Inteligencia emocional: ¿Por qué practicarla sobre todo en estos tiempos?

29 Mayo 2020

Para hablar de inteligencia emocional, primero hay que preguntarse, ¿qué son las emociones?

Vanesa Guerra V... >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

"La inteligencia emocional representa el 80 por ciento del éxito en la vida". Daniel Goleman.

Si nos detenemos a pensar por un momento sobre qué son las emociones es posible que aparezcan respuestas como; algo que se siente como la pasión, la tristeza, el enojo, quizás algunos lo asocien con la película “intensamente” en la que las emociones aparecen como pequeños seres que viven dentro de nuestra mente, o quizás no sepamos precisamente cómo definirlas.

Y está bien, porque hasta el momento no existe un consenso científico para describir este proceso en un solo concepto o solo una teoría desde la cual aproximarse, sin embargo, si se puede acordar 3 cosas, que son psico-biológicas, que quiere decir que actúan tanto en el cuerpo como en la mente o psique, que se activan con estímulos que recibimos desde afuera como un objeto, una persona, una situación, o desde dentro como un pensamiento o un recuerdo y que definen la forma en la que actuamos, nuestra conducta (importantísimo).

Hasta ahora se ha acordado que existen cinco emociones universales, que son comunes a todas las culturas, e innatas a todos los seres humanos, estas son; el miedo, el enojo, la tristeza, la felicidad y el asco e incluso algunos dicen que el enojo o la ira, proviene del miedo y el dolor por lo que solo habría cuatro emociones universales. Todas con un propósito básico específico

miedo: alejarnos del peligro

enojo: manifestar algo que nos desagrada o que es injusto

tristeza: comunicar que no estamos bien, que necesitamos ayuda

asco: alejarnos de algo que nos puede intoxicar

felicidad: disfrutar del momento

Estas emociones provienen de reacciones naturales e imprescindibles antiguamente para la sobrevivencia humana, ya que, por ejemplo, sentir miedo de una serpiente cascabel es una emoción que influiría positivamente en nuestra conducta, pues nos haría alejarnos del peligro, en este sentido las emociones serían inteligentes en la medida en la que nos alejan del peligro, o la destrucción y nos acercan al bienestar, a la construcción. Tratando de no confundir el placer con lo agradable o el deber con lo desagradable.

Es importante conocerlas, pues el primer ejercicio de la inteligencia emocional es conocer el origen de mi emoción y darle su nombre. Las emociones evolucionan y se vuelven más complejas, pero todas tienen su origen en estas principales y determinan la forma en la que actuamos, es decir, en la respuesta que daremos al mundo exterior y la que, de acuerdo a sus resultados, definirá si nuestra respuesta es “buena” o “mala”, si es útil o no para sobrevivir y para establecer relaciones sociales

Por último, se pueden entender como una secuencia: percepción – evaluación – acción. Por ejemplo:

Imaginemos que vamos en bicicleta, doblamos una esquina y un perro comienza a ladrarnos, primero se activa nuestro cuerpo, imperceptiblemente y de manera casi inmediata selecciona qué respuestas presentar, como la expresión facial, la tensión de los músculos, la activación del sistema nervioso influye en nuestra voz incluso, el sistema endocrino segrega adrenalina, noradrenalina que aceleran nuestro corazón y eleva nuestra temperatura lo que nos prepara para huir del peligro. Paralelamente se activa nuestra mente, redes neuronales comienzan a activarse de manera inconsciente, se agudiza nuestra atención, nos enfocamos en el peligro, se activa la memoria y los recuerdos de la última vez que el perro mordió la parte trasera de la rueda por ejemplo comienzan a brotar.

Al ver al perro PERCIBIMOS que nuestra supervivencia se pone en peligro, rápidamente hacemos una EVALUACIÓN del estímulo percibido, vemos si el perro es grande o pequeño, si esta cerca o lejos, hacemos una valoración del peligro que este puede significar, seguido ACTUAMOS, reaccionamos, he aquí una clave de la inteligencia emocional, el darse cuenta de la emoción en el momento de la acción, nos permite regular nuestra conducta, gestionarla, en este caso podríamos actuar con inteligencia emocional y pedalear más rápidamente haciendo una señal de lanzarle algo al perro y huir , victoriosos, habiendo domado nuestra emoción, o podríamos reaccionar sin estar conscientes de nosotros mismos, paralizarnos ante el miedo, dejar que las sensaciones que la emoción se desborden, me dominen y ser mordido por el perro.

Podríamos resumir que el fin de la inteligencia emocional entonces es “no ser mordido por el perro”

Después de esta breve historia, ¿por qué y cómo debemos practicar el ejercicio de la inteligencia emocional?

Es importante porque nos llevará a responder de manera más favorable ante las dificultades o problemas de la vida, desde el perro que nos persigue hasta la discusión recurrente con la pareja, los hijos, etc.  El ejercicio será siempre el mismo:

  1. Reconocer la emoción en el momento y darle su nombre original, de acuerdo a las 5 universales
  2.  reconocer por qué la siento, es decir, evaluar cual es el estímulo que me lleva a sentir dicha emoción, y reconocer que cada emoción tiene un propósito
  3. Actuar de acuerdo a la inteligencia emocional. Una cosa es que yo me sienta molesta por algo injusto, pero otra muy distinta es cómo lo manifiesto, la conducta con que decidiré enfrentar la situación, recordando que expresar con palabras o comunicarse de formas artísticas también es una acción.

Para finalizar, en estos tiempos es aún más importante practicar la inteligencia emocional, ya que muchas de nuestras emociones confusas, incluso el enojo, como veíamos más arriba, tienen un origen y es probable que este origen sea el miedo que vivimos por la incertidumbre. El reconocer el por qué siento esta emoción me hace ser más consciente de mi mismx, lo que me va a permitir expresarme con más claridad. Y por último me llevará a parar y pensar antes de actuar, llevándome a gestionar mejor mis emociones sin ser “mordidos por el perro”.