Hacia una generación solidaria

28 Marzo 2013

Precisamos tomar nota que de las personas comunes y corrientes depende el futuro de los países, por tanto lo que necesitamos es potenciar la virtud de la solidaridad.

Hernol Flores Opazo >
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Para el movimiento sindical democrático,  Chile necesita una generación política y social solidaria, con capacidad de mirar al futuro con una real visión de un Estado Republicano. Somos convencidos que sólo los seres humanos con esa vocación de estadistas son los capaces de llevar a sus naciones hacia el desarrollo político, económico, social, cultural y moral.

Personas con esas características existen en todo el espectro social, aunque en muchos casos han sido injustificadamente excluidos de participar en el quehacer ciudadano.

Precisamos tomar nota que de las personas comunes y corrientes depende el futuro de los países, por tanto lo que necesitamos es potenciar la virtud de la solidaridad, valor que es el único capaz de hacerle ver a las personas que todas sus acciones tienen repercusión en la vida social.

Siempre en los procesos eleccionarios escuchamos promesas de mayor participación ciudadana; discursos que lamentablemente se dejan de oír el mismo día que se cierran las elecciones. Más aún, tampoco las expresiones de los políticos apuntan a señalar que las mejores formas de colaborar al desarrollo del país, es con un trabajo de calidad, realizado a conciencia tanto en el estudio como en el desempeño profesional.

Chile tiene recursos y voluntad suficiente para derrotar la desigualdad y la pobreza. Por tanto no existe razón para que sigan demoradas políticas nacionales a favor de derechos humanos esenciales, tales como el mejoramiento de la educación; el fortalecimiento de sus cuerpos intermedios, y la consolidación de una sociedad verdaderamente humana, con igualdad de oportunidades y respeto al medioambiente.

Para lograr esta sociedad es imprescindible hacer que aparezca una generación con verdadero sentido  de solidaridad y de responsabilidad social, con capacidad para entender que en sus manos está el futuro del país. Que comprenda que ha llegado el tiempo de terminar con el individualismo y crear conciencia que los cambios sociales sólo podrán producirse cuando la sociedad se encuentre unida en torno a una idea grande, como es la búsqueda del mayor desarrollo material y espiritual posible para todos y cada uno de sus ciudadanos.

Lograr formar esta generación no será tarea fácil, pero la única forma de conseguirlo es a través de una preparación intelectual intensa y de un sustrato cultural amplio,  que nos dé identidad nacional.

Chile necesita una generación solidaria que nos impulse a avanzar con paso firme  hacia el desarrollo. Pero a un desarrollo verdaderamente humano, para que con decidido espíritu solidario y una clara visión de Estado, podamos construir una sociedad en la cual la libertad, la justicia y el respeto por la dignidad humana no sean sólo slogans o consignas, sino que realidades verdaderas.