La Constitución de Todos: ¿Qué tiene que ver la Constitución contigo?

02 Septiembre 2015

Las constituciones buscan un ideal que debe ser satisfecho por todos nosotros, personas imperfectas y diferentes entre sí. Lo importante es que dicho ideal exista y se encuentre lo más asegurado posible.

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Si eres de las personas que cree que toda acción humana es política, desde el levantarse para ir a trabajar hasta el volver al hogar y compartir con la familia, no te es extraño que la Constitución tiene que ver contigo: el poder político, las leyes que regulan tu actividad laboral, los grandes criterios de justicia, tu status de ciudadano y tu lugar en la construcción de una sociedad democrática se encuentran delineados en la carta fundamental. Por ello, es muy probable que te interese participar de las discusiones que puedan suscitarse sobre una nueva Constitución.

Si, por otro lado, eres una persona que ve con decepción cómo la política se ha alejado cada vez más de los problemas de la gente y que las discusiones en La Moneda y Valparaíso se centran más en comisiones investigadoras que en la calidad de vida de las personas, puede resultarte difícil ver cómo la discusión sobre las normas constitucionales puede ayudar a encontrar una solución.

Más allá de la regulación del poder y del ejercicio democrático, la Constitución fija el marco mínimo dentro del cual todas las autoridades deben actuar. Si una materia se encuentra tratada en ella, los poderes del Estado se encuentran obligados a ella y deben hacerse responsables de su cumplimiento. Si no se encuentra comprendida en ella, los poderes del Estado tienen libertad de acción, limitados siempre por principios básicos como el bien común y la dignidad de la persona humana, entre otros.

Ejemplos de lo anterior son la libertad económica y los pueblos indígenas. La primera materia se encuentra ampliamente consagrada, tanto en materia de derechos como de instituciones, y pocos podrían dudar que en Chile existe una protección del libre emprendimiento, la libre competencia y la no-discriminación en materia económica. La segunda materia, en cambio, se encuentra completamente ausente de la carta fundamental, no teniendo el Estado ninguna obligación particular hacia sus pueblos originarios, lo que dificulta la urgencia de un diálogo entre las partes en conflicto en la Araucanía.

Ahora bien, es verdad que una Constitución jamás va a suplir la falta de criterio político o de empatía social necesarios para la solución de los problemas cotidianos, porque el sentido común no es materia de ley y ser buen político no es requisito para ser candidato. Las constituciones, como toda herramienta política, buscan un ideal que debe ser satisfecho por todos nosotros, personas imperfectas y diferentes entre sí. Lo importante es que dicho ideal exista y se encuentre lo más asegurado posible, de manera que si una autoridad se encuentra actuando mal o dejando de lado ciertos temas, las demás autoridades y sobre todo los ciudadanos nos hagamos responsables en reconvenirla civilizadamente.

Conversar sobre una Constitución nos ayuda a evaluar cómo estamos actuando, cada uno de nosotros, en la búsqueda del bien común. Participa de esta conversación, opina, sugiere y propón tus ideas en www.laconstituciondetodos.cl

Roberto Sagredo Kraunik

La Constitución de Todos

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