La ciudad que soñamos: Reencantarnos con lo propio

02 Julio 2019

Valorar nuestro territorio, historia, recursos, invitar al diálogo no solo a las elites sino a todos los grupos, por pequeños que sean. Deben estar todos representados.

Veronica Grunewald >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

Hace unos días el filósofo colombiano Bernardo Toro presentó en Arica la charla llamada "La construcción de la ciudad a escala humana: una visión inspiradora".

Con un fuerte acento en los problemas que afectan al mundo entero, los ejes centrales de su presentación fueron el calentamiento global y el cambio climático, como motivadores de todas las actividades que puedan desarrollar las ciudades al momento de conseguir ideas para asegurar un desarrollo a escala humana.

Podría decir muchas cosas sobre esta presentación, pero me centraré en lo que importa y qué es la motivación que provoca reflexionar sobre qué queremos como ciudad. Cómo estamos creciendo, hacia dónde queremos ir. Es cierto, la experiencia del colombiano no aplica para nuestra ciudad. No somos caribeños, pero sí tenemos nuestras particularidades y a eso, creo, debemos apuntar.

Valorar nuestro territorio, historia, recursos, invitar al diálogo no solo a las elites sino a todos los grupos, por pequeños que sean. Deben estar todos representados.

El municipio trabaja en un plan regulador, urgente y necesario en esta ciudad donde se acostumbra construir, a veces de curiosas maneras, en lugares no destinados a uso residencial, con la certeza de que en algún momento se aplicará la ley, y lo irregular será regular y todo estará en regla. Algo así como "ríase primero y luego le cuento el chiste".

No tenemos que traer a alguien de Europa para que nos hable de cambio climático. Estamos condenados a vivir con el estigma de los residuos suecos Boliden/Promel. Eso somos.

Cuando actuamos en concomitancia con los otros, nos olvidamos de la madre, nos olvidamos de nosotros y el deber de protegernos. “Quien ama cuida”, eso dijo don Bernardo y en eso si estamos de acuerdo. Somos una zona única. histórica y culturalmente. Con especies únicas y clima excepcional. Somos los herederos de la cultura Chinchorro que reflexionaba sobre la corporalidad hace más de diez mil años. Somos descendientes de pueblos sabios que conocen los ciclos de la tierra y los respetan.

No hemos provocado el calentamiento global. No hemos ido a contaminar países desarrollados ni hemos utilizado sus recursos vitales como ellos acostumbran pues. en definitiva, el desarrollo que han alcanzado está ligado fuertemente a nuestro subdesarrollo.

Cambiemos de discurso. Tenemos todo lo necesario como para cambiar los paradigmas.