus seres queridos. Porque lo importante no son los regalos, sino lo que nos queda de cada experiencia que vivimos con ellos.

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