La incertidumbre económica mundial y sus consecuencias

10 Mayo 2013
Cada siete segundos muere de hambre un niño menor de 10 años. Y a esto se añade otra crisis mundial, la competencia armamentista mundial.
Juan Lama Ortega >
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Los últimos años han estado caracterizados por la crisis, la que en parte empezó hace algunos años aunque actualmente se encadena y se agudiza. Pero la situación que vive la humanidad contiene además aspectos muy característicos, como es el derrumbamiento del sistema financiero mundial, el cambio climático, que entretanto se ha convertido en una catástrofe climática y el problema del hambre. Jean Ziegler, relator especial de la ONU para el Derecho a la Alimentación, calcula que diariamente mueren aproximadamente 100.000 personas de hambre o como consecuencia del hambre. Cada siete segundos muere de hambre un niño menor de 10 años. Y a esto se añade otra crisis mundial, la competencia armamentista mundial.

Especialmente macabro es que en estos momentos de incertidumbre económica mundial se agudice la catástrofe del hambre, mientras los gobiernos del primer mundo se esfuerzan en salvar los sistema bancarios. Por otra parte la inflación es también culpable del aumento del hambre, aquí hay que mencionar la explosión de los precios. Por eso en una de las últimas cumbres mundiales sobre la alimentación, a los países que están más afectados por la crisis alimentaria se les prometió ayuda económica, sin embargo nunca llega.

Y todo esto sucede además con la participación de hombres y mujeres de Estado que se declaran como políticos cristianos. Realmente sería de gran ayuda si recordáramos más a menudo las palabras de Jesús de Nazaret y sobre todo si las pusiéramos en práctica. Pues no es que no haya suficientes alimentos para todos, todo lo contrario, hay alimentos para 15.000 millones de personas, el doble de la población actual. En absoluto se han agotado las reservas de la Tierra.

Pero qué se puede hacer de verdad para terminar con el hambre en el mundo. Muchos datos apuntan a que prescindir del consumo de carne sería una medida importante. Las Naciones Unidas han decidido reducir a la mitad hasta el año 2015 el número de pobres y de las personas que pasan hambre, pero ya se ha comprobado que esta meta no se va a lograr, porque los países ricos han puesto muy pocos medios para ello. El esfuerzo se centra en salvar a los bancos, en salvar el sistema económico y bancario global. Y al mismo tiempo se gastan 800 mil millones de dólares en armamento

Tal vez no se trate en primera línea de encontrar culpables, ya que son muchos los que participan de ello. ¿No es el sistema de subvenciones de los países desarrollados el causante del hundimiento de los mercados de los países subdesarrollados? Sin embargo 21 mil millones de Euros serían suficientes para terminar con el hambre durante un año. Otro dato que nos concierne a cada uno es que si las personas en los países ricos industrializados comiesen un 3% menos de carne, se podría alimentar a mil millones de personas. Este dato ha sido dado a conocer por la FAO. Por eso no habría que señalar únicamente con el dedo a determinadas personas, sino que cada uno podría combatir el hambre del mundo con su actuación diaria, ya que se usaría menos cereal para piensos, se talarían menos bosques y se ahorraría agua potable. Y no sólo ayudaríamos a frenar el hambre del mundo, también podríamos mejorar la situación climática emitiendo menos CO2 y menos gas metano, claro está, viviendo más moderadamente y no explotando tanto la Tierra.

Un celebre proverbio indio dice: "Sólo cuando se haya talado el último árbol, se haya contaminado el último río y se haya pescado el último pez las personas se darán cuenta de que el dinero no se puede comer“. Muchos verán que estas palabras cada año se vuelven más actuales y la pregunta para cada uno sería si queremos continuar a este ritmo o parar en el supuesto de que todavía estuviéramos a tiempo de ello.

 

 

Juan Lama Ortega

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